sábado, 21 de marzo de 2009

25 DE MARZO: JORNADA DE LA VIDA. UNA INVITACION ESPECIAL.

En unos días celebraremos la Jornada de la Vida, una nueva oportunidad de anunciar con gozo el don precioso que es la vida, de cada vida. Como nos recuerdan los obispos en su nota para la jornada “Cada vez que aparece una persona se trata de una nueva creación” es algo más que una singular coincidencia de informaciones genéticas. Todos podemos coincidir en el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término.

Ahí el trabajo incansable de todos nosotros, de todos los que amamos la vida, que formamos el pueblo de la vida y para la vida. Todos, pero sobre todo las familias, debemos de intensificar el trabajo de formación de las conciencias en lo que respecta al drama del aborto. No es una cruzada contra nadie, es trabajar por la vida.

No podemos cooperar con nuestro silencio. ¡NOS AFECTA A TODOS! Creyentes y no creyentes, hombres y mujeres, mayores y pequeños… a todos. Nosotros somos creyentes, pero todos debemos de luchar por la defensa de la vida: ¡y gracias a Dios!, cada vez somos más.
Es necesario dar esperanza a las madres y a los padres que tienen dificultades para acoger a sus hijos. Tienen que encontrar en la Iglesia, el hogar en el que se descubren ciudadanos donde pueden recibir las ayudas que necesitan.

Pidamos la gracia de que una corriente de amor recíproco, un amor que camine con nosotros, que lo empape todo, que haga de todos un solo pueblo, un solo corazón, una sola alma que trabaje por la vida

La jornada de la vida es el día de la Encarnación, celebramos que la Palabra se encarnó y nueve meses después María dio a luz a Jesús, al Hijo de Dios. La Iglesia tiene que dar también Jesús al mundo, un mundo que cada vez está más sediento de Amor.

Seamos portadores de Jesús allá donde vayamos, familias que viven con la alegría de tener a Jesús entre ellas, Vayamos con Jesús entre nosotros: Llevemos la Vida al mundo.

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