lunes, 21 de marzo de 2011

SIEMPRE HAY UNA RAZÓN PARA VIVIR. NOTA DE LOS OBISPOS.5/5

NOTA DE LOS OBISPOS DE LA SUBCOMISIÓN PARA LA FAMILIA Y DEFENSA DE LA VIDA CON MOTIVO DE LA JORNADA POR LA VIDA.
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Conclusión.

La vocación divina que ilumina todos los momentos de la historia de los hombres culmina en la vida eterna. A pesar de los dolores, enfermedades o pobrezas, la propia historia personal esconde una asombrosa promesa de eternidad en la vida que Cristo nos ha alcanzado: «yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10, 10).

Por eso descubrimos la dignidad y la esperanza de la existencia humana no solo en la debilidad o el sufrimiento, sino también en el momento de la muerte, cuando confiamos el fin de nuestra vida terrena al Altísimo y nos abrimos al don de la bienaventuranza.

Encomendamos los frutos de la próxima Jornada por la Vida a nuestra Madre, fuente de consuelo que permanece al pie de la cruz de su Hijo y de cada hijo que sufre. Que Ella nos haga testigos infatigables del Evangelio de la vida anunciado que en Cristo siempre hay una razón para vivir.

De la nota de los Obispos de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida

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