LA CUARESMA EN FAMILIA
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
“Amar al enemigo”
Para el cuarto domingo de cuaresma tenemos todo un reto, pues un distintivo muy especial del amor cristiano es el amor a los enemigos, incompresible a menudo para quien no cree. El amor a los enemigos es muy hermoso, pero difícil de entender. Jesús ha insistido mucho en este distintivo del amor cristiano, y sólo con esta disposición del corazón se puede hacer la paz verdadera en la tierra: "Si amáis a los que os aman..., si no saludáis más que a vuestros hermanos..., ¿no hacen eso mismo también los gentiles?... pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan"(Mt 5, 46-47.44). Son palabras de Jesús: “Amar al enemigo”.
Sigue el Cardenal Vanthuan en su libro “Testigos de Esperanza”. Jesús ama así porque es Amor (cf. 1 Jn 4, 16). El amor auténtico no razona, no mide, no levanta barreras, no calcula, no recuerda las ofensas y no pone condiciones.
Jesús actúas siempre por amor. Del hogar de la Trinidad él nos ha traído un amor grande, infinito, divino, un amor que llega -como dicen los Padres- a la locura y pone en crisis nuestras medidas humanas.
Y quién mejor como modelo de este amor que tiene que amar hasta al enemigo que el Padre de la Parábola del Hijo Pródigo.
El hijo viene a arreglar su situación familiar.
Jesús actúas siempre por amor. Del hogar de la Trinidad él nos ha traído un amor grande, infinito, divino, un amor que llega -como dicen los Padres- a la locura y pone en crisis nuestras medidas humanas.
Y quién mejor como modelo de este amor que tiene que amar hasta al enemigo que el Padre de la Parábola del Hijo Pródigo.
El hijo viene a arreglar su situación familiar.
Con palabras de Chiara Lubich, hablando del amor al hermano, “quizás convenga que también nosotros arreglemos alguna situación, ya que seremos juzgados según juzguemos a los demás. De hecho somos nosotros los que damos a Dios la medida con la que Él nos medirá. ¿Acaso no le pedimos: “perdona nuestra ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden?”. Por tanto, ¡al enemigo! Solo si actuamos así podremos arreglar las desuniones, destruir las barreras y construir la comunidad. ¿Es difícil? ¿Es penoso? ¿Nos quita el sueño solo con pensarlo? Ánimo. No es el fin del mundo; un pequeño esfuerzo por nuestra parte y luego el 99 por 100 restante lo hace Dios”.
Entonces ¿Cómo vivir esta nueva semana? Ya nos vamos convirtiendo unos expertos en el arte de amar, la invitación es: “amar al enemigo”, quizás pensemos que en nuestra familia no tenemos enemigos, pero tenemos que estar atentos y no desaprovechar cualquier ocasión que se nos presente de ir a fondo en las relaciones, sobre todo con los que más nos cuestan, ya sea en casa, en el colegio, en el trabajo. Jesús nos invita a tener con el pecador el mismo amor que el Padre le tiene, nos llama a no juzgar con nuestra medida el amor que el Padre tiene a cualquier persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario