Moisés Fernández, 24
años.
Albondón
No es sólo la culminación de una parte de la
vida, de una etapa formativa, sino que ahora es cuando empiezo a vivir la
vocación a la que me ha llamado el Señor y a entregarme de una manera más
explícita para los demás, a llevar el Evangelio a la gente que lo conoce y a la
que no lo conoce también. Además, ahora estamos en este periodo de la nueva evangelización
y se hace más patente esta necesidad. A mi me llamaba mucho la atención la
figura de un sacerdote. Veía que el sacerdote de mi parroquia era una persona
alegre y que sabía estar con la gente, olvidándose la mayor parte de las veces de
sí mismo. Tras un tiempo de discernimiento vi que el Señor me llamaba a ser
sacerdote. Con mucha alegría y viendo que fue una decisión muy importante, de
la que nunca me he arrepentido. En este camino que me ha propuesto el Señor me
está haciendo muy feliz y cada día me sorprende con nuevas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario