sábado, 17 de agosto de 2013

LA SANTIDAD AL ALCANCE DE LA FAMILIA.

Pequeños secretos de la vida de familia.

Hay veces que la meta parece que está demasiado alta, y donde queremos llegar, da la impresión de que solo está al alcance de unos cuantos. ¡Cuántas veces hemos pensado que la santidad era para unos privilegiados!,  pero si miramos bien, no solo está cerca, sino que está puesta a nuestra medida, para que tengamos la seguridad de que podemos llegar, también las familias.


Recordamos a un amigo que ante unas pruebas de las que dependía su futuro laboral, nos decía que Dios lo quería tanto que le hacía correr a él solo la carrera, para tener seguridad de que llegaría el primero, él tenía confianza de que Dios lo amaba inmensamente. Y ese es el Dios en quién tenemos puesta nuestra confianza; hacia el que, como familia, nos dirigimos, es más, del que tenemos total confianza de que hace el camino con nosotros.

¿Qué cuesta una confianza así, sin límites? Pues sí, para que nos vamos a engañar, pero tenemos pequeños secretos que os hemos ido contando durante este tiempo que estamos compartiendo nuestra vida con vosotros, con las entrada que hemos ido colgando en el blog, pequeños comentarios, sencillas experiencias… y que nos alegra recordar algunas para vosotros.


HOY MEJOR QUE AYER. Una de las primeras experiencias es la de poner toda la confianza en Dios: “Bienaventurado el que encuentra en ti su fuerza y decide en su corazón el santo viaje” (SaI 83,6), o dicho de otra manera: estar siempre dispuestos a “Volver a empezar”, es una entrada que publicábamos hace ya algunos años, en 2011.

Aunque el mejor aliado para tener garantía en este santo viaje es hace de Dios, el centro de la vida de familia.

Jesús, ha través de su Palabra, tiene mucho que decir sobre la familia, quiere ser uno más de ella.

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