“Preocuparse por todos, por cada uno, con
amor, especialmente por los niños, los
ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de
nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la
familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres,
cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en
cuidadores de sus padres”
Papa Francisco
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