FRANCISCO EN SANTA
MARTA: '¡EL TIEMPO NO ES NUESTRO, EL TIEMPO ES DE DIOS!'
El papa en la homilía
de este martes indica que la oración y la esperanza son dos virtudes
fundamentales para descifrar los diferentes momentos de la vida
El hombre puede creerse
soberano del momento, pero sólo Cristo es dueño del tiempo. Es cuanto ha
afirmado el papa francisco en su homilía de este martes en la Casa Santa Marta.
El santo padre ha señalado también que en la oración se encuentra la virtud
para discernir en cada momento de la vida y en la esperanza en Jesús la vía
para mirar al fin del tiempo.
Dos consejos, para
entender el fluir del presente y prepararse al final de los tiempos: oración y
esperanza. La oración, junto al discernimiento, ayuda a descifrar los momentos
de la vida y a orientarlos a Dios. La esperanza es el faro de largo alcance que
ilumina la última etapa, la de una vida y -en el sentido escatológico- la del
fin de los tiempos.
El pontífice ha
reflexionado sobre el pasaje del Evangelio de hoy en el que Jesús explica a los
fieles en el templo qué sucederá antes del fin de la humanidad, garantizándoles
que ni siquiera el peor de los dramas hará caer en la desesperación a los que
crean en Dios. El santo padre ha observado: “En este recorrido hacia el fin de
nuestro camino, de cada uno de nosotros y también de toda la humanidad, el
Señor aconseja dos cosas, dos cosas que son diferentes, y son diferentes según
cómo vivamos, porque es diferente vivir en el instante y vivir en el tiempo”:
“Y el cristiano es un
hombre o una mujer que sabe vivir en el instante y sabe vivir en el tiempo. El
instante es lo que tenemos en las manos ahora: pero este no es el tiempo,
¡pasa! Tal vez podemos sentirnos dueños del instante, pero el engaño es creernos
dueños del tiempo: ¡el tiempo no es nuestro, el tiempo es de Dios! El instante
está en nuestras manos y también en nuestra libertad sobre cómo tomarlo. Y aún
más: nosotros podemos convertirnos en los soberanos del momento, pero solo hay
un soberano del tiempo, un solo Señor, Jesucristo”.
Por ello, ha advertido
el papa citando las palabras de Jesús, no hay que “dejarse engañar por el
instante”, porque habrá personas que se aprovechen de la confusión para
presentarse como Cristo. “El cristiano, que es un hombre o una mujer del
instante, debe tener esas dos virtudes, esas dos actitudes para vivir el
momento: la oración y el discernimiento”. Y distingue:
“Para conocer los
signos verdaderos, para conocer el camino que debo tomar en este momento, es
necesario el don del discernimiento y la oración para hacerlo bien. En cambio,
para ver el tiempo, del cual solo el Señor es dueño, Jesucristo, nosotros no
podemos tener ninguna virtud humana. La virtud necesaria para ver el tiempo
debe ser dada, regalada por el Señor: ¡es la esperanza! Oración y
discernimiento para el instante; esperanza para el tiempo”.
“Y así -ha concluido
Francisco- el cristiano se mueve en este camino, momento tras momento, con la
oración y el discernimiento, pero deja tiempo a la esperanza”:
“El cristiano sabe
esperar al Señor en cada instante, pero espera en el Señor hasta el fin de los
tiempos. Hombre y mujer de instante y de tiempo: de oración y discernimiento, y
de esperanza. Que el Señor nos dé la gracia para caminar con la sabiduría, que
también es uno de sus dones: la sabiduría que en el instante nos lleve a rezar
y a discernir. Y en el tiempo, que es el mensajero de Dios, nos haga vivir con
esperanza”.
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