DOMINGO 12 DE ENERO DE 2014
“Somos notas de música en manos del
compositor:
dejemos que Dios componga la melodía”
Son palabras de Álvaro Roca, nuestro
seminarista que nos hizo vibrar durante la tarde de fiesta con su guitarra al
acercarnos a la belleza del flamenco a través de su guitarra haciéndonos viajar
por la geografía andaluza por los
distintos palos que fue tocando.
Somos conscientes, por la proximidad con los
días de fiesta de Navidad, de que cuesta un poco sacar adelante la Fiesta de la
Familia con la que tratamos de concluir los actos que con motivo de la
Solemnidad de la Sagrada Familia celebramos cada año. Esfuerzo que cada año
cuesta menos trabajo llevar adelante, pues cada vez se contamos más con la
colaboración de los Movimientos Familiares de la Diócesis, en esta ocasión con
el Movimientos Familiar Cristiano y Hogares Nuevos.
La cita era la tarde del domingo 12 de enero,
día del Bautismo del Señor con el que se concluye el tiempo de Navidad: “una
tarde de fiesta, con un momento especial para la Eucaristía y concluyendo con
la merienda. Es una fiesta entrañable, pues pretende ser ese momento de familia
en el que los “talentos” se ponen en común, pensando sobre todo en los más
pequeños, que son los verdaderos protagonistas de la tarde.
Comenzamos presentándonos los movimientos que
normalmente colaboran con Pastoral Familiar de una manera informal y alegre
cantando “Así es mi Granada” tratando de involucrar a la Sala, aunque reconocemos
que tenemos que seguir practicando para otra ocasión.
Siguieron después jóvenes del MFC con un
moderno baile con el que a través de la música y la danza nos animaron “a amar
la vida” un mensaje que por muchas veces que lo repitamos nunca será suficiente.
A los más jóvenes siguieron los padres, que representaron a través del
simpático cuento “Los caballeros de color”, como es solo a través del trabajo
conjunto como se consiguen aquellos objetivos que son un bien para el grupo o
la comunidad.
A continuación el escenario se llenó de magia
e ilusión y de nuevo “Juan Contreras” nos transportó a un mundo donde todo es
posible, donde cualquier cosa puede ocurrir. Realmente lo pasamos bien, parecía
que estábamos en casa y que todos nos conocíamos de siempre. Hizo dos juegos
que aún nos están dando que pensar: “un pañuelo que cambia de ubicación,
viajando por el salón de actos sin que ninguno pudiéramos verlo y apareciendo
dentro de una barra de pan” y en segundo lugar “invirtió el orden lógico de los
acontecimientos a través de una predicción, cuando dos personas elegidas al
azar de la sala, leían al par dos textos elegidos en momentos distintos de la
tarde y que cosa de magia, el había podido adivinar cual sería el que el azar
de unos dados, cuatro concretamente, elegirían.”
Aunque lo que seguro consiguió Juan, fue
ilusionarnos, ayudarnos a mirar al que tenemos a nuestro lado, a verlo con
otros ojos, a ver más allá de lo que normalmente creemos que vemos.
Después Álvaro nos llevó al mundo del
flamenco, nos deleitó llevándonos desde una granadina a un fandanguillo, desde
el Sacromonte a Jerez. Con sus palabras comenzábamos esta crónica, palabras que
llegaron al alma de cada uno de los que casi llenábamos el salón de actos del
Seminario Mayor de San Cecilio de Granada. Hizo que nos sintiéramos en casa,
que sintamos una vez más a cada uno de los seminaristas de nuestra Diócesis
como nuestros, como parte de nuestra familia. Cada uno de ellos son un don para
la Iglesia de Granada y para todas las familias de nuestra Diócesis.
Después del Álvaro, el escenario volvió a
llenarse de gente joven, y fueron en esta ocasión los Hijos de Hogares Nuevos
los que a través de una representación nos llevaron a situaciones de la vida de
familia, a las que solo, con la mirada puesta en Jesús, se les puede encontrar
un sentido. Jóvenes artistas, que además de disfrutar en el escenario, de
pasárselo bien, nos hicieron a todos emocionarnos con el relato que nos
representaron.
Con Miguel y Carlos volvió a llenarse el
salón de actos de música y belleza, de armonía e ilusión que por momentos
animaban a cerrar los ojos y a dejar que la imaginación volase a través de la
música con la que nos deleitaron. Carlos con la guitarra y Miguel con el
violín, hicieron que de las cuerdas de oro de sus instrumentos bellas melodías
que a todos nos hicieron soñar, llevándonos desde el rock de los Beatles a una
bella interpretación de Granada de Agustín Lara.
Es de agradecer a cada uno su disponibilidad
y su colaboración en esta tarde de fiesta y los esfuerzos que tuvieron que
hacer para estar esa tarde con nosotros; pero sobre todo al Mago “Juan
Contreras” y al Dúo “Miguel y Carlos”, sobre todo por hacerlo de forma
desinteresada.
La tarde continuó con la Eucaristía en la
Capilla del Seminario, durante la cual, a los pies del altar, dimos gracias a
Dios por el don que es la familia y pedimos por todas las familias,
especialmente por aquellas que lo están pasando mal por la falta de trabajo,
por las que tienen dificultades.
La tarde la terminamos compartiendo la
merienda y cambiando impresiones de lo que había dado lugar la tarde, de
disfrutar unos de otros, se seguir sintiéndonos familia, de construir en
familia la Iglesia, de formar parte del pueblo de Dios.
PASTORAL FAMILIAR DE GRANADA.
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