Se nos presentó un día
soleado y precioso, un día para pasear por las calles del Albaizin y conocer su
historia, íbamos un grupo de veinte personas
Comenzamos en Plaza
Nueva con la alegría de encontrarnos con algunos que hace tiempo que no veíamos
y también con nuevos paseantes. Celso
nos explicó el edificio de la Real Chancillería, situó los diferentes barrios de la ciudad con un
esmerado mapa que nos repartió la más pequeña del grupo Patricia, siempre
pendiente de su abuelo y que a pesar de lo largo del recorrido se portó
admirablemente.
Luego Caldería arriba
llegamos a la Plaza de S. Miguel bajo con su Iglesia restaurada y continuó en el Palacio de la Dalhahorra, la casa de la
Lona aclarando con rigor histórico falsa leyendas populares.
Llegamos al Monasterio
de Santa Isabel la Real después al Hospital de la Tiña hasta descubrir la
belleza del mirador de la Placeta de Carvajales con una Alhambra más cercana
aún que la del Mirador de S. Nicolás y ya por la casa Agrela que tantas veces
sirvió para cobijar a S. Juan de Dios esas noches que cansado de mendigar
buscaba un banco donde dormir llegamos nuevamente a Plaza Nueva.
La sabiduría de Celso y
su capacidad de entusiasmarnos con la belleza e historia de los sitios hizo que nos supiera a poco el paseo por lo
que aprovechando su generosidad le
pedimos que en otros paseos siga enseñándonos la historia y belleza de ese
barrio que conoce tan espléndidamente. Quedamos que el próximo paseo de abril
seguiríamos conociendo el Albaizín.
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