Con magistral claridad
de ideas y una gran capacidad para trasmitirlas nos entusiasmo para que
defendiéramos la vida desde el instante de la concepción hasta el final. Partió
de la premisa que debemos amar y respetar a la mujer que aborta porque esa
situación no es agradable para ella y aunque parezca que libremente la adopta
hay muchos condicionantes que la empujan a hacerlo. También el concebido no
nacido que desde el mismo instante de la concepción es un ser diferente de sus
padres pero persona aunque dependiente, por ello más necesitado de protección y
con unos conocimientos de embriología fácilmente comprensibles nos lo evidenció.
No hay que hacer caso de slogans que las más de las veces carecen de base sino
razonar como seres racionales que somos. También nos informó de cómo países que
fueron los primeros en legislar a favor del aborto ahora estaban legislando en
contra después de ver los efectos tan negativos que tiene sobre la mujer y su
entorno. Esto se evidenció claramente en el turno de preguntas tanto por un médico como por un profesor de
secundaria.
Además hay que destacar
que a pesar de que al inicio de la conferencia casi no se podía oír por los
gritos de personas a favor del aborto la intervención del moderador que invitó
a que entrasen en la sala y que después preguntasen y dijeran lo que quisieran
hizo posible el dialogo más allá de la diferencia de opiniones.
Después en la cena en
un grupo más reducido al hilo de algunas preguntas defendió la importancia de
la familia y el ejemplo de los padres a la hora de educar a los hijos en esa
cultura de la vida que se desarrolla con la base del Amor con mayúsculas que nos
la da Jesús.
RESUMEN QUE HAN MANDADO
LOS ORGANIZADORES:
La conferencia de Benigno anoche en
Granada fue apasionante. Es una historia de ilusiones, de
no tener miedo a descubrir la verdad en la que todos, sin
excepción fuimos protagonistas.
Me emocionó que cuando unos reventadores,
-ajenos al ámbito universitario-, querían destrozar la conferencia, un grupo de
universitarios se levantó de manera espontánea de sus asientos
y salieron a defender la libertad de expresión, frente a los
radicales excluyentes. Sin contar con que el decano de Medicina,
supo dialogar con ellos magistralmente, para convencerles que hay
que respetar y escuchar para exponer razones.
Y es que como quedó demostrado,
entre los asistentes, había todo tipo de opiniones.
***Eso es una maravilla.
Benigno Blanco hizo un recorrido
sobre la situación actual del aborto, en revisión en muchos países del
mundo y la casuística real, -a pie de obra-, con la que se
encuentran cada día las asociaciones y los voluntarios que atienden a las
madres embarazadas con problemas.
No existe el paraíso que algunos nos
pretenden mostrar detrás de abortar, y si, una verdadera tragedia ante
la que, -cada vez más-, se cuentan con voluntarios extraordinarios con un
corazón “así de grande”.
Dentro del turno de preguntas, me
quedo, -por ejemplo-, con el comentario de una doctora que
atiende en su puesto de trabajo, a las mujeres que quieren abortar, -casi todas
los días-. Su testimonio, deja escaso margen a una ideología fracasada y
siniestra que no sale de unos lemas ¿electoralistas?, de los años 70,
vacíos de contenido.
O con el comentario de un profesor
que relató que alumnas suyas han abortado con ¡¡15 años!!! y que quedan
trastornadas afectándoles en los estudios.
Esa es la vida real.
Un día sensacional para
el debate y la reflexión, más allá de los dogmas sensibleros y
para encontrarnos con una sociedad que ya no se traga teorías caducas, desconsideradas
para la mujer y negativas para el ser humano.
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