En
la catequesis explica el sacramento matrimonial y recuerda la importancia de
las palabras: permiso, gracias y perdón
¡Permiso, gracias y
perdón! Son las 'palabras mágicas' que han resonado esta mañana en la plaza de
san Pedro durante la catequesis que el Santo Padre ha dedicado al sacramento
del matrimonio en la audiencia de este miércoles. Francisco, como acostumbra a
hacer, ha pedido a los miles de peregrinos presentes esta mañana en la plaza
que repitieran con él las palabras clave en la vida del matrimonio. Los
peregrinos, entre risas, aplausos y entusiasmo han escuchado y seguido el
consejo del Papa.
El Santo Padre ha
llegado a la plaza pasadas las 9.30 de la mañana despertando los gritos de
júbilo de los presentes. Jóvenes, adolescentes, niños, ancianos, familias...
todos gritaban '¡viva el Papa!' al ver pasar al Sucesor de Pedro en el jeep
descubierto. En esta jornada soleada, en la que ya se siente llegar la
primavera, las miles de personas reunidas en San Pedro han seguido con atención
la nueva catequesis del Papa sobre la serie que está realizando desde hace
varias semanas sobre los sacramentos.
Por otro lado, el Papa
ha querido recordar y dedicar hoy unas palabras a su predecesor, el beato Juan
Pablo II, hoy día que se cumplen 9 años de su fallecimiento. En el saludo a los
peregrinos de lengua polaca, el Pontífice ha dicho que este aniversario que
recordamos hoy "dirige nuestro pensamiento hacia el día de su canonización
que celebramos al final del mes. La espera de este evento sea para nosotros la
ocasión para prepararse espiritualmente y para reavivar el patrimonio de la fe
dejado por él. Imitando a Cristo ha sido para el mundo predicador incansable de
la palabra de Dios, de la verdad y del bien. Él hizo el bien hasta con su
sufrimiento. Este ha sido el magisterio de su vida a la que el Pueblo de Dios
ha respondido con gran amor y estima. Su intercesión refuerce en nosotros la
fe, la esperanza y el amor".
En el resumen de la
catequesis hecho por el Papa en español ha dicho:
"Queridos hermanos
y hermanas: la catequesis de hoy está centrada en el matrimonio. Este
sacramento nos introduce en el designio de Dios, que creó al hombre a su
imagen, capaz de amar; “hombre y mujer los creó”. Y por eso dice la Biblia que
el hombre dejará su la casa y se unirá a la mujer y los dos serán una sola
carne. Los esposos son un sola cosa, una sola carne, en el amor. Además el
sacramento les confiere una misión: manifestar en las cosas simples y
cotidianas el amor de Cristo a su Iglesia, entregándose en la fidelidad y el
servicio. Siempre hay problemas en la vida matrimonial, la oración mantiene la
unión matrimonial. El esposo debe rezar por la esposa, y la esposa por el
esposo. Y nunca terminar el día en el que se haya dado alguna discusión entre
ambos sin hacer las paces".
Y a continuación ha
saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
venidos de España, Ecuador, Argentina, México y otros países latinoamericanos.
"Invito a todos a dar gracias a Dios por tantas familias que animan
nuestras comunidades cristinas, ofreciendo un hermoso testimonio de fe. Recemos
también por los matrimonios en dificultad, para que el Señor les regale
abundantemente su misericordia y los sostenga en medio de las pruebas. Muchas
gracias", ha señalado.
El Santo Padre ha
dedicado esta mañana unas palabras a un grupo de peregrinos de L'Aquila, región
italiana que sufrió hace cinco años un terremoto: "Me uno a la oración por
las numerosas víctimas, y confío a la protección de la Virgen de Roio a cuántos
viven aún en el malestar. ¡Animo a todos a tener esperanza viva! La
reconstrucción de las casas se acompañe a la de las iglesias, que son casas de
oración para todos, y del patrimonio artístico, al que está unido el
renacimiento del territorio".
Finalmente, después del
saludo en diversos idiomas, Francisco ha hablado también a los jóvenes, los
enfermos y los recién casados, recordando con la liturgia a san Francisco de
Paula. Queridos jóvenes, ha dicho el Papa, "¡Debemos aprender de él que la
humildad es fuerza y no debilidad! Y ha añadido, "queridos enfermos, no
hay que cansarse de pedir en la oración la ayuda del Señor. Y a
los queridos recién casados, superarse en la estima y ayudarse el uno al
otro".
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