Sábado Santo. María está sola. Sola con su hijo-Dios muerto.
¿Un abismo de angustia insondable, una laceración infinita?
Sí, pero Ella estaba en pie, firme, convirtiéndose así en un ejemplo excelso, monumental de todas las virtudes.
Ella espera, cree: las palabras de Jesús que, durante su vida, anunciaban su muerte, pero también su resurrección; si otros las habían olvidado, Ella no las ha olvidado jamás: conservaba todas estas, con las otras, en su corazón y las meditaba (cf. Lc 2, 51).
Sí, pero Ella estaba en pie, firme, convirtiéndose así en un ejemplo excelso, monumental de todas las virtudes.
Ella espera, cree: las palabras de Jesús que, durante su vida, anunciaban su muerte, pero también su resurrección; si otros las habían olvidado, Ella no las ha olvidado jamás: conservaba todas estas, con las otras, en su corazón y las meditaba (cf. Lc 2, 51).
Por lo tanto, no sucumbe ante el dolor: espera.
CHIARA LUBICH EN LA SEMANA SANTA DEL AÑO 2000
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