El
Santo Padre recibe a los Guardias Suizos y sus familiares el día previo al
juramento
"Estáis llamados a
dar un testimonio cristiano, sereno y alegre a los que llegan al Vaticano para
visitar la Basílica y para encontrar al Papa. ¡Vivid intensamente vuestras
jornadas! Sed fuertes en la fe y generosos en la caridad hacia las personas que
encontráis". Con estas palabras el Santo Padre ha exhortado al Cuerpo de la
Guardia Suiza Pontificia, a quienes ha recibido esta mañana, acompañados de sus
familiares. El encuentro se ha celebrado con motivo del juramento que mañana, 6
de mayo, realizarán los reclutas.
Una fecha, ha señalado
el Santo Padre, "que permanecerá marcada en vuestra mente y os consentirá,
durante vuestra vida, revivir con alegría un momento significativo de vuestra
permanencia en el Cuerpo de la Guardia Suiza".
Francisco ha recordado
que el 6 de mayo se "conmemora el Saqueo de Roma y el acto heroico de
vuestros predecesores que en 1527, ofrecieron la propia vida por la defensa de
la Iglesia y del Papa". A lo que ha añadido que "vuestra
dedicación es la confirmación de que su valentía y su fidelidad han traído
fruto".
En esa fecha las tropas
de Carlos V de Ausburgo, los temibles lansquenetes, junto a un total de 35 mil
soldados españoles, alemanes e italianos, se dirigieron a tomar la ciudad de
Roma, protegida sólo por unos cinco mil soldados, murallas y
artillería. Los asediantes lograron entrar en la ciudad y se dirigieron
hacia San Pedro donde el papa Clemente VII estaba rezando. Fueron 189 los
Guardias Suizos que murieron para permitir su fuga hacia el Castel Sant'Angelo.
Del mismo modo, el
Pontífice ha observado que "el contexto social y eclesial ha cambiado
mucho desde entonces: la sociedad es diferente respecto a aquellos tiempos.
Pero el corazón del hombre, su capacidad de ser fiel y valiente –acriter et
fideliter, dice vuestro lema– permanece igual".
Por tanto, el servicio
de los Guardias Suizos es "una auténtico testimonio, porque expresa
concretamente el deseo de dedicarse a una tarea importante y difícil", ha
afirmado. De este modo, Francisco ha agradecido a las familias y comunidades de
los reclutas, que les han ayudado en esta elección.
El Papa ha indicado que
prestar este servicio significa "vivir una experiencia que ve encontrarse
el tiempo y el espacio de forma particular: Roma es rica de innumerables
monumentos y lugares históricos y artísticos que manifiestan la grandeza de su
cultura y de su historia". Y así, ha subrayado que esta ciudad no es
solo un gran museo, "sino cruce de turistas y peregrinos que proceden de
todo el mundo: personas de diferentes idiomas, tradiciones, religiones y
culturas llegan aquí con motivaciones diferentes". Y "en este
movimiento de historia y de historias personales está también cada uno de
vosotros", les ha indicado el Santo Padre.
El uniforme de los
Guardias Suizos, ha recordado Francisco, cumple 100 años este año. "Sus
colores y su forma son conocidos en todo el mundo: recuerdan dedicación,
seriedad, seguridad. Identifican un servicio singular y un pasado
glorioso", ha afirmado el Obispo de Roma.
Además, el Papa ha
observado que detrás de cada uniforme hay una persona concreta: con una familia
y una tierra de procedencia, con una personalidad y una sensibilidad, con
deseos y proyectos de vida. "Pero no es el uniforme sino quien lo lleva,
quien debe llegar a los otros por la gentileza, por el espíritu de acogida, por
la actitud de caridad hacia los otros", ha dicho el Santo Padre.
Asimismo, Francisco ha
pedido que tomen en cuenta ésto también en las relaciones entre ellos, dando
importancia "a vuestra vida comunitaria, al compartir los momentos alegres
y los más difíciles, no ignorando a quien entre vosotros se encuentra en dificultad
y a veces necesita una sonrisa y un gesto de ánimo y de amistad; evitando una
distancia negativa que les separe de sus compañeros y que, en la vida de todas
las personas del mundo, puede generar desprecio, marginación o racismo".
Finalmente el Papa les
ha dado las gracias porque cada día puede experimentar de cerca su dedicación y
trabajo. "Sed fieles a lo que habéis madurado en el corazón y tened la
certeza que el Señor está siempre a vuestro lado y sostiene vuestro camino,
especialmente cuando el paso se hace cansado e incierto. ¡Él no nos abandona
nunca!".
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