Antes
de proseguir su peregrinación, rumbo a Israel, el Papa Francisco visitó la
Gruta de la Natividad de Belén
Después se trasladó al
Phoenix Center, en el campo de prófugos de Dheisheh, donde tuvo lugar un
encuentro con un grupo de niños, provenientes de diversos campos para
refugiados, para dirigirse después al helipuerto de Belén y despedirse del
Estado de la Palestina.
El Obispo de Roma
improvisó unas palabras llenas de cariño y ternura para los niños palestinos,
expresándoles que estaba muy contento de visitarlos y deseándoles que el buen
Dios les conceda todo lo que desean:
«Ante todo, un saludo
para todos ustedes, les deseo que estén bien de salud, que la familia esté bien
y que ustedes estén bien. Estoy muy contento de visitarlos y veo que ustedes en
el corazón tienen muchas cosas, y ojalá que el buen Dios conceda todo lo que
están deseando. Me dijeron que quieren cantar. ¿Es verdad?»
Después de escuchar sus
cantos, escuchó también el saludo de un niño que le dijo «Querido Papa
Francisco, somos hijos de Palestina. Desde hace 66 años nuestros padres sufren
la ocupación. Hemos abierto nuestros ojos bajo esta ocupación y hemos visto la
tragedia en los ojos de nuestros abuelos, cuando han dejado este mundo.
¡Queremos decirle al mundo: basta sufrimientos y humillaciones!
El Santo Padre se
levantó para abrazar a este niño y agradeció a todos el mensaje que le
quisieron presentar, alentándolos a mirar siempre adelante, a no dejar que el
pasado determine sus vidas, recordando que la violencia no se vence con la
violencia, se vence con la paz, con el trabajo, con la dignidad de llevar la
patria adelante. Y con su agradecimiento por haberlo recibido, pidiendo a Dios
que los bendiga, les pidió a los pequeños que recen por él:
«Agradezco los cantos,
¡muy bellos! Cantan muy bien. Y agradezco tus palabras que dijiste en nombre de
todos. Agradezco el regalo, es muy significativo. Leí lo que tenían escrito
allí en los carteles, entendí los que estaban en inglés y el padre me tradujo
los que estaban en árabe. Comprendo lo que ustedes me están diciendo, el
mensaje que me están dando. No dejen nunca que el pasado les determine la vida.
Miren siempre adelante, trabajen y luchen por lograr las cosas que ustedes
quieren. Pero sepan una cosa, que la violencia no se vence con la violencia, la
violencia se vence con la paz, con la paz con el trabajo, con la dignidad de
llevar la patria adelante. Muchas gracias por haberme recibido. Pido a Dios que
los bendiga y a ustedes les pido que recen por mi. Muchas gracias…»
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