Muy
a menudo --ha explicado el profesor Carlos José Errázuriz-- misericordia y
derecho son percibidas como "radicalmente antitéticas", como dos
mundos separados que siguen lógicas opuestas: "el amor benigno, flexible y
compasivo de una parte, y un sistema de normas rígidas que ignora las
exigencias personales más íntimas de la otra". Sin embargo, ha destacado,
entre estos dos virtudes hay un "tejido profundamente armónico: es
necesario descubrir el impulso a la justicia que está encerrado en la verdadera
misericordia cristiana". No existe misericordia sin justicia.
En
esta misma línea ha proseguido el profesor Denis Biju-Duval, presidente del
Instituto Pastoral 'Redemptor hominis'. Así, ha expresado que "una
misericordia que fuera el pretexto al rechazo de convertirse no sería ni justa,
ni misericordiosa; ni tampoco una conversión considerada como un presupuesto
puramente humano para beneficiarse de la misericordia". Se trata más bien
de "derivaciones" que sufre la pastoral, hechas de "falsa
bonad" de una lado y "moralismo" del otro.
De
este modo, una manifestación concreta de justicia y misericordia evidenciada
por Eduardo Baura, profesor de derecho canónico a la Santa Cruz, consiste en el
no limitarse "a la aplicación automática de la ley general", sino de
tener cuidado de las exigencias personales, "siempre en el respeto de los
derechos de los fieles directamente interesados y de los de la comunidad
cristiana".
Pero
se observa que, existe el riesgo de confundir misericordia con un
sentimentalismo que lleva a no afrontar hasta el fondo los problemas, a no
eliminar los males, porque eso sería costoso, o a quitarlos causando otros peores.
En definitiva, "el eslogan sentimentalista produce fácilmente resultado
porque no se busca la verdad sino el sentimiento inmediato".
Al
abordar el tema de la pastoral de los fieles divorciados y vueltos a casar
civilmente, el profesor Miguel Ángel Ortiz ha recordado que "es necesario
distinguir la responsabilidad moral por las opciones del pasado de la
institución actual". En el caso concreto de la admisión a la comunión
eucarística, lo que la hace incompatible no son las culpas pasadas sino
"la voluntad actual de vivir en contradicción" con el significado
comunional del matrimonio y de la eucaristía. Al respecto, "la Iglesia
debe tener una actitud misericordiosa, que ayude a acoger la misericordia de
Dios, consciente que el primer acto de esa misericordia es decirnos la verdad y
vivir según la verdad".
Un
aspecto particular de la misericordia ha sido expuesta por el profesor Benedict
Ndubueze Ejeh, que ha reflexionado sobre el carácter preventivo de la
misericordia en ámbito matrimonial. La misericordia va ejercitada ya en la fase
en la que los cónyuges piden la admisión al matrimonio. "Por el bien de
los cónyuges, de la familia y de la sociedad civil y eclesiástica, la
misericordia no es, y no debe ser, solamente curativa. Es mucho más importante
que la misericordia en ámbito matrimonial sea de carácter preventivo".
Del
mismo modo, durante la jornada se han abordado algunos temas que deberán ser
afrontado en el próximo Sínodo sobre la familia, donde han intervenido también
los profesores Paolo Bianchi, del y Nikolaus Schöch. El discernimiento de la
verdad sobre el proyecto vocacional de los esposos, el apoyo positivo a las
familias "para que realicen la misión de la Iglesia", la cercanía en
la prueba y en la eventual búsqueda de reconciliación, la búsqueda de la verdad
en el proceso de nulidad matrimonial, el testimonio creíble de fidelidad al
Evangelio del matrimonio indisoluble.
Blog de la Pastoral familiar de Almeria
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