Sabéis como nos
gusta poner en común aquellas experiencias de vida que ayudan a las familias,
como decía el Papa Benedicto en México, experiencias que hacen de las familias “evangelios
vivos que todos puedan vivir”, por eso nos ha alegrado que la Mariápolis 2014
se celebre en Granada, aunque la posibilidad de participar, por haber llenado
el aforo, ya no sea posible.
Que bellos ejemplo
de familia es una Mariápolis, pues en ella participan personas de cualquier
condición social, edad, sexo, profesión, creencia... con una única condición: “querer
el bien del otro” o dicho de otra manera: “haz a los demás lo que quieres que
te hagan a ti. ¿Os suena?, “Es la regla de oro”, es puro Evangelio: “amaos como
yo os he amado”.
El Evangelio es
para todos.
Existen Mariápolis
permanentes donde grupos de familias se sumergen en este estilo de vida, como
ciudadanos de una ciudad, la “ciudad de María” donde la única regla de vida es
el amor recíproco, donde el único modelo de ciudadano es Jesús.
Desde Perú,
Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina… España, Francia, Italia… Filipinas,
Canadá, Congo…. durante unos meses no son ciudadanos del mundo, son
mariapolitas, ciudadanos de la Mariápolis, de la Ciudad de María. Familias con
sus hijos, que juegan, que se divierten, si están más tiempo: estudian
El objetivo que las
convoca es el de hacer juntos una experiencia de fraternidad comenzando por el
propio hogar, entre los esposos, con los hijos, con las otras familias y con el
resto de los “mariapolitas”. Una verdadera escuela de vida, con reflexiones, puestas
en común y, sobre todo, puesta en práctica, enfocada desde “el amor recíproco,
tesoro de la familia”, que ha de dar el tono a todo este período.
En Loppiano (Italia) a igual que en otros lugares del mundo, existe esta experiencia comunitaria permanente: la “Escuela Loreto”, en
recuerdo de casita de la familia de Nazaret, por donde han pasado miles de
familias. Sugestivamente, son familias de estos “ex alumnos” las que la
sostienen año a año, haciéndose cargo de distintos aspectos de su desarrollo,
como una forma de seguir perteneciendo afectiva y efectivamente de la gran
familia que han conformado. Y la experiencia siempre es la misma agradecer “esta
oportunidad de ejercer la fraternidad a través de todo tipo de comunión que nos
permite participar concretamente en la construcción de una experiencia que nos
ha marcado para toda la vida”.
Para más
información: FAMILIAS NUEVAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario