Tras la presentación de este lunes de la Relatio
post disceptationem, los padres sinodales debatieron para hacer algunas
apreciaciones sobre el texto presentado.
Este lunes se presentó la Relatio post
disceptationem leída por el relator general del Sínodo de los Obispos, el
cardenal Péter Erdö. A continuación se realizó un debate libre de los padres
sinodales.
"La Relatio post
disceptationem ha sido apreciada por su capacidad de "retratar"
adecuadamente las intervenciones de estos días en el Aula, captando el espíritu
de la Asamblea y destacando la acogida como tema principal de los trabajos. Del
documento, se dice, emerge el amor de la Iglesia por la familia fiel a Cristo,
pero también su capacidad de estar cerca del ser humano en cada momento de su vida,
de comprender que, detrás de los desafíos pastorales, hay muchas personas que
sufren", se lee en el comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano.
Asimismo se subraya que la mirada
del Sínodo tendría que ser la del pastor que da la vida por sus ovejas, no la
del que las juzga a priori. La Relación recoge diversos puntos de vista
para proporcionar una base de trabajo a los Círculos menores -que tienen lugar
desde el pasado viernes y se prologarán durante esta semana- y se han sugerido
algunas ideas adicionales.
Por ejemplo, el comunicado cita
que "teniendo siempre presente que la Iglesia debe acoger a los que
atraviesan por dificultades, sería bueno hablar más de las familias que se
mantienen fieles a las enseñanzas del Evangelio, animándolas y dándoles las
gracias por el testimonio que ofrecen". Por esta razón se afirma que del
Sínodo "debería emerger más claramente que el matrimonio indisoluble,
feliz, fiel para siempre, es hermoso, es posible y está presente en la
sociedad, evitando así de centrarse principalmente en las situaciones
familiares imperfectas".
Por otro lado, durante el debate
libre se habló también "de acentuar más el tema de la mujer, de su tutela
y su importancia para la transmisión de la vida y de la fe", así como
"de integrar alguna reflexión sobre la figura de los abuelos en el
hogar" y "de incluir una referencia más específica a la familia como
'Iglesia doméstica' y a la parroquia como una 'familia de familias', así como
"a la Sagrada Familia, como modelo de referencia". En este contexto,
"también se ha tratado sobre cómo valorizar la perspectiva misionera de la
familia y su anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo".
Respecto al tema de los
divorciados que se han vuelto a casar, "se ha dicho que es difícil aceptar
excepciones sin que, en realidad, se conviertan en una regla común". En
relación a los homosexuales "se puso de relieve la necesidad de
aceptación, pero con la prudencia adecuada, con el fin de no crear la impresión
de una evaluación positiva de esa orientación por parte de la Iglesia. La misma
atención se solicitó por cuanto respecta a las convivencias".
Del mismo modo se habló de la
necesidad de reiterar la importancia del sacramento del Bautismo, que es
esencial para comprender plenamente la sacramentalidad del matrimonio y también
su ser un "ministerio" en el anuncio del Evangelio.
Abordando la agilización de los
procedimientos para las causas de nulidad matrimonial, "ha suscitado
alguna perplejidad la propuesta de dar más competencias al obispo diocesano,
cargando así demasiado peso sobre sus hombros". Además, "se ha
solicitado una reflexión más profunda y articulada sobre los casos de poligamia
- en especial los de aquellos que se convierten y quieren recibir los
sacramentos - y sobre la difusión de la pornografía (de forma particular en la
web) que representa un riesgo real para la unidad familiar".
Por último, en relación con la
apertura a la vida por parte de las parejas, "se hizo hincapié en la
necesidad de abordar con más detalle y decisión no sólo el tema del aborto,
sino también el de la maternidad subrogada".
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