Los sacerdotes y las familias.
Volver a incidir de que, es en la
familia el primer lugar donde se aprende amar, donde se descubre que es dar la
vida por el otro, donde el servicio adquiere el valor de construir verdaderas y
duraderas relaciones… es algo que nunca nos cansaremos de repetir: “es en la
familia donde está el futuro de la vida”.
Pero la familia necesita a
alguien que le hable de todo esto, que sea uno más de la casa, que sea el
primero en amar, que sea el primero en dar la vida por cada uno, que sea el
primero en servir, que no dependa de nuestra respuesta para estar entre
nosotros… Las familias necesitamos a Jesús en medio nuestro: “sólo El da
sentido a la vida de familia”.
Jesús necesita a sus testigos,
aquellos que más que hablar de Él, viven como El, se mueven como El, duermen –como
Él durmió-, sufren –cómo Él sufrió-, se rían –cómo El rió-, que sirvan –cómo el
sirvió-… Las familias necesitamos buenos y santos sacerdotes que nos lleven a
Jesús, personas transparentes, que tengan la cintura suficiente de apartarse
para que Jesús sea de verdad el centro de todo, el principio y el fin de la
vida de familia. Las familias necesitan buenos y santos sacerdotes que caminen
junto a ellas hacia Dios.
El lema del Día del Seminario “Señor,
¿que mandáis hacer de mí?”, es una pregunta que tiene que nacer en el
seno de la familia, es en la familia donde tenemos que preguntarnos y ayudar a
cada uno a preguntarse que quiere Dios de nosotros, que quiere el Señor de cada uno.
Estos días tendríamos que
preguntarnos que cercanía tengo yo con aquellos sacerdotes que conozco, si rezo
por ellos, si me acerco y les propongo hacer vida de familia, si pido por
ellos, si rezo por el Seminario. Había un sacerdote que nos decía, -cuando
surgían los debates de la preocupación por las vocaciones-, que confiáramos en
Dios, que rezáramos por ellos y los invitáramos a cenar.
Con estas sencillas y modestas
líneas queremos agradece a Dios por el gran DON que son los sacerdotes para las
familias y pedir por las vocaciones al sacerdocio.
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