miércoles, 30 de septiembre de 2015

SER PALABRAS VIVAS.

En otras ocasiones os hemos contado como hemos descubierto nosotros esta necesidad de hacer vida la Palabra de Dios y de compartir las experiencias entre nosotros, como pequeños frutos que florecen cuando los compartimos. Chiara Lubich tenía otra gran pasión: "su pasión por la Iglesia", pasión que nace de su amor por la Palabra, una pasión que era vida, pues la Palabra la hacía vida y no una vida individual, ella continuamente compartía lo efectos que la Palabra producía en ella, durante muchos años, muchísimas personas se han alimentado de ese comentario que ella administraba después de pasarlo por su corazón para que fuera mejor comprendido. Su pasión era el Verbo, la Palabra, Jesucristo.

Hay un pensamiento muy bello de Chiara que recoge esta idea: “La tensión de mi vida es vivir siempre la Palabra, ser la Palabra, la Palabra de Dios. La amo tanto, que desearía llegar al punto en que, si me preguntasen: “Pero tú, ¡quién eres?”, quisiera responder: “Palabra de Dios”.
En otra ocasión decía Chiara: “Viviendo una Palabra y luego otra y otra más, habíamos comprobado que al poner en práctica cualquier Palabra de Dios, los efectos al final eran idénticos; el hecho de que cada Palabra, a pesar de estar expresada en términos humanos y distintos es Palabra de Dios; pero como Dios es Amor, cada Palabra es caridad. … Y cuando una de estas Palabras caía en nuestra alma, nos parecía que se transformaba en fuego, en llamas, que se transformaba en amor”.

Leyendo los comentarios de Chiara, el Evangelio adquiere para nosotros un nuevo colorido y se nos abre en su dimensión más profunda. Jesucristo es la Palabra, en quien el Padre lo ha dicho todo.
 
“SER PALABRA VIVA”, Chiara Lubich
ED. Ciudad Nueva. Madrid 2008

lunes, 28 de septiembre de 2015

DUBLÍN ACOGERÁ EL PRÓXIMO ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS EN 2018.

Mons. Vicenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo de la Familia, anunció que la próxima cita será dentro de tres años en Irlanda, en la ciudad de Dublín.
Dublín, en Irlanda, será la sede del IX Encuentro Mundial de las Familias (EMF) que tendrá lugar en 2018. El anuncio oficial lo hizo al finalizar la Misa de clausura del EMF Filadelfia 2015.

VIDEO DE LA HOMILIA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA CONCLUSIVA DEL VIII EMF DE FILADELFIA 2015.

FRANCISCO A LAS FAMILIAS: EL AMOR SE MANIFIESTA EN PEQUEÑAS COSAS.

El Encuentro Mundial de las Familias de Filadelfia concluye con la misa presidida por el Santo Padre, quien pidió que cada uno de nosotros se abra a los milagros del amor
FUENTE: ZENIT.
El santo padre Francisco ha advertido que “poner en duda la obra del Espíritu, dar la impresión que la misma no tiene nada que ver con aquellos que ‘no son parte de nuestro grupo’, que no son ‘como nosotros’, es una tentación peligrosa”. Y es una tentación que “no bloquea solamente la conversión a la fe, sino constituye una perversión de la fe”. Lo ha hecho durante la misa de clausura en Filadelfia del Encuentro Mundial de las Familias, con la que además finaliza su viaje apostólico a Cuba y Estados Unidos.
Antes miles de familias que han participado en esta eucaristía en el B. Franklin Parkway, el Papa ensalzó los pequeños gestos de amor, que están vinculados a la santidad.
Durante su homilía, Francisco recordó que el Amor de Dios “nos da una certeza honda: somos buscados por Él, somos esperados por Él”. Y esta confianza --aseguró-- es la que lleva al discípulo a estimular, acompañar y hacer crecer todas las buenas iniciativas que existen a su alrededor.
“Dios quiere que todos sus hijos participen de la fiesta del Evangelio. No impidan todo lo bueno, dice Jesús, por el contrario, ayúdenlo a crecer”, indicó Francisco.
El Santo Padre aseguró que la fe “abre la ventana a la presencia actuante del Espíritu y nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a los pequeños gestos”.
Gestos mínimos --subrayó-- que uno aprende en el hogar; gestos de familia que se pierden en el anonimato de la cotidianidad pero que hacen diferente cada jornada. Como por ejemplo: el “plato caliente de quien espera a cenar, del desayuno temprano del que sabe acompañar a madrugar. Son gestos de hogar. Es la bendición antes de dormir y el abrazo al regresar de una larga jornada de trabajo”.
Asimismo, el Pontífice dijo que “el amor se manifiesta en pequeñas cosas, en la atención mínima a lo cotidiano que hace que la vida tenga siempre sabor a hogar”. La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor. Por eso, las familias “son verdaderas Iglesias domésticas”. El lugar “donde la fe se hace vida y la vida se hace fe”. Y Jesús, recordó el Papa nos invita a provocar y hacer crecer esos pequeños gestos milagrosos                    
Por otro lado, el Santo Padre advirtió que “nuestra casa común no tolera más divisiones estériles”. El desafío urgente de proteger nuestra casa --explicó-- incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. Ante la gran multitud presente en la celebración eucarística, Francisco reconoció que “somos muchos los que participamos en esta celebración y esto es ya en sí mismo algo profético, una especie de milagro en el mundo de hoy”. Y deseó que “cada uno de nosotros se abriera a los milagros del amor para el bien de todas las familias del mundo, y poder así superar el escándalo de un amor mezquino y desconfiado, encerrado en sí mismo e impaciente con los demás”.
Qué bonito sería --indicó-- si en todas partes, y también más allá de nuestras fronteras, pudiéramos alentar y valorar esta profecía y este milagro.

Todo el que quiera traer a este mundo una familia, concluyó el Santo Padre, que enseñe a los niños a alegrarse por cada acción que tenga como propósito vencer al mal –una familia que muestra que el Espíritu está vivo y actuante– encontrará nuestra gratitud y nuestra estima, no importando el pueblo, la región o la religión a la que pertenezca.

domingo, 27 de septiembre de 2015

EL PAPA CON LAS FAMILIAS.


FRANCISCO DEFINE A LA FAMILIA COMO UNA FÁBRICA DE ESPERANZA.

En el B. Franklin Parkway de Filadelfia, el Papa señaló que en la familia hay dificultades, pero estas se superan con amor. También dijo que un pueblo que no sabe cuidar a los niños y a los abuelos no tiene futuro.

FUENTE ZENIT.

El papa Francisco elogió este sábado por la tarde el papel de la familia en un multitudinario acto en el B. Franklin Parkway. “La familia es, perdónenme la palabra, una fábrica de esperanza, de esperanza de vida y resurrección”, dijo improvisando el Santo Padre.
“La familia tiene carta de ciudadanía divina, ¿está claro? La carta de ciudadanía que tiene la familia se la dio Dios, para que en su seno creciera cada vez más la verdad, el amor y la belleza”, añadió el Pontífice para cerrar su primera jornada en Filadelfia, donde llegó hoy desde Nueva York.
Francisco recorrió en su papamóvil las calles de la ciudad, entre aplausos, gritos de bienvenida y expresiones de júbilo de miles de personas que se agolpaban para verle pasar. Una vez en el parque, sede del Encuentro Mundial de las Familias, fue el protagonista de una fiesta en la que el actor estadounidense Mark Wahlberg hizo de maestro de ceremonias dando paso a diversas actuaciones musicales, entre la que destacaron las de Aretha Franklin y Andrea Bocelli.
Además, varias familias dieron su testimonio sobre el espectacular escenario preparado para la ocasión. Mientras el Papa tomaba notas, fueron compartiendo con él sus alegrías y dificultades. En este sentido, cabe destacar la intervención de una pareja argentina que lleva 60 años casada.
El Santo Padre cerró el evento y la vigilia de oración haciendo un alegato en favor de la familia y, sobre todo, de los niños y de los abuelos. “Los niños y los jóvenes son el futuro, son la fuerza, los que llevan adelante. Son aquellos en los que ponemos esperanzas. Los abuelos son la memoria de la familia, son los que nos dieron la fe, nos transmitieron la fe”, subrayó el Pontífice sin mirar al papel.
“Cuidar a los abuelos y cuidar a los niños –prosiguió en español-- es la muestra de amor, no sé si más grande, pero yo diría más promisoria de la familia, porque promete el futuro”. “Un pueblo que no sabe cuidar a los niños y un pueblo que no sabe cuidar a los abuelos es un pueblo sin futuro, porque no tiene la fuerza y no tiene la memoria que lo lleve adelante, advirtió Francisco.
“Lo más lindo que hizo Dios, dice la Biblia, fue la familia”, aseguró. “En la familia hay dificultades, pero esas dificultades se superan con amor”, recordó el Papa, al tiempo que señaló que “el amor es fiesta, el amor es gozo, el amor es seguir adelante”. “Les sugiero un consejo: nunca terminen el día sin hacer la paz en la familia. En una familia no se puede terminar el día en guerra”, insistió el Santo Padre.
Por último, el Pontífice exhortó a los presentes: “Cuidemos la familia, defendemos la familia, porque ahí se juega nuestro futuro”. Antes de despedirse, el papa Francisco rezó un Ave María en inglés, e impartió la bendición apostólica.

VIDEO DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO EN LA FIESTA DE LAS FAMILIAS EN EL VIII EMF DE FILADELFIA 2015.

sábado, 26 de septiembre de 2015

VIDA DE FAMILIA: EL AMOR RECIPROCO LO PUEDE TODO.

Gibi y Wdoble de Walter Kostner

LAS FAMILIAS CON EL PAPA.


LA FAMILIA SEGÚN EL PAPA FRANCISCO.

El Papa Francisco lleva en su corazón a la familia y habla de ella, habla mucho de ella. Desde el 17 de diciembre de 2014 hasta el 16 de septiembre de 2015, en sus audiencias generales de los miércoles, ha querido hablar de ella, profundizando su misterio, su belleza, sus dificultades, los desafíos a los que se enfrenta, dando al mismo tiempo sabias admoniciones y cariñosos consejos como solo un padre sabe hacer.
Los que deseen volver a leer o profundizar sus palabras, encontrarán aquí todos los enlaces de las catequesis, y así tendrán la oportunidad, de modo fácil y rápido, de volver a recorrer este itinerario de la realidad familiar a través de la mirada del Papa Francisco, que inevitablemente retrata no sólo a la familia como tal, sino también a nuestro tiempo, una sociedad en progresión y con cambios culturales anunciadores de desafíos y oportunidades.
Para aquellos que deseen consultar la versión impresa les proponemos el texto, recién publicado en tres lenguas:
“La famiglia genera il mondo” (ita) - “La familia genera el mundo” (esp) - “The family: The World’s Generating Force” (eng), LEV Editore, 2015, que recopila todo el ciclo de encuentros, con una introducción del Obispo Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia.

viernes, 25 de septiembre de 2015

SANTOS DE LA FAMILIA. SAN RAFAEL.

San Rafael
Santo Patrón de los Solteros

San Rafael es uno de los siete arcángeles. Él fue enviado por Dios para ayudar a Tobit, Tobías y
Sara. En ese momento, la prometida de Tobías, Sara, había tenido siete novios que murieron en la noche de bodas. Rafael acompañó a Tobías disfrazado de un hombre llamado Azarías. Rafael le ayudó a través de dificultades y le enseñó cómo casarse con Sara de una manera segura.
Un día Tobit, un ciego, envió a su hijo, llamado Tobías, en un país lejano, para cobrar una deuda. Tobías se perdió, y Dios envió al ángel Rafael para guiarlo. Durante el viaje, se detuvieron en el río Tigris para descansar. Un pez grande se sumergió tras Tobías y este se asustó. Pero el ángel le dijo a Tobías se apoderara del pescado. Cuando él lo llevo a la orilla, el Ángel le dijo que sacara su corazón, la vesícula y el hígado para hacer una medicina. El ángel le dijo que se aplicarla medicina en los ojos de su viejo padre. La vista de su padre se restauró de inmediato.

Datos Curiosos
Rafael, Miguel y Gabriel son los únicos arcángeles mencionados por nombre en la Biblia.
La Iglesia lo reconoce como el ángel del amor, y el patrón de las personas solteras, los médicos y los viajeros.
El nombre de Rafael significa “Dios sana”.
Su fiesta se celebra el 29 de septiembre.

Oraciones
San Rafael, tu que fuiste enviado por Dios y que guiaste a Tobías en su viaje para escoger una buena y virtuosa esposa. Ayúdame en esta elección importante, que afectara todo mi futuro. Tú no solo dirigiste a Tobías para encontrar una esposa, pero también le proporcionaste los lineamientos más importantes en cada matrimonio Cristiano: “Oren juntos antes de tomar decisiones importantes”. Si a través de la oración mantenemos a Dios como el “tercer socio” en nuestro matrimonio, tendremos la fuerza y la gracia que necesitamos para aceptar siempre y hacer su voluntad. Amén.

 Para más in formación ir al enlace: SANTOS DE LA FAMILIA.

UNA PREMISA PARA EL ENCUENTRO DEL PAPA FRANCISCO CON LAS FAMILIAS EN FILADELFIA.


De Filadelfia al mundo
“El futuro está vivo en el alma de cada una de las familias peregrinas que han venido aquí desde todo el mundo, para testimoniar la belleza del matrimonio y la vida familiar”, con estas palabras se dirigía Monseñor Chaput a los asistentes a la inauguración del Encuentro Mundial de las Familias en su octava edición.
También las familias que no hemos podido ir a Filadelfia sentimos que esas palabras nos las ha dirigido a nosotros y queremos ser ese testimonio vivo de la belleza de la familia que ha centrado en sus vidas los valores del Evangelio, que es consciente de que cuando se aman, Jesús se hace presente en medio de ellos y los hace “evangelios vivos” en medio del mundo.
Familias así, son como las custodias que hacen que también hoy Jesús pueda seguir bendiciendo a la humanidad, y reconfigurando “el mundo a través de la gente y las familias que lo aman” al amor.
Pidamos la gracia para que no seamos obstáculos y que estos días sea un tiempo de gracia para las familias.

VIDA DE FAMILIA: AMAR CON UN AMOR QUE LLEVE AL AMOR RECIPROCO.

Gibi y Wdoble de Walter Kostner
La viñeta esta tomada de la Revista Ciudad Nueva.
Amar recíprocamente. Y todo esto tiene que llevarnos a la reciprocidad en el amor. Por eso el último punto del arte de amar es el Amor recíproco. Cuántas veces les ha dicho Chiara a los más pequeños que para quién cree en Dios es más fácil vivir este amor, porque el amor de Dios los guía y anima a amar como Él, y cuando se ama así, se genera en los demás el deseo de amar también, aunque no conozcan a Jesús.

jueves, 24 de septiembre de 2015

SANTOS DE LA FAMILIA. SAN FRANCISCO DE ASIS.

San Francisco de Asís
Santo Patrón de Animales y mascotas

San Francisco de Asís abandonó una vida de lujo por una vida dedicada al cristianismo después de escuchar la voz de Dios, que le mandó a reconstruir la Iglesia y vivir en la pobreza.
Francisco nació en Italia alrededor de 1181, y en su juventud se dedicó a beber y a recepciones, a un
estilo de vida extravagante. Se esperaba que siguiera a su padre en el negocio textil familiar, pero estaba aburrido por la idea de la vida en el comercio. En lugar de planear para el futuro establecido para él, comenzó a soñar despierto con un futuro de caballero. Después de luchar en una batalla entre Asís y Perugia, Francisco fue capturado y encarcelado. Pasó casi un año en la cárcel y, durante este tiempo, comenzó a tener visiones de Dios.
Francisco comenzó a centrar su atención a Dios. Pasó la mayor parte de su tiempo en lugares remotos, y en las iglesias silenciosas alrededor de Asís, orando y discerniendo. Durante este tiempo, mientras rezaba ante el crucifijo, Francisco escuchó la voz de Cristo, quien le pidió reconstruir la Iglesia cristiana y vivir una vida de pobreza. Francis escuchó y abandonó su vida de lujo, dedicando su vida al cristianismo. Empezó a predicar alrededor de Asís y pronto se le unieron 12 seguidores.
La pobreza de Francisco – similar a la de Cristo- sirvió como un ejemplo excepcional para su época. Atraídos por la personalidad carismática de San Francisco, miles pronto llegaron a seguirlo, escuchando sus sermones y uniéndose en su forma de vida. Estos seguidores fueron conocidos como frailes franciscanos.
Más tarde en la vida, Francisco recibió una visión que lo dejó con los estigmas de Cristo marcas que reflejan las heridas que Jesucristo sufrió cuando fue crucificado. Francisco fue la primera persona en recibir las sagradas heridas de los estigmas. Fue canonizado como santo el 16 de julio de 1228, sólo dos años después de su muerte. Hoy, San Francisco de Asís tiene millones de seguidores en todo el mundo.

Datos Curiosos
San Francisco es conocido por su amor a la Eucaristía y por la creación de la escena de la natividad.
Francisco escribió un Cántico a las criaturas, y era conocido por hablar del amor de Dios a los animales. “Toda la alabanza a ti, oh Señor, por todas estas criaturas hermano y hermana.”

Oración
“Señor, hazme un instrumento de tu paz: allí donde haya odio, que yo ponga el amor, allí donde haya ofensa, que yo ponga el perdón; allí donde haya discordia, que yo ponga la unión; allí donde haya error, que yo ponga la verdad; allí donde haya duda, que yo ponga la fe; allí donde haya desesperación, que yo ponga la esperanza; allí donde haya tinieblas, que yo ponga la luz; allí donde haya tristeza, que yo ponga alegría.
Señor, haz que yo busque: consolar y no ser consolado, comprender y no ser comprendido, amar y no ser amado.
Porque: dando es como se recibe, olvidándose de sí es como uno se encuentra, perdonando es como se recibe el perdón, y muriendo es como se resucita a la Vida. “Amen.

Frases Celebres
Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, solo lo que has dado.

Para más in formación ir al enlace: SANTOS DE LA FAMILIA.

DISCURSO DEL SANTO PADRE A LAS FAMILIAS EN CUBA.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, Santiago de Cuba
Martes 22 de septiembre de 2015
Estamos en familia. Y cuando uno está en familia se siente en casa. Gracias a ustedes, familias cubanas, gracias cubanos por hacerme sentir todos estos días en familia, por hacerme sentir en casa. Gracias por todo esto. Este encuentro con ustedes viene a ser como «la frutilla de la torta». Terminar mi visita viviendo este encuentro en familia es un motivo para dar gracias a Dios por el «calor» que brota de gente que sabe recibir, que sabe acoger, que sabe hacer sentir en casa. Gracias a todos los cubanos.
Agradezco a Mons. Dionisio García, Arzobispo de Santiago, el saludo que me ha dirigido en nombre de todos y al matrimonio que ha tenido la valentía de compartir con todos nosotros sus anhelos, sus esfuerzos, por vivir el hogar como una «iglesia doméstica».
El Evangelio de Juan nos presenta como primer acontecimiento público de Jesús las Bodas de Caná, en la fiesta de una familia. Ahí está con María su madre y algunos de sus discípulos. Compartían la fiesta familiar.
Las bodas son momentos especiales en la vida de muchos. Para los «más veteranos», padres, abuelos, es una oportunidad para recoger el fruto de la siembra. Da alegría al alma ver a los hijos crecer y que puedan formar su hogar. Es la oportunidad de ver, por un instante, que todo por lo que se ha luchado valió la pena. Acompañar a los hijos, sostenerlos, estimularlos para que puedan animarse a construir sus vidas, a formar sus familias, es un gran desafío para los padres. A su vez, la alegría de los jóvenes esposos. Todo un futuro que comienza. Y todo tiene «sabor» a casa nueva, a esperanza. En las bodas, siempre se une el pasado que heredamos y el futuro que nos espera. Hay memoria y esperanza. Siempre se abre la oportunidad para agradecer todo lo que nos permitió llegar hasta el hoy con el mismo amor que hemos recibido.
Y Jesús comienza su vida pública precisamente en una boda. Se introduce en esa historia de siembras y cosechas, de sueños y búsquedas, de esfuerzos y compromisos, de arduos trabajos que araron la tierra para que esta dé su fruto. Jesús comienza su vida en el interior de una familia, en el seno de un hogar. Y es precisamente en el seno de nuestros hogares donde continuamente él se sigue introduciendo, él sigue siendo parte. Le gusta meterse en la familia.
Es interesante observar cómo Jesús se manifiesta también en las comidas, en las cenas. Comer con diferentes personas, visitar diferentes casas fue un lugar privilegiado por Jesús para dar a conocer el proyecto de Dios. Él va a la casa de sus amigos –Marta y María–, pero no es selectivo, ¿eh?, no le importa si hay publicanos o pecadores, como Zaqueo. Va a la casa de Zaqueo. No sólo él actuaba así, sino que cuando envió a sus discípulos a anunciar la buena noticia del Reino de Dios, les dijo: «Quédense en la casa que los reciba, coman y beban lo que ellos tengan» (Lc 10,7). Bodas, visitas a los hogares, cenas, algo de «especial» tendrán estos momentos en la vida de las personas para que Jesús elija manifestarse allí.
Recuerdo en mi diócesis anterior que muchas familias me comentaban que el único momento que tenían para estar juntos era normalmente en la cena, a la noche, cuando se volvía de trabajar, donde los más chicos terminaban la tarea de la escuela. Era un momento especial de vida familiar. Se comentaba el día, lo que cada uno había hecho, se ordenaba el hogar, se acomodaba la ropa, se organizaban tareas fundamentales para los demás días, los chicos se peleaban, pero era el momento. Son momentos en los que uno llega también cansado y alguna que otra discusión, alguna que otra «pelea» entre marido y mujer aparece, pero no hay que tenerles miedo… yo le tengo más miedo a los matrimonios que me dicen que nunca, nunca, tuvieron una discusión. Raro, es raro. Jesús elije estos momentos para mostrarnos el amor de Dios, Jesús elije estos espacios para entrar en nuestras casas y ayudarnos a descubrir el Espíritu vivo y actuando en nuestras casas y en nuestras cosas cotidianas. Es en casa donde aprendemos la fraternidad, donde aprendemos la solidaridad, donde aprendemos a no ser avasalladores. Es en casa donde aprendemos a recibir y a agradecer la vida como una bendición y que cada uno necesita a los demás para salir adelante. Es en casa donde experimentamos el perdón, y estamos invitados continuamente a perdonar, a dejarnos transformar. Es curioso, en casa no hay lugar para las «caretas», somos lo que somos y de una u otra manera estamos invitados a buscar lo mejor para los demás.
Por eso la comunidad cristiana llama a las familias con el nombre de iglesias domésticas, porque en el calor del hogar es donde la fe empapa cada rincón, ilumina cada espacio, construye comunidad. Porque en momentos así es como las personas iban aprendiendo a descubrir el amor concreto y el amor operante de Dios.
En muchas culturas hoy en día van despareciendo estos espacios, van desapareciendo estos momentos familiares, poco a poco todo lleva a separarse, aislarse; escasean momentos en común, para estar juntos, para estar en familia. Entonces no se sabe esperar, no se sabe pedir permiso, no se sabe pedir perdón, no se sabe dar gracias, porque la casa va quedando vacía, no de gente, sino vacía de relaciones, vacía de contactos humanos, vacía de encuentros, entre padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos. Hace poco, una persona que trabaja conmigo me contaba que su esposa e hijos se habían ido de vacaciones y él se había quedado solo porque le tocaba trabajar esos días. El primer día, la casa estaba toda en silencio, «en paz», estaba feliz, nada estaba desordenado. Al tercer día, cuando le pregunto cómo estaba, me dice: quiero que vengan ya de vuelta todos. Sentía que no podía vivir sin su esposa y sus hijos. Y eso es lindo. Eso es lindo.
Sin familia, sin el calor del hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, las redes que nos alimentan en la cotidianidad y motivan la lucha para la prosperidad. La familia nos salva de dos fenómenos actuales, dos cosas que suceden hoy día: la fragmentación, es decir, la división, y la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular, de gobernar. Y entonces encontramos en el mundo sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas, que son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares, cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas. Y bueno, uno se olvida de cómo se dice papá, mamá, hijo, hija, abuelo, abuela… se van como olvidando esas relaciones que son el fundamento. Son el fundamento del nombre que tenemos.
La familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás. Cuando vivimos bien en familia, los egoísmos quedan chiquitos –existen porque todos tenemos algo de egoísta–, pero cuando no se vive una vida de familia se van engendrando esas personalidades que las podemos llamar así: “yo, me, mi, conmigo, para mí”, totalmente centradas en sí mismos, que no saben de solidaridad, de fraternidad, de trabajo en común, de amor, de discusión entre hermanos. No saben. A pesar de tantas dificultades como las que aquejan hoy a nuestras familias en el mundo, no nos olvidemos de algo, por favor: las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger y acompañar. Es una manera de decir que son una bendición. Cuando vos empezás a vivir la familia como un problema, te estancás, no caminás, porque estás muy centrado en vos mismo.
Se discute mucho hoy sobre el futuro, sobre qué mundo queremos dejarle a nuestros hijos, qué sociedad queremos para ellos. Creo que una de las posibles respuestas se encuentra en mirarlos a ustedes –esta familia que habló–, a cada uno de ustedes: dejemos un mundo con familias. Es la mejor herencia. Dejemos un mundo con familias. Es cierto que no existe la familia perfecta, no existen esposos perfectos, padres perfectos ni hijos perfectos, y si no se enoja –yo diría–, suegra perfecta. No existen. No existen, pero eso no impide que no sean la respuesta para el mañana. Dios nos estimula al amor y el amor siempre se compromete con las personas que ama. El amor siempre se compromete con las personas que ama. Por eso, cuidemos a nuestras familias, verdaderas escuelas del mañana. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos espacios de libertad. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos centros de humanidad. Y aquí me viene una imagen: cuando, en las Audiencias de los miércoles, paso a saludar a la gente, y tantas, tantas mujeres me muestran la panza y me dicen Padre: “¿Me lo bendice?”. Yo les voy a proponer algo a todas aquellas mujeres que están “embarazadas de esperanza”, porque un hijo es una esperanza: que en este momento se toquen la panza. Si hay alguna acá, que lo haga acá. O las que están escuchando por  radio o televisión. Y yo a cada una de ellas, a cada chico o chica que está ahí adentro esperando, le doy la bendición. Así que cada una se toca la panza y yo le doy la bendición, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y deseo que venga sanito, que crezca bien, que lo pueda criar lindo. Acaricien al hijo que están esperando.
No quiero terminar sin hacer mención a la Eucaristía. Se habrán dado cuenta que Jesús quiere utilizar como espacio de su memorial una cena. Elige como espacio de su presencia entre nosotros un momento concreto en la vida familiar. Un momento vivido y entendible por todos, la cena.
Y la Eucaristía es la cena de la familia de Jesús, que a lo largo y ancho de la tierra se reúne para escuchar su Palabra y alimentarse con su Cuerpo. Jesús es el Pan de Vida de nuestras familias, él quiere estar siempre presente alimentándonos con su amor, sosteniéndonos con su fe, ayudándonos a caminar con su esperanza, para que en todas las circunstancias podamos experimentar que él es el verdadero Pan del cielo.
En unos días participaré junto a las familias del mundo en el Encuentro Mundial de las Familias y en menos de un mes en el Sínodo de los Obispos, que tiene como tema la Familia. Los invito a rezar. Les pido, por favor, que recen por estas dos instancias, para que sepamos entre todos ayudarnos a cuidar la familia, para que sepamos seguir descubriendo al Emmanuel, es decir, al Dios que vive en medio de su Pueblo haciendo de cada familia, y de todas las familias, su hogar. Cuento con la oración de ustedes. Gracias.
Saludo final del Papa desde la terraza
(Los saludo. Les agradezco… la acogida… la calidez… gracias) Los cubanos realmente son amables, bondadosos y hacen sentir a uno como en casa. Muchas gracias. Y quiero decir una palabra de esperanza. Una palabra de esperanza que quizás nos haga girar la cabeza hacia atrás y hacia adelante. Mirando hacia atrás, memoria. Memoria de aquellos que nos fueron trayendo a la vida y, en especial, memoria a los abuelos. Un gran saludo a los abuelos. No descuidemos a los abuelos. Los abuelos son nuestra memoria viva. Y mirando hacia adelante, los niños y los jóvenes, que son la fuerza de un pueblo. Un pueblo que cuida a sus abuelos y que cuida a sus chicos y a sus jóvenes, tiene el triunfo asegurado. Que Dios los bendiga y permítanme que les dé la bendición, pero con una condición. Van a tener que pagar algo. Les pido que recen por mí. Esa es la condición. Los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Adiós y gracias.

Viaje Apostólico del Santo Padre Francisco a Cuba, Estados Unidos y visita a la Sede de la ONU.

PROCLAMAR EL EVANGELIO DESDE LOS TEJADOS.

Cuando te propones vivir el Evangelio y hacerlo la "ley" de tu vida, una de las primeras consecuencias es la necesidad de que aquellos con los que vives queden contagiados de la energía que nace al vivirlo, la necesidad de compartir las experiencias que continuamente surgen de forma espontánea y de esta vivencia, de la presencia de Jesús en su Palabra nace la fuerza para ser sus testigos: testigos del Evangelio.
Y esa es la experiencia de este blog, pretende ser algo más que un noticiario, quiere ser un medio para que las familias seamos testigos de Dios Amor.
No somos indiferentes a lo que nos rodean, de las dificultades de muchas familias, pero precisamente por eso, tenemos que anunciar el Evangelio y más cuando nuestra noticia es buena, es de alegría. Y los demás están deseando oírla. Todos queremos oír que nos quieren, que nos desean que seamos felices, que nos queramos los unos a los otros.
Hace algunos días, hablando con un amigo de San Pablo, nos decía que si San Pablo viviese hoy sería periodista. Salvando las distancias, no solo con San Pablo, sino también con los periodistas, las familias no podemos renunciar, no podemos renunciar a ser familias cristianas comprometidas, que irradiemos la vida que Cristo nos da, que difundamos el Evangelio. No podemos ser estáticos, sino dinámicos, en continuo movimiento, ser para el mundo lo que el alma en el cuerpo: ser el alma del mundo.

Debe rebosar en nosotros la vocación al amor, que nos salgamos de la letra y comprendamos el espíritu del Evangelio, que las familias nos miremos en el Evangelio y seamos testigos del Evangelio de la Familia y de la Vida.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

VIDA DE FAMILIA: VIVIR EL RETO DE VIVIR POR EL OTRO

Gibi y Wdoble de Walter Kostner

SANTOS DE LA FAMILIA. SAN JOAQUIN.

San Joaquín
Santo Patrón de los Abuelos
San Joaquín era el marido de Santa Ana y el padre de María, la madre de Jesús. Santa Ana nació en
Belén, y se casó con Joaquín de Nazaret. Ambos eran descendientes de David.
Joaquín era un hombre piadoso, devoto de la fe judía. Dio regularmente a los pobres ya la sinagoga. Sin embargo, como su esposa era estéril, el sumo sacerdote rechazó a Joaquín, ya que la falta de hijos de su esposa fue interpretado como una señal de desaprobación divina.
Joaquín se retiró al desierto, donde ayunó e hizo penitencia durante cuarenta días. El ángel Gabriel se le apareció entonces tanto a Joaquín como a Ana, prometiéndoles un niño. Joaquín volvió a Jerusalén y abrazó a Ana con gran alegría. Ella también había recibido la visita de Gabriel.
Existía una antigua creencia de que un hijo nacido de una madre anciana que había perdido la esperanza de tener descendencia estaba destinado para grandes cosas. Poco después, Ana dio a luz a una hija, María, Madre de Dios.

Datos Curiosos
El nombre de Joaquín en hebreo significa “Dios prepara”, nuestro “Dios establecerá”.
El día de la fiesta de San Joaquín se celebra el 26 de julio.

Oraciones
O grande y glorioso Patriarca, San Joaquín, qué alegría la mía cuando considero que fuiste elegido entre todos los santos de Dios para ayudar en el cumplimiento de los misterios de Dios, y para enriquecer nuestra tierra con la gran Madre de Dios, María más santa! Por este privilegio singular, te has convertido en más poderoso tanto con la madre y su hijo, de manera que se pueda obtener para nosotros las gracias que necesarias para nosotros. Con gran confianza busco tu protección poderosa y Os encomiendo todas mis necesidades y las de mi familia, tanto espirituales como temporales; y sobre todo encomiendo a tu guarda el favor particular que yo deseo y busco desde tu intercesión paterna.
Y ya que eras un modelo perfecto de la vida interior, obtén para mí la gracia de recogimiento interior y un espíritu de desprendimiento de los bienes transitorios de esta vida, junto con un amor vivo y perdurable de Jesús y María. Obtén para mí de la misma manera una sincera devoción y obediencia a la Santa Iglesia: a fin de que yo pueda vivir y morir en la fe, la esperanza y la caridad perfecta, siempre invocando los sagrados nombres de Jesús y María, y que pueda así ser salvo. Amén.

 Para más in formación ir al enlace: SANTOS DE LA FAMILIA.

TEXTO COMPLETO DEL SANTO PADRE A LAS FAMILIAS EN SANTIAGO DE CUBA.

El último acto del viaje a Cuba del Papa Francisco ha sido con. El Santo Padre ha vuelto a repetir la necesidad de cuidarlas, es donde comenzamos nuestra vida, Jesús comenzó su vida en una familia, a Jesús le gusta entrar en la vida de la familia, a formar parte de ella. La familia es nuestra “escuela de fraternidad, de solidaridad, de perdón, de gratuidad…”, la familia es la “escuela de la humanidad”. Las familias no son un problema, son una oportunidad. La necesidad de los momentos de familia alrededor de la mesa y la Eucaristía es la cena de la familia de Jesús.
Santiago de Cuba, 23 de septiembre de 2015.
 
"Estamos en familia. Y cuando uno está en familia se siente en casa. Gracias familias cubanas, gracias cubanos por hacerme sentir todos estos días en familia, por hacerme sentir en casa. Gracias. Este encuentro con ustedes es como «la frutilla de la torta». Terminar mi visita viviendo este encuentro en familia es un motivo para dar gracias a Dios por el «calor» que brota de gente que sabe recibir, que sabe acoger, que sabe hacer sentir en casa. Gracias a todos los cubanos.
Agradezco a Mons. Dionisio García, Arzobispo de Santiago, el saludo que me ha dirigido en nombre de todos y al matrimonio que ha tenido la valentía de compartir con todos nosotros sus anhelos y esfuerzos por vivir el hogar como una «iglesia doméstica».
El Evangelio de Juan nos presenta como primer acontecimiento público de Jesús las Bodas de Caná, en la fiesta de una familia. Ahí está con María su madre y algunos de sus discípulos compartiendo la fiesta familiar.
Las bodas son momentos especiales en la vida de muchos. Para los «más veteranos», padres, abuelos, es una oportunidad para recoger el fruto de la siembra. Da alegría al alma ver a los hijos crecer y que puedan formar su hogar. Es la oportunidad de ver, por un instante, que todo por lo que se ha luchado valió la pena. Acompañar a los hijos, sostenerlos, estimularlos para que puedan animarse a construir sus vidas, a formar sus familias, es un gran desafío para los padres. A su vez, la alegría de los jóvenes esposos. Todo un futuro que comienza, todo tiene «sabor» a casa nueva, a esperanza. En las bodas, siempre se une el pasado que heredamos y el futuro que nos espera. Hay memoria y esperanza. Siempre se abre la oportunidad para agradecer todo lo que nos permitió llegar hasta el hoy con el mismo amor que hemos recibido.
Y Jesús comienza su vida pública precisamente en una boda. Se introduce en esa historia de siembras y cosechas, de sueños y búsquedas, de esfuerzos y compromisos, de arduos trabajos que araron la tierra para que ésta dé su fruto. Jesús comienza su vida en el interior de una familia, en el seno de un hogar. Y es precisamente en el seno de nuestros hogares donde continuamente Él se sigue introduciendo, Él sigue siendo parte. Le gusta meterse en la familia.
Es interesante observar cómo Jesús se manifiesta también en las comidas, en las cenas. Comer con diferentes personas, visitar diferentes casas fue un lugar privilegiado por Jesús para dar a conocer el proyecto de Dios. Él va a la casa de sus amigos –Marta y María–, pero no es selectivo, no le importa si son publicanos o pecadores, como Zaqueo. No sólo Él actuaba así, sino cuando envió a sus discípulos a anunciar la buena noticia del Reino de Dios, les dijo: «Quédense en la casa que los reciba, coman y beban de los que ellos tengan» (Lc 10,7). Bodas, visitas a los hogares, cenas, algo de «especial» tendrán estos momentos en la vida de las personas para que Jesús elija manifestarse ahí.
Recuerdo en mi diócesis anterior que muchas familias me comentaban que el único momento que tenían para estar juntos era normalmente en la cena, a la noche, cuando se volvía de trabajar, donde los más chicos terminaban la tarea de la escuela. Era un momento especial de vida familiar. Se comentaba el día, lo que cada uno había hecho, se ordenaba el hogar, se acomodaba la ropa, se organizaban las tareas fundamentales para los demás días. Los chicos se peleaban, pero era el momento. Son momentos en los que uno llega también cansado y alguna que otra discusión, alguna que otra «pelea» entre marido y mujer aparece. Pero no hay que tenerle miedo. Yo le tengo más miedo a los matrimonios que nunca tuvieron una discusión, es raro. Jesús elije estos momentos para mostrarnos el amor de Dios, Jesús elije estos espacios para entrar en nuestras casas y ayudarnos a descubrir el Espíritu vivo y actuando en nuestras cosas cotidianas. Es en casa donde aprendemos la fraternidad, donde aprendemos la solidaridad, donde aprendemos el no ser avasalladores. Es en casa donde aprendemos a recibir y a agradecer la vida como una bendición y que cada uno necesita a los demás para salir adelante. Es en casa donde experimentamos el perdón, y estamos invitados a perdonar, a dejarnos transformar. Es curioso, en casa no hay lugar para las «caretas», somos lo que somos y de una u otra manera estamos invitados a buscar lo mejor para los demás.
Por eso la comunidad cristiana llama a las familias con el nombre de iglesias domésticas, porque en el calor del hogar es donde la fe empapa cada rincón, ilumina cada espacio, construye comunidad. Porque en momentos así es como las personas iban aprendiendo a descubrir el amor concreto y operante de Dios.
En muchas culturas hoy en día van despareciendo estos espacios, van desapareciendo estos momentos familiares, poco a poco todo lleva a separarse, aislarse; escasean momentos en común, para estar juntos, para estar en familia. Entonces no se sabe esperar, no se sabe pedir permiso, no se sabe pedir perdón, no se sabe dar gracias, porque la casa va quedando vacía. No de gente, sino vacía de relaciones, vacía de contactos, vacía de encuentros. De padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos. Hace poco, una persona que trabaja conmigo me contaba que su esposa e hijos se habían ido de vacaciones y él se había quedado solo porque le tocaba trabajar. El primer día, la casa estaba toda en silencio, en paz, estaba feliz, nada estaba desordenado. Al tercer día, cuando le pregunto cómo estaba, me dice: quiero que vengan ya todos de vuelta todos. Sentía que no podía vivir sin su esposa y sus hijos. Y eso es lindo.
Sin familia, sin el calor de hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, nos alimentan en la cotidianidad y motivan la lucha para la prosperidad. La familia nos salva de dos fenómenos actuales, dos cosas que suceden: la fragmentación (la división) y la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar. Y entonces encontramos en el mundo sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas que son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares; cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas. Uno se olvida de cómo se dice papá, mamá, hijo, hija, abuelo, abuela. Se van como olvidando esas relaciones que son el fundamento.
La familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás. Cuando vivimos bien en familia los egoísmos quedan chiquitos, existen porque todos tenemos algo de egoísmo. Pero cuando no se vive una vida de familia se van engendrando esas personalidad que las podemos llamar así: yo, me, mí conmigo, para mí, totalmente centradas en sí mismo, que no saben de solidaridad, de fraternidad, de trabajo en común, de amor, de discusión entre hermanos, no saben.
A pesar de tantas dificultades como aquejan hoy a nuestras familias del mundo, no nos olvidemos de algo, por favor: las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger, acompañar. Es una manera de decir que son una bendición, cuando vos empiezas a vivir la familia como un problema, te estancas, no caminas, estás muy centrado en vos mismo.
Mucho se discute sobre el futuro, sobre qué mundo queremos dejarle a nuestros hijos, qué sociedad queremos para ellos. Creo que una de las posibles respuestas se encuentra en mirarlos a ustedes: esta familia que habló a cada uno de ustedes. Dejemos un mundo con familias. Es la mejor herencia, dejemos un mundo con familias. Es cierto que no existe la familia perfecta, no existen esposos perfectos, padres perfectos, ni hijos perfectos, y si no se enojan yo diría suegra perfecta, no existe, pero eso no impide que no sean la respuesta para el mañana. Dios nos estimula al amor y el amor siempre se compromete con las personas que ama. El amor siempre se compromete con la persona que ama. Por eso, cuidemos a nuestras familias, verdaderas escuelas del mañana. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos espacios de libertad. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos centros de humanidad. Y aquí me viene una imagen, cuando las audiencias de los miércoles paso a saludar a la gente, tantas tantas mujeres me muestran la panza y me dicen ‘padre me lo bendice’. Les voy a proponer algo, a todas aquellas mujeres que están embarazas de esperanza, porque un hijo es una esperanza, que en este momento se toquen la panza. Si hay alguna acá, que lo haga acá, o las que están escuchando por radio o televisión. Y yo a cada una de ellas, a cada chico o chica que está ahí dentro esperando, le doy la bendición, así que cada una se toca la panza, y yo le doy la bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Y deseo que venga sano, que crezca bien, que lo pueda criar. Acaricien al hijo que están esperando.
No quiero terminar sin hacer mención a la Eucaristía. Se habrán dado cuenta que Jesús quiere utilizar como espacio de su memorial, una cena. Elige como espacio de su presencia entre nosotros un momento concreto en la vida familiar. Un momento vivido y entendible por todos, la cena.
La Eucaristía es la cena de la familia de Jesús, que a lo largo y ancho de la tierra se reúne para escuchar su Palabra y alimentarse con su Cuerpo. Jesús es el Pan de Vida de nuestras familias, Él quiere estar siempre presente alimentándonos con su amor, sosteniéndonos con su fe, ayudándonos a caminar con su esperanza, para que en todas las circunstancias podamos experimentar que es el verdadero Pan del cielo.
En unos días participaré junto a familias del mundo en el Encuentro Mundial de las Familias y en menos de un mes en el Sínodo de Obispos, que tiene como tema la Familia. Los invito a rezar especialmente por estas dos instancias, para que sepamos entre todos ayudarnos a cuidar a la familia, para que sepamos seguir descubriendo al Emmanuel, es decir al Dios que vive en medio de su Pueblo haciendo de cada familia y de todas las familias su hogar. Cuento con la oración de ustedes.
 
PAPA FRANCISCO