sábado, 3 de octubre de 2015

PRESENTACIÓN EN GRANADA DE LA ENCÍCLICA “LAUDATO SI”.

Presentación de la Encíclica del Papa Francisco  Laudato Si

"LAUDATO SI', SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN"
ENCÍCLICA DEL PAPA FRANCISCO
PRESENTACIÓN EN GRANADA
Jueves, 8 de octubre
20 horas
Auditorio de la sede central de Caja Rural de Granada
(Avda. Don Bosco, 2, cerca del Parque de las Ciencias)

Intervienen:
Mons. Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Pablo Martínez de Anguita
Doctor Ingeniero de Montes y
Profesor Titular de "Selvicultura" en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid

La Encíclica será presentada por el Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, y sobre ella hablará también el Doctor Ingeniero de Montes Profesor Pablo Martínez de Anguita. Pablo Martínez de Anguita es experto en temas medioambientales y actualmente Profesor Titular de “Selvicultura y Organización y gestión de proyectos” en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Además, Martínez de Anguita es especialista en elaboración de políticas económico-ambientales, ha trabajado desarrollando proyectos de conservación de la naturaleza y lucha contra la pobreza en Europa, Asia, África y América. Su experiencia en este campo le ha llevado a descubrir el asombro ante la belleza como fuente de conocimiento y de respeto por la vida. Martínez de Anguita también ha sido profesor en las Universidades de Nueva York y Yale, en Estados Unidos, y de Oxford, en el Reino Unido. Asimismo es  autor de diez libros y más de una treintena de publicaciones científicas. La presentación en Granada de la Encíclica del Papa quiere servir de acercamiento para conocer y aprender qué nos dice el Santo Padre sobre el cuidado de la tierra que habitamos, al mismo tiempo que se invita a su lectura. 

El Papa comienza su Encíclica aludiendo a las palabras de San Francisco de Asís que dan título al documento del Santo Padre: “Laudato si’, mi’ Signore (‘Alabado seas, mi Señor’), cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos (…). Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.

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