"El amor de Cristo nos apremia"
22 de enero de 2017
Día 5: Una nueva realidad
está presente (2 Corintios 5, 17)
Ezequiel 36, 25-27 Os daré un corazón nuevo
Salmo 126 Estamos alegres
Colosenses 3, 9-17 Renovados en Cristo
Juan 3, 1-8 Nacer del Espíritu
Comentario
Pablo se encontró con Cristo, el Señor resucitado, y se convirtió en
una persona nueva, así como le pasa a todos los que creen en Cristo. Esta nueva
realidad no es visible a simple vista. Es una realidad de fe. Dios vive en
nosotros por el poder del Espíritu Santo y nos hace participar en la vida de la
Trinidad.
Por este acto de nueva creación se supera el pecado original y se nos
inserta en una relación salvífica con Dios. De ahí que se puedan decir cosas
verdaderamente extraordinarias de nosotros. Como dijo Pablo: en Cristo somos
una nueva criatura; en su resurrección la muerte ha sido vencida; ninguna
persona o cosa nos puede arrebatar de las manos de Dios; somos uno en Cristo y
él vive en nosotros. En Cristo somos «un reino de sacerdotes» (Ap 5, 10), al
darle gracias por haber vencido la muerte y al proclamar la promesa de una
nueva creación.
Esta nueva vida se hace visible cuando le permitimos que tome forma en
nosotros y nos volvemos «compasivos, benignos, humildes, pacientes y
comprensivos». También tiene que hacerse visible en nuestras relaciones
ecuménicas. Una convicción común en muchas Iglesias es que cuanto más estemos
en Cristo, más cerca estaremos unas de otras. De un modo especial en este 500
aniversario de la Reforma, recordamos tanto los éxitos como también las
tragedias de nuestra historia. El amor de Cristo nos apremia a vivir como
nuevas criaturas, buscando activamente la unidad y la reconciliación.
Preguntas
¿Qué es lo que me ayuda a reconocer que soy una nueva creación en
Cristo?
¿Qué pasos tengo que dar para vivir mi nueva vida en Cristo?
¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas de ser una nueva creación?
Oración Dios trino, te nos
has revelado como Padre y Creador, como Hijo y Salvador, como Espíritu y dador
de vida, y sin embargo eres uno. Superas y trasciendes nuestras fronteras
humanas y nos renuevas. Danos un corazón nuevo para superar todo lo que pone en
peligro nuestra unidad en ti. Lo pedimos en el nombre de Jesucristo, por el
poder del Espíritu Santo. Amén.
FUENTE: CEE
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