Inauguración de la XIV Semana diocesana de la
familia, con una ponencia en la que el sacerdote diocesano D. Ildefonso
Fernández-Fígares profundizó sobre la familia y en el designio de Dios, así
como en el aspecto constitutivo que es la persona, única y amada infinitamente
por Dios. Acogida y apertura distinguen la familia soñada por Dios, porque en
ella el ser humano descubre una existencia donada previamente y de forma
gratuita.
“Busca con calma tu vocación. Tómate tu
tiempo. Escucha al Señor, no dejes de preguntarle. Esto es vital para tu vida:
sólo serás plenamente feliz cumpliendo el plan que Dios te proponga.
Sobrepasará el mayor de tus sueños. (...) Querida hija, no imaginas cuánto
puede fascinar a un hombre, cuánto puede transformar su vida, una mujer
inamovible en su fe. Una mujer de fe puede educar a una generación entera. De
cualquier modo, con fe o sin ella, si no es capaz de respetar tu virginidad
hasta llegar al matrimonio, no será un auténtico hombre, ni será auténtico su
amor. Por más que te duela, ¡no tengas miedo de perderlo! Pues si no respeta
esto en ti, ¿cómo podrías esperar que sea el fuerte bastón que sostenga a su
familia cuando todo zozobre a vuestro alrededor? ¿Cómo esperar que, llegado el
momento, esté dispuesto a sacrificar todo y recibir cuantos golpes sean
necesarios para protegerla?”.
Con estas palabras, que forman parte de una
carta que un padre dirigió a su hija y está publicada en internet, el sacerdote
diocesano D. Ildefonso Fernández-Fígares comenzó su intervención con la que
inauguró la XIV Semana diocesana de la familia, que hasta el día 17 se celebra
con el lema “El sueño de Dios: la familia”, organizada por esta Pastoral de
Granada.
Asimismo, partiendo de las preguntas
fundamentales que toda persona tiene en su corazón –“¿quién soy?, ¿nos hacemos
a nosotros mismos?, ¿somos fruto del azar?, ¿qué es el hombre y qué papel juega
su libertad en el contexto de su relación con otra persona?-, D. Ildefonso
Fernández-Fígares profundizó en la dimensión constitutiva de la persona humana,
que no se hace a sí misma y vive siempre, desde su individualidad, en relación
con otras personas. En este sentido, el sacerdote diocesano, Doctorado por el
Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia en Washington, subrayó
que “antes que un hecho cultural o psicológico o histórico, la familia es el
ámbito constitutivo de la persona, le precede a todo”, siendo el designio de
Dios. “Dios sueña con cada uno de nosotros y en su esencia no necesita de
nosotros, pero al mismo tiempo se hace mendigo de cada uno”.
D. Ildefonso Fernández-Fígares abordó también
la comunión de personas, de la que –dijo- toda persona humana procede,
porque todos procedemos de una familia, con un padre y una madre, aunque los
progenitores sean desconocidos, explicó. Asimismo, la paternidad y maternidad
no es exclusivo de la biología, ya que “todos estamos llamados” a ella y, más
aún, “lo cierto es que todos somos hijos”. En este sentido, destacó que la
persona se da a sí misma y ama cuando hace experiencia de que ya ha sido amada
previamente. “Somos amados y eso nos constituye. Somos hijos de Dios”.
De la familia, D. Ildefonso Fernández destacó
que es el “sueño de Dios”, que da título a la Semana diocesana, “en la medida
en que es el despertar del hombre. Lo primero que la persona descubre es que su
existencia es dada por otro: un padre y una madre”. Ambos –padre y madre- son
colaboradores de Dios en la Creación, explicó D. Ildefonso, al mismo tiempo que
recordaba que “el Señor hace su historia de Salvación a través de una relación
familiar” y cómo el propio Hijo de Dios vino de la mano de una familia, en la
Encarnación.
La familia como ámbito de acogida y apertura
a todos, no sólo a los hijos, y como escuela desde donde la persona descubre
quién es son otros de los aspectos que explicó el sacerdote y vicerrector del
Seminario Mayor en la inauguración de esta Semana diocesana. Asimismo, D.
Ildefonso Fernánde-Fígares aludió a la “Iglesia doméstica” de la que hablan en
su magisterio los Papas e insistió en que la misión de la Iglesia es la
familia. “El deseo de la Iglesia es que la misión de la Iglesia debe ser en sí
misma la misión de la familia en todo lo que es y hace. Así se comprende qué es
Iglesia doméstica”. Y es que la pastoral familiar no es una parte de la pastoral
de la Iglesia, sino que es la pastoral de la Iglesia. “Ser Iglesia doméstica es
reconocer en la familia el sueño de Dios y el despertar del hombre en su
totalidad”, subrayó D. Ildefonso Fernández-Fígares. Además, incidió en la
necesidad de recuperar la dimensión del hogar. “Ser hogar es que la familia es
el lugar constitutivo de las personas”, señaló.
OTRAS ACTIVIDADES
La Semana diocesana de la familia se
celebrará hasta el 17 de febrero. En la tarde del martes día 14, a las 20
horas, la Curia Metropolitana (Plaza Alonso Cano) acogerá la conferencia de la
psicóloga María Victoria Romero Hidalgo, perteneciente al Instituto Secular
Alianza en Jesús por María, con el título “El matrimonio, para Dios, sueño de
dos”.
El jueves día 16 tendrá lugar una mesa redonda
de testimonios con el lema “Familias misioneras que viven su vocación al amor
como iglesias domésticas”, y el viernes día 17 concluye la Semana diocesana con
una oración en familia compartida con los seminaristas diocesanos de Granada.
Ambas actividades tendrán lugar en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva
(C/ Recoletos, 2), a las 20 horas.
Paqui Pallarés
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