domingo, 23 de julio de 2017

“AMOR HUMANO, MATRIMONIO Y FAMILIA” SE DESPIDE DEL CURSO CON UNA SEMANA DE FORMACIÓN Y CONVIVENCIA EN EL HOTEL DEL DUQUE.

Los alumnos y profesorado del curso “Amor humano, matrimonio y familia”, organizado por la Pastoral Familiar del Arzobispado, han clausurado el curso académico con una semana de convivencia celebrada a principios de mes en el Hotel del Duque, en la que matrimonios y familias han compartido momentos de ocio y actividades al aire libre, además de dos nuevas sesiones del Cine Forum.
El programa académico “Amor humano, matrimonio y familia”, organizado desde la Pastoral Familiar del Arzobispado de Granada, clausuró su primer periodo académico desde su inauguración el pasado mes de enero, con una semana de convivencia en la que alumnos, profesores, matrimonios y familias se dieron cita del 3 al 8 de julio en el Hotel del Duque para impartir las últimas sesiones formativas del presente curso.
“Estas jornadas han sido una experiencia de convivencia muy positiva en la que hemos compartido muchos momentos especiales pero destacaría la parte formativa que se ha llevado a cabo por las mañanas, las clases han sido muy enriquecedoras”, afirma D. Antonio Martín, delegado de Pastoral Familia y responsable del curso. Entre las asignaturas impartidas en estas jornadas los alumnos han recibido ponencias sobre filosofía, familia, vida consagrada, sacramentos y ecología, entre otras.
ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE Y CINE FORUM
Entre las actividades de carácter fraterno organizadas los alumnos del curso han podido compartir momentos de adoración al Santísimo Sacramento, varias excursiones a los Peñones de San Francisco, donde pudieron contemplar la puesta de sol y celebrar la Eucaristía oficiada por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, o el rezo de Vísperas y el Rosario en la zona de las Canteras.


“Para mí la celebración de la Eucaristía en la cima de la montana en los Peñones de San Francisco fue un momento maravilloso en el que pudimos experimentar como el ser humano es uno con Dios y con toda la creación”, resalta Ruth Castellano, alumna del curso que ha disfrutado de estas jornadas en compañía de su marido e hijos.
En estos días también tuvieron lugar las dos últimas sesiones del Cine Forum en la que se proyectaron dos películas: “Luces de la ciudad”, de Charles Chaplin y la película japonesa “De tal padre tal hijo”.
NUEVO PERIODO DE MATRICULACIÓN.
El nuevo cuatrimestre del curso “Amor humano, matrimonio y familia”, que tendrá lugar desde septiembre a diciembre de 2017, comenzará el sábado 9 de septiembre con la impartición de nuevas materias del curso en el Centro de Estudios Superiores “La Inmaculada”.

Aquellas personas interesadas en unirse a este programa académico de formación en matrimonio y familia podrán formalizar su inscripción hasta el próximo 31 de agosto escribiendo un correo a cursoamorhumano@gmail.com.

sábado, 1 de julio de 2017

PALABRA DE VIDA DE JULIO DE 2017

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11, 28).
Fatigados y sobrecargados: palabras que nos sugieren la imagen de personas -hombres y mujeres, jóvenes, niños y ancianos- que de distintos modos llevan pesos a lo largo del camino de la vida y esperan que llegue el día en que se puedan liberar de ellos.
En este pasaje del Evangelio de Mateo, Jesús les dirige una invitación: «Venid a mí...».
Jesús tenía a su alrededor a la muchedumbre que había venido a verlo y a escucharlo; muchos de ellos eran personas sencillas, pobres, con poca formación, incapaces de conocer y respetar todas las complejas prescripciones religiosas de su tiempo. Además pesaban sobre ellos los impuestos y la administración romana, una carga muchas veces imposible de sobrellevar. Se encontraban en apuros y buscaban a alguien que les ofreciese una vida mejor.
Con su enseñanza, Jesús mostraba una atención especial por ellos y por todos los que estaban excluidos de la sociedad porque se los consideraba pecadores. Él deseaba que todos pudiesen comprender y acoger la ley más importante, la que abre la puerta de la casa del Padre: la ley del amor. Pues Dios revela sus maravillas a quienes tienen un corazón abierto y sencillo.


Pero Jesús nos invita hoy, también a nosotros, a acercarnos a Él. Él se manifestó como el rostro visible de Dios, que es amor, un Dios que nos ama inmensamente tal como somos, con nuestras capacidades y nuestras limitaciones, nuestras aspiraciones y nuestros fracasos. Y nos invita a fiarnos de su ley, que no es un peso que nos aplasta, sino un yugo ligero capaz de llenarles el corazón de alegría a cuantos la viven. Esa ley requiere que nos comprometamos a no replegarnos sobre nosotros mismos, sino a hacer de nuestra vida, día a día, un don cada vez más pleno a los demás.
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso».
Jesús también hace una promesa: «...os daré descanso».
¿De qué modo? Ante todo, con su presencia, que se hace más neta y profunda en nosotros si lo elegimos como punto firme de nuestra existencia; y luego, con una luz especial que ilumina nuestros pasos de cada día y nos hace descubrir el sentido de la vida incluso cuando las circunstancias externas son difíciles. Si además comenzamos a amar como Jesús mismo hizo, encontraremos en el amor la fuerza para seguir adelante y la plenitud de la libertad, porque de esta manera la vida de Dios se abre paso en nosotros.
Escribe Chiara Lubich: «Un cristiano que no esté siempre en la tensión de amar no merece el nombre de cristiano. Porque todos los mandamientos de Jesús se resumen en uno solo: amar a Dios y al prójimo, en quien vemos y amamos a Jesús. El amor no es un mero sentimentalismo, sino que se traduce en vida concreta, en servir a los hermanos, en especial a los que tenemos al lado, y empezar por las pequeñas cosas, por los servicios más humildes. Dice Carlos de Foucauld: "Cuando amamos a alguien, estamos realmente en él, estamos en él con el amor, vivimos en él con el amor; ya no vivimos en nosotros mismos, estamos desapegados de nosotros mismos, fuera de nosotros mismos". Y precisamente gracias a este amor se abre paso en nosotros su luz, la luz de Jesús, según su promesa: "El que me ame... me manifestaré a él" (Jn 14, 21). El amor es fuente de luz: amando se comprende más a Dios, que es Amor».
Acojamos la invitación de Jesús a acudir a Él y reconozcámoslo como fuente de nuestra esperanza y de nuestra paz.
Acojamos su mandamiento y esforcémonos por amar como hizo Él, en las mil ocasiones que nos suceden cada día en la familia, en la parroquia, en el trabajo: respondamos a la ofensa con el perdón, construyamos puentes en lugar de muros y pongámonos al servicio de quienes sienten el peso de las dificultades.
Descubriremos que esta ley no es un peso, sino un ala que nos llevará a volar alto.

LETIZIA MAGRI 

INTENCIÓN DE ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA JULIO DE 2017.

“Por nuestros hermanos que se han alejado de la fe, para que, a través de nuestra oración y el testimonio evangélico, puedan redescubrir la cercanía del Señor misericordioso y la belleza de la vida cristiana”.