El
purpurado español comenta con periodistas el primer año de pontificado de
Francisco: "Un año de gracia especial dado a la Iglesia"
El cardenal Julián
Herranz, español y con una importante trayectoria de trabajo en el Vaticano, ha
descrito al Santo Padre Francisco como una persona enamorada de Cristo y que el
hecho de ser un gran evangelizador tiene en este amor su raíz. Lo ha dicho en
un encuentro informal con periodistas en la Universidad Pontificia de la Santa
Croce, en el que ha hablado sobre su impresión personal del Pontífice
argentino, hoy, día que se celebra el primer año de su elección. El purpurado
ha manifestado su agradecimiento al Señor "por este año de gracia especial
dado a la Iglesia con la elección del papa Francisco". Así, ha explicado
que lo ve como un año de gracia especial porque el papa Francisco es
principalmente "un enamorado, apasionadamente enamorado de Cristo" y
por ello decimos que es "un gran evangelizador". Porque "cuando
una persona está enamorada le gusta hablar de ese amor que tiene, al igual que
sucede con el amor humano", ha afirmado.
El amor también puede
ser divino, y el cardenal Herranz ha señalado que para informar sobre la
Iglesia y sobre el Papa -que tiene una particular misión divina- es
necesario "elevar un poco las categorías del pensamiento". Del mismo
modo ha observado que cuando uno está enamorado de Cristo, como lo está el
Santo Padre, "uno puede hacer cosas que humanamente pueden parecer
locuras". Como puede ser, ha precisado ante la pregunta de un periodista,
levantarse todos los días a las 4.30 de la mañana o no tomar vacaciones en
verano.
Asimismo, ha indicado
que "si queréis entender a este Papa y a Cristo que habla a través de él,
es necesario abrirse y pensar que en el amor divino, en el amor de Cristo
sucede como con el amor humano. Se busca, se conoce a la persona, se trata y se
enamora. Con Cristo sucede lo mismo".
¿Y qué quiere el Papa?
se ha preguntado el cardenal, "hacer que el mundo se enamore de
Cristo". Según el purpurado español, el Santo Padre está "sacudiendo
al mundo y la Iglesia con dos verdades fundamentales. Al mundo le dice no
podéis vivir de espaldas a Dios como si no existiera, Dios existe. Y Dios en un
momento determinado de la historia se ha hecho carne para hacerse más cercano y
más reconocible por nosotros. Y ha revelado que Dios es amor, amor de Padre que
busca, perdona y tiene un corazón infinitamente misericordioso".
También ha explicado en qué sentido "sacude a la Iglesia", y es
"en el recordar que la Iglesia o es esencialmente misionera o no es. Porque
la Iglesia ha sido fundada por Cristo para transmitir al mundo el mensaje de
Salvación por el que Dios se ha hecho carne". Con esto, ha indicado,
"está poniendo en su lugar el punto central del Concilio Vaticano
II". El cardenal Herranz ha dicho que, en su opinión, este punto no es la
colegialidad episcopal, el ecumenismo, la reforma litúrgica, el diálogo
interreligioso, el diálogo de la Iglesia con el mundo moderno -"que todo
ello es muy importante"-, sino "la llamada universal a la santidad y
al apostolado". Esto quiere decir, "tomarse en serio el ser
cristiano, salir de un cristianismo de agua de rosas, de salón..." y
"volver al cristianismo de los primeros siglos cuando un enamorado de
Cristo se dejaba matar por esa fe".
Por otro lado, el
purpurado ha matizado que los papas precedentes también estaban enamorados de
Cristo, "cada uno en su forma, carácter, tradición, formación, lugar de
nacimiento...". Y así ha afirmado que "no hay en los dos mil años de
la Iglesia una sucesión inmediata de papas santos como estamos teniendo -con
motivo del Concilio Vaticano II hasta ahora-" y por ello debemos dar
gracias a Dios.
Al responder a la
pregunta de una periodista sobre el punto característico del papa Francisco en
su modo de estar enamorado de Cristo, el cardenal Herranz ha subrayado "su
espontaneidad y su sencillez". Además cuando el Papa habla de Iglesia
misionera, lo antepone a esta idea de ser autorreferencial, de mirarse a uno
mismo, ha indicado el cardenal. Del mismo modo ha destacado su inmediatez y
sencillez en el hacer las cosas, "que no es una cosa estudiada sino que es
así por temperamento". Ha destacado además su relación con el otro, como
una necesidad que él tiene personalmente.
El cardenal Herranz ha
explicado a los periodistas también algunos de los cambios y reformas durante
este año de pontificado. Sobre la "internalización" de la Curia y de
la Iglesia, el purpurado ha explicado que es un proceso que ya inició con el
Concilio Vaticano II y se ha ido desarrollando en la sucesión de los varios
papas que le han precedido. Así, ha explicado que los cardenales no eligen con
un criterio sociológico o geográfico sino con el criterio del Espíritu Santo y
se buscan las cualidades de la persona.
Por otro lado, ha
indicado que la reforma de la Curia está dirigida para adaptar al Concilio
Vaticano II la organización del gobierno central de la Iglesia y ha recordado
que ya había esta aproximación con la Pastor Bonus (Constitución Apostólica que
regula el funcionamiento de la Curia Romana). Esto necesita tiempo y para la
Pastor Bonus fueron necesarias 3 Comisiones y más de 10 años de trabajo, ha
explicado. El cardenal cree que la próxima será quizá más profunda y necesitará
menos tiempo.
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