miércoles, 8 de octubre de 2014

EL MATRIMONIO CRISTIANO NO SE PUEDE VOLVER LIGHT.

El rector de la UCA precisa que en el Sínodo se entiende también el realismo comprensivo que debe acompañar el sufrimiento de los otros, sin forzar respuestas
Por H. Sergio Mora
 El rector de la Universidad Cátólica Argentina (UCA) Mons. Víctor Fernández, ha participado hoy en la conferencia sobre el Sínodo que se realizó en la sala de prensa de la Santa Sede.
Los temas fueron varios, y tomando pié en una anterior explicación dada por Mons. Fernández, que había hablado sobre la relación entre verdad y libertad religiosa, expresada por el Concilio Vaticano II, ZENIT preguntó sobre la relación entre doctrina y la pastoral sobre la familia.
El rector de la UCA explicó que sobre el tema de la libertad religiosa, “antes del Concilio se decía que era necesario defender la verdad” y si a quien practicaba otra religión o creencia le gustaba o no lo que decía la Iglesia “es su problema, porque nosotros defendemos la verdad”.
Sin embargo, indicó el monseñor argentino, “el Concilio ha caminado con mucha valentía un poco más adelante. Ha dicho que está la verdad, pero es necesario respetar la libertad religiosa. Quien según su conciencia sigue otra religión debe hacerlo así, porque él está convencido”. Reiteró que “eso para algunos era imposible, no se podía nunca decir. Sin embargo el Concilio Vaticano II ha encontrado un camino nuevo”, dijo.
Y en el aula sinodal “ese obispo -prosiguió Mons. Fernández- ha narrado este ejemplo precisamente para hablar de lo que se ha preguntado antes: ¿podría este Sínodo, o el Sínodo del año que viene, encontrar una nueva síntesis para hablar de estos problemas de las situaciones particulares, como de los vueltos a casar, o de otras situaciones?”
Delante de esta pregunta, el rector de la UCA reiteró que “nadie quiere quitar la indisolubilidad matrimonial, no es posible. Nadie quiere debilitar el vínculo, todos queremos que los esposos sean fieles hasta la muerte. Para nosotros es un bellísimo ideal. Y la sociedad necesita mucho este mensaje porque si no terminaremos por destruirnos a nosotros mismos y entre nosotros. Esto está muy claro. Y digamos que la mayor parte de los padres sinodales insisten en esto: no debilitar la fuerza y la belleza de esta propuesta cristiana que no se debe convertir en 'light'”.
O sea que sin debilitar nada, “otros obispos insisten sobre el realismo comprensivo que debe acompañar el sufrimiento de los otros, aún si tenemos que mancharnos un poco, porque el maestro Jesús era cercano a todos, no se alejaba de ninguno”.
“También en situaciones como la poligamia, que nosotros no podemos aceptar nunca --prosiguió el arzobispo-- porque hablamos de la dignidad de la mujer. Y las mujeres aquí presentes pueden entender. Un hombre que tiene muchas mujeres, ellas no saben qué derechos tienen... Sobre esto nosotros no queremos ir hacia atrás, porque queremos defender la dignidad de la mujer. Pero entendemos las situaciones particulares donde uno se convierte y después tienes que decidir una sola mujer, y ¿las otras tienen que irse y morir de hambre? También en este punto donde es clarísima la doctrina y no se puede cambiar nunca, hay una situación particular donde uno se interroga ¿qué hacemos? Hay un sufrimiento, un problema, es necesario pensarlo.
Y recordó que en sus palabras de apertura del sínodo de la familia, “el Papa pidió precisamente que “se hable con claridad no es necesario esconder nada, sin tener miedo que el cardenal Müller 'les venga encima...' Hablar con claridad porque si no, no llegamos nunca a lo que el Señor nos pide. Pero también escuchar con mucha humildad, porque todos tienen algo que enseñarnos”.
Y precisó que la idea es esta: “Hablar con mucha claridad porque si yo estoy convencido que el Señor me muestra algo a través de mi experiencia, yo no debo esconder esto a mis hermanos. Es por esto que no se discute, se dice lo que uno cree pero no se discute. Y al final continuamos todos amigos”.
Respondiendo a otra pregunta en 'cuanto amigo del papa Bergoglio', Mons. Fernández precisó que “Yo al Papa aún le digo de 'usted', no 'vos' o 'tú'. Decir que somos amigos es demasiado, sí he trabajado con él en distintas ocasiones y nos hemos entendido bien, nada más que eso”. 
“En el CELAM -indicó el rector de la UCA- me produjo mucha admiración el modo de trabajar del entonces cardenal Bergoglio. Él estaba preocupado porque quería que hubiera un ambiente de mucha participación en Aparecida. Muchos decían que la anterior conferencia de Santo Domingo ya había unas líneas que bajaban desde arriba y había que seguir y no se podía hablar demasiado. Entonces, se reclamaba una especie de renacimiento de la Iglesia en Latinoamericana en su libertad de trabajo, de producción, etc”.
Añadió que por eso “el entonces cardenal Bergolgio no quería que se partiera de un texto previo, sino que todos hablaran con absoluta libertad en las comisiones. Y que poco a poco se fueran encontrando los consensos. Él decía: 'si no hay tiempo de redactar un documento no ser hará, pero tenemos que trabajar así'. Entonces, en estos grupos y comisiones se discutir con mucha libertad y fueron surgiendo textos de cada una de las comisiones”.
El arzobispo reconoció que “después hubo muy poquito tiempo para hacer el documento de Aparecida, por eso es un documento muy heterogéneo. Literariamente hay que disculparle en muchos defectos a ese documento. Pero su grandeza es que es el resultado de un debate real, de discusiones reales donde se recogieron los consensos que se fueron logrando poco a poco”.

“Si usted me pregunta qué luz nos aporta eso para entender cómo actúa el Papa ahora”, indicó el rector universitario, “es posible que él no esté demasiado preocupado si este Sínodo no produce nada extraordinario o que todo el mundo aplauda, porque él siempre piensa que el tiempo es superior al espacio. Que las cosas se van gestando lentamente, que lo que interesa es iniciar procesos más que querer forzar decisiones. Y esos procesos producirán frutos en el momento adecuado”. 

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