En la homilía,
Francisco ha recordado que las asambleas sinodales sirven para cultivar y
guardar mejor la viña del Señor
En la basílica de San Pedro, con
la misa de apertura -presidida por el papa Francisco y concelebrada por
cardenales, patriarcas, arzobispos, obispos y presbíteros-, ha dado inicio el
Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la familia. En este Sínodo "estamos
llamados" a "trabajar por la viña del Señor", según ha
recordado el papa Francisco en la homilía. Asimismo, ha explicado que "las
Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o
para ver quién es más inteligente... Sirven para cultivar y guardar mejor la
viña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su
pueblo".
Antes de dar comienzo la
celebración eucarística, el Papa ha incensiado las reliquias de santa Teresa de
Lisieux y sus padres Luis y Celia Martín, en un relicario conjunto.
Durante la homilía, Francisco ha
afirmado que "el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los
orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad". Al
respecto, ha advertido sobre la tentación de 'apoderarnos' de la viña,
"a causa de la codicia que nunca falta en nosotros, seres humanos".
Por eso, ha indicado que "el sueño de Dios siempre se enfrenta con la
hipocresía de algunos servidores suyos". Y es que -ha proseguido- podemos
'frustrar' el sueño de Dios si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. Es
el Espíritu quien da "esa sabiduría que va más allá de la
ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde
creatividad", ha subrayado el Santo Padre.
Dirigiéndose a los presentes, el
Pontífice ha señalado que para cultivar la viña, "es preciso que nuestro
corazón y nuestra mente estén custodiados en Jesucristo por la paz de Dios,
que supera todo juicio". Y así, "nuestros pensamientos y nuestros
proyectos serán conformes al sueño de Dios: formar un pueblo santo que le
pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios".
Por otro lado, comentando las
lecturas del día, el Papa ha explicado la imagen de la viña del Señor que usa
tanto el profeta Isaías y el Evangelio. "La viña del Señor es su
'sueño', el proyecto que Él cultiva con todo su amor, como un campesino cuida
su viña". Por eso ha recordado que la vid es una planta que requiere
muchos cuidados. "El 'sueño' de Dios es su pueblo: Él lo ha plantado y lo
cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en un pueblo santo, un
pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia", ha afirmado Francisco.
Sin embargo, el Papa ha observado
que tanto en la antigua profecía como en la parábola de Jesús, este sueño de
Dios queda frustrado. "Con su parábola, Jesús se dirige a los jefes de
los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir, a los 'sabios', a la
clase dirigente", ha indicado. Y es a quienes Dios ha encomendado de
manera especial su 'sueño', es decir, a su pueblo, para que lo cultiven, se
cuiden de él, lo protejan de los animales salvajes. Por eso, Francisco ha
indicado que "el cometido de los jefes del pueblo es éste: cultivar la
viña con libertad, creatividad y laboriosidad". Asimismo, el Obispo
de Roma ha recordado que Jesús dice que aquellos labradores se apoderaron de la
viña; "por su codicia y soberbia, quieren disponer de ella como quieran,
quitando así a Dios la posibilidad de realizar su sueño sobre el pueblo que
se ha elegido".
De este modo, Francisco ha
advertido que la tentación de la codicia siempre está presente, "la
codicia del dinero y del poder". Y para satisfacer esta codicia, "los
malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportables, que
ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo", ha observado.
Este sábado por la tarde, miles
de personas se reunieron en la plaza de San Pedro en una vigilia de oración
para rezar por el Sínodo, donde también estuvo presente el Santo Padre. Durante
la celebración, diversas personas dieron su testimonio antes de que Francisco
pronunciara un breve discurso. Así, hablando del Sínodo, el Papa pidió que
"además de escuchar, invocamos la disponibilidad de confrontarse con
sinceridad, de manera abierta y fraterna, que nos lleve a hacernos cargo de la
responsabilidad pastoral, de los interrogativos que este cambio de época lleva
consigo".
El itinerario sinodal comenzó con
el consistorio de los cardenales del 20 al 21 de febrero de este año, tiene su
segunda etapa con la Asamblea Extraordinaria de este mes de octubre y concluirá
con la Asamblea Ordinaria de 2015. Los obispos y cardenales que participan del
presente sínodo que inicia este domingo 4 y se prolonga hasta el domingo 19 son
en total 191, además, de 16 expertos o colaboradores, 38 Auditores, 8 delegados
fraternos y 12 parejas de padres y esposos.
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