Lograr que el
matrimonio sea válido, fructífero y que transmita la fe
Por H. Sergio Mora
El segundo día del Sínodo sobre la familia,
convocado por el papa Francisco, se ha realizado este martes. Son dos reuniones
o congregaciones cada día; ayer lunes se desarrollaron las dos primeras y este
martes las dos siguientes.
Entre ayer y hoy más de 70
obispos realizaron sus intervenciones, cuyos contenidos fueron transmitidos,
esta mañana, a los periodistas en una conferencia realizada en la Sala de
Prensa de la Santa Sede.
Presentes el cardenal Vicent
Nichols, y el patriaca Boutros Bechara; el portavoz del Vaticano, padre
Federico Lombardi y otros dos portavoces, uno para el idioma inglés, padre
Thomas Rosica y otro para el español, padre Manuel Dorantes, quienes
respondieron también a las preguntas de los periodistas.
Durante la tercera congregación
general ha proseguido el debate siguiendo el orden del Instrumentum
Laboris, que hoy indicaba: "Evangelio de la familia y ley natural" y
"La familia y la vocación de la persona en Cristo".
Los padres sinodales realizaron
diversas intervenciones, indicó el padre Lombardi, comenzando por la necesidad
del lenguaje que la Iglesia tiene que usar para explicar la voluntad de Dios,
así como para incentivar el Evangelio de la familia. Entretanto, los padres
sinodales reiteraron que “no es suficiente cambiar el vocabulario si luego no
se consigue crear un puente de diálogo efectivo con los fieles”.
Se planteó también la necesidad,
indicó el portavoz, de “realizar un camino, gradual, en el que los fieles se
acercan al ideal de la familia y matrimonio cristiano como es indicado en el
Magisterio de la Iglesia”.
Se invitó además a reconocer el
apoyo positivo que significa la experiencia de las personas, así como a
fortalecer las etapas de la vida cristiana, de manera que haya una continuidad
y coherencia en el matrimonio y en la familia.
De manera que el matrimonio “no
sólo sea válido, sino también fructífero, porque hay que transmitir una visión
del matrimonio no sólo como punto de llegada, sino como un camino hacia una
meta más alta, un camino de crecimiento personal”.
El padre Lombardi, añadió que los
padres sinodales indicaron: “Hay que acompañar constantemente a los cónyuges en
su itinerario de vida, a través de una pastoral familiar intensa y vigorosa”. Y
si fuera el caso “sin miedo a que eventualmente disminuya el número de bodas
celebradas en la Iglesia”. Otro padre sinodal habló de la importancia de
“verificar que existan condiciones para el matrimonio, ser exigentes para
aceptar a las parejas que se acercan al matrimonio en la Iglesia”.
Entre las ideas que expusieron
los padres sinodales figura que “la Iglesia debe ofrecer su enseñanza de forma
más incisiva, presentando la doctrina no como una lista de prohibiciones, sino
haciéndose más cercana a los fieles, como hacía Jesús”.
“Debemos enfocar más lo positivo
que la prohibición, más la propuesta que la norma. También el valor de la
sexualidad dentro del matrimonio”.
Muchos dieron ejemplos de pastoral
familiar con servicio de preparación a la familia, o de acompañamiento de las
familias en dificultad, para que no se sientan abandonados. También se habló
sobre las situaciones conflictivas y las repercusiones en la vida familiar,
como en el caso de las migraciones.
En cuanto al acercamiento a la
Eucaristía de los divorciados que se han vuelto a casar, se indicó que la
comunión no es el sacramento de los perfectos, sino de aquellos que están en
camino, y sobre este tema se seguirá profundizando.
Al igual que ayer por la tarde,
se ha indicado que es necesario escuchar las experiencias de las parejas
casadas, porque sus luchas y sus fracasos no pueden ser ignorados; al
contrario, pueden ser el fundamento de una teología real, verdadera.
Otros puntos han sido la
importancia de la catequesis para las familias, especialmente para los niños, y
de la oración entre las paredes domésticas que da lugar a una verdadera y
propia generación de la fe, transmitiéndola de padres a hijos.
Se ha hablado también de otros
temas, como los retos de la familia delante de la revolución informática, de
los problemas de los sacerdotes católicos de rito oriental que son casados y de
la asistencia que a veces necesitan, o del problema de la poligamia en África.
Varias intervenciones en el
Sínodo subrayaron la importancia misionera del evangelio de la familia y
manifestaron gratitud por el empeño de los movimientos.
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