FUENTE ZENIT.
El Sínodo
'es un momento que aparece como una gran gracia dentro de lo que es el caminar
de la Iglesia y un gran soplo del Espíritu Santo que nos acompaña y nos permite
mirar el futuro con optimismo'.
Lo indicó
este lunes el cardenal arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, al
compartir con ZENIT sus impresiones sobre la asamblea sinodal en curso. Añadió
que el ser cristiano es un proceso que muchas veces implica búsqueda,
conversión, comprensión, misericordia. Y por consiguiente, pastoralmente hay
que ubicar a la misma familia, a los pastores de la Iglesia, y a los mismos
laicos, en esta perspectiva de camino.
Recordó
también que muchos pastores y familias cristianas están llamados a acompañar a
muchos que sin saberlo están buscando a Dios, porque Dios les está buscando a
ellos. A continuación la entrevista.
¿Cuál es la
experiencia de este sínodo sobre la familia?
-- Card.
Ezzati: En primer lugar la experiencia eclesial, el hecho que un grupo tan
numeroso de obispos, sacerdotes y laicos nos podamos encontrar con el sucesor
de Pedro, para dialogar sobre un tema tan importante, no solamente para la
Iglesia sino para el mundo de hoy, esto es un signo maravilloso, de mucha
fraternidad y responsabilidad.
¿En qué
sentido fraternidad y responsabilidad?
-- Card.
Ezzati: fraternidad en el sentido que estamos enfrentando juntos con el papa
Francisco una temática que hoy toca profundamente la vida de las personas, pero
también es una experiencia colegial donde cada uno desde su experiencia, desde
su fe, vivida en la vida diaria, en el contacto de las comunidades cristianas y
donde la vida cristiana va creciendo, va aportando las mejores experiencias de
reflexión, y de vida, que permiten darle un soplo nuevo renovado del Espíritu
de lo que es la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo
de hoy.
El Papa
indicó que el Sínodo es un lugar protegido en donde el Espíritu Santo
inspira...
-- Card.
Ezzati: Lo veo así, con ojos de fe y con los ojos de fe de un discípulo que
tiene siempre en el camino sus dudas, sus noches oscuras. Y este momento
aparece como una gran gracia dentro de lo que es el caminar de la Iglesia y
dentro de lo que significa caminar en la Iglesia con un grupo muy significativo
de miembros de la Iglesia, que viven, testimonian y anuncian el evangelio de la
familia en el mundo de hoy. Por consiguiente, un gran soplo del Espíritu que
nos acompaña y nos permite mirar con optimismo, porque el Espíritu nos conduce
siempre.
¿En la
pastoral, en qué se puede avanzar?
-- Card.
Ezzati: La realidad cristiana es un camino. Tertuliano decía: 'no hemos nacido
cristianos, nos vamos haciendo cristianos'. También la familia no nace con
todas las experiencia y las cualidades y esplendor. La familia cristiana se va
haciendo a través de un proceso que muchas veces implica búsqueda, conversión,
comprensión, misericordia, y por consiguiente pastoralmente hay que ubicar la
tarea de la misma familia, de los pastores de la Iglesia, y de los mismos
laicos, en esta perspectiva de camino, en una perspectiva de una familia que se
va haciendo cada vez más cristiana. Y eso sin pretender que de buenas a
primeras hayamos llegado a la meta óptima, sino acogiendo la procesualidad
también de lo que significa hacerse cristiano en familia y hacer que la familia
llegue a ser lo más cristiana posible.
¿Cuáles son
los desafíos particulares en Chile y en América Latina?
-- Card.
Ezzati: En Chile tenemos familias ejemplares, que caminan y buscan caminar en
la fidelidad del Evangelio, en la misión de la Iglesia y que son fecundas de
hijos, que son verdaderamente Iglesia doméstica, que han descubierto su
vocación y misión de ser evangelizadoras. Tenemos familias que están heridas,
en descubrimiento de lo que significa ser familia bendecida por el sacramento
del matrimonio.
Me decía una
profesora de la Universidad que bendijo su matrimonio hace un par de meses
atrás, en el proceso de preparación en la parroquia en donde estaba, ella era
la única con su futuro esposos que todavía no estaban casados ni convivían. De
10 parejas, 9 vivían ya una 'realidad' de familia y vida matrimonial. Entonces
los desafíos que tenemos en Chile son los que tiene Europa, y veo dialogando
con los obispos vecinos de Perú, de Bolivia, de Colombia, que es el problema de
tantos otros países.
Pero eso no
nos tiene que desalentar, porque el Espíritu Santo va actuando, estas mismas
personas que ya viven unidas sin el sacramento del matrimonio, e incluso sin el
matrimonio civil, el Espíritu está actuando y va despertando en ellos el deseo
y la voluntad de dar pasos ulteriores, de descubrir la belleza de ser un
matrimonio que sea signo del infinito amor que Jesucristo tiene a su Iglesia.
¿O sea que
Dios va actuando para llevarlos al camino justo?
-- Card.
Ezzati: Más que nunca hoy en día los pastores y las familias cristianas que
tiene conciencia de su vocación y misión en la Iglesia y en el mundo, están
llamados a acompañar a tantos que sin saberlo están buscando a Dios y que Dios
les está buscando a ellos, justamente a través de la mediación eclesial que
somos cada uno de nosotros.
Francisco en
este sentido invita a salir...
-- Card.
Ezzati: Salir con la capacidad espiritual, la humildad espiritual, de saber que
Dios ha puesto en nosotros un don que quiere ser don para los demás y que la
tarea es poner ese don a disposición de los demás, no porque sea nuestro,
porque no lo es, es un don gratuito. La misión que tenemos es de ser mediación
de Jesús para que ese don llegue a tantas y tantas personas, en particular a
los jóvenes.
¿Tantos
jóvenes que no se casan?
-- Card.
Ezzati: Hoy día los jóvenes, al menos en mi experiencia, y lo que las
estadísticas nos dicen, es que tienen el deseo grande de formar una familia,
quieren una familia como un gran ideal. No siempre tienen el apoyo incluso de
la sociedad civil. Y digámoslo con humildad, a veces tampoco el nuestro de
pastores, de acompañar ese deseo grande y bello que tienen para que lo vayan
cultivando.
Está ese
deseo de plenitud, y nosotros humildemente tenemos que poner el don de la
gracia que hemos recibido, al servicio del Señor.
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