jueves, 15 de diciembre de 2016

LLEVAR EL NIÑO JESÚS A CASA

“¡HAN DESALOJADO A JESÚS!”

Como todos los años, el fin de semana anterior a Navidad, las calles están invadidas de espíritu de consumo
Y en medio una cantidad abrumadora de gente que salía para realizar las compras de navidad, se encontraban una decena de niños que detenían a los apresurados transeúntes para regalarles un Niño Jesús.
 “¿Será una campaña de publicidad?”, se preguntaban algunos.
 Eran las reacciones de quienes observaban a estos pequeños protagonistas en medio del ajetreo. Y lo mismo que en Granada, en San Sebastián, Segovia, Albacete, Torrelodones, Madrid…
 Se trata de la campaña “¡Han desalojado a Jesús!”, presente en la mayoría de países donde el Movimiento de los Focolares realiza sus obras. Busca hacer recordar, días antes de la noche santa de Navidad, que en estas fechas la celebración verdadera es el cumpleaños de Jesús.

El Niño Jesús de escayola que entregan, acostado en una cestita, adornada con pajitas, es elaborado por los mismos niños. Son los Gen 4: niños/as entre 4 y 10 años miembros del Movimiento de los Focolares.
 “¡Tenemos prisa!”, dijo uno de los consumidores cuando un grupo de pequeños lo paró cuando con su novia salía de un almacén de una conocida marca de ropa. “Espera, -le dijo ella-, a lo mejor tienen algo que decirnos”.
“Queremos haceros recordar que el niño Jesús ha nacido y que ese es el sentido de la Navidad”: la pareja se mostró interesada; se llevaron el regalo y depositaron una ofrenda libre (los niños no piden nada a cambio, pero si, de todas maneras, les dan, se sienten felices de poder luego donarlo para los niños necesitados de África).
 “Queremos hacerles recordar que Jesús ha venido a la tierra para devolvernos el paraíso”, dijo una focolarina –consagrada de esta realidad eclesial -, mientras acompañaba a los niños en esta campaña.

Historia de esta iniciativa
La campaña nació basándose en una reflexión escrita por Chiara Lubich (1920–2008), fundadora de la Obra de María (Movimiento de los Focolares).

 “Se acerca la Navidad y las calles de la ciudad se cubren de luces. Una fila interminable de tiendas; una riqueza fina, pero exorbitante…, -escribió-,... vino a los suyos y no lo recibieron… No había lugar para Él en la posada. Ni siquiera en Navidad”.
Y precisamente para devolver el sentido cristiano de la Navidad, desde semanas antes los pequeños del Movimento Gen 4 los preparan, los ponen en cunitas, los pintan, los envuelven en papel celofán transparente y le adjuntan impreso el texto completo de esa meditación de Chiara Lubich.
Los niños se alegran con la preparación. Están dispuestos a acogerlo y ver que en esto hay un compromiso. Al inicio los niños son un poco tímidos, luego se dan aliento unos a otros, y así detienen a la gente, algunos pasan de largo, “pero en ellos también vemos el rostro de Jesús”, dijo una niña.

Frutos de esta campaña
Son muchos quienes, alrededor del mundo, se detienen y agradecen esta iniciativa. En un libro, editado por Città Nuova y que lleva el mismo nombre de la campaña, hay varias historias recopiladas, entre ellas una ocurrida en el concurrido centro comercial Rockefeller ubicado muy cerca de la Quinta Avenida en Manhattan:
Una mujer, que recibió el niño Jesús, días después envió a los pequeños diciéndoles: “Mientras visitaba Nueva York con mis amigos, no sé bien cómo, en medio a la multitud vi vuestro tenderete y me llamó la atención. Aquellas palabras… ‘Han desalojado a Jesús’ resonaron dentro de mí”, confesó.  
“Quisiera transmitir vuestro mensaje a otros, ha sido la Navidad más bella desde hace mucho tiempo, me llenó de calor el corazón”.
Y aunque muchos pasan de largo, otros se detienen: “Entrar en un supermercado y verse acogido por unos niños tan sonrientes que te ofrecen un niño Jesús es inquietante”, fue el testimonio de un señor en Florencia;
“a veces pensamos poder encontrar todo en un supermercado, ¡pero jamás me hubiera imaginado regresar a casa trayendo a Jesús!”, aseguró.
 “Hoy le agradezco a la Iglesia por haber salvado las imágenes”, decía Chiara Lubich en su reflexión sobre la Navidad. “Hace años estuve en un país donde reinaba el ateísmo y vi a un sacerdote que esculpía estatuas de ángeles para recordarle a la gente el Cielo. Hoy comprendo aún más su actitud: el ateísmo práctico que hoy invade el mundo la exige”.
La verdad es que apoderarse de la Navidad y desterrar al Recién Nacido es algo que hace sufrir”, confiesa.         
“Que por lo menos en todas nuestras casas se grite Quién ha nacido, festejándolo de un modo nunca visto”, concluye la fundadora del Movimiento de los Focolares

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