Amar sirviendo. En una grandísima mayoría de los casos, el "dar la
vida" que nos pide Jesús no se cumple derramando sangre, sino en la vida
diaria, en muchos pequeños detalles, poniéndonos al servicio de los demás,
incluso de aquellos, que por algún motivo, pueden parecer inferiores a
nosotros. Es sabido que a diferencia de los sinópticos, en la narración de la
hora solemne de la última cena, el Evangelista Juan, no habla de la institución
de la Eucaristía, sino que cuenta que Jesús lava los pies a sus discípulos
"para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros"(Jn
13,15). Servir significa hacerse "eucaristía" para los demás,
identificarse con ellos, compartir sus alegrías, sus dolores (cf. Rm 12,15),
aprender a pensar con su cabeza, a sentir con su corazón, a vivir en ellos:
"caminar con sus mocasines" como dice el proverbio indio. El amor, es
la primera evangelización. Dios te bendiga.
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