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martes, 31 de diciembre de 2013

ESCUCH-ARTE EN GRANADA. JORNADA DE LA FAMILIA 2013.






JORNADA DE LA FAMILIA 2013 EN GRANADA.

“Esposo y esposa
Padre y madre
Por la gracia de Dios”

La convocatoria de la Delegación de Pastoral Familiar de la Diócesis de Granada para participar en la  Eucaristía, que con motivo de la Solemnidad de la Sagrada Familia, se celebra en la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, un año más ha contado con la participación de numerosos granadinos, que como una única familia ha celebrado el don precioso de la familia, para pedir por cada familia, para orar por la vida.
Muchos matrimonios jóvenes, muchas familias con los pequeños y los mayores de la casa… parroquias, movimientos… algunos llegados de fuera…  una verdadera tarde de fiesta a los pies de nuestra Madre, que como otros años, se ha quedado pequeña para acoger a todos los que querían participar. Miembros de los Movimientos Familiares de la Diócesis han participado en la preparación de la Eucaristía que ha contando también con el Grupo Musical “EscuchArte” de Jaén.
En el altar los matrimonios que habían comunicado su deseo de renovar de manera especial sus promesas matrimoniales en sus 25 ó 50 aniversarios de boda; la Eucaristía fue presidida por D. Javier, nuestro Arzobispo, estaban también presentes D. Manuel Reyes, y D. Blas Gordo Vicarios Generales y otros sacerdotes que se unieron para concelebrar la Eucaristía.
Palabras de cariño de Don Javier cuando en la homilía se refería al misterio de amor que se da en el matrimonio, un amor que lleva adelante la vida de familia, un amor que no sabe del tiempo, un amor que se vive en plenitud y que más allá de 25 o 50 años, está llamado a ser un amor para la eternidad.

Terminada la Eucaristía, y mientras se hacían alguna foto en el Camarín a los pies de la Virgen, veíamos aquellos milagros de fidelidad: milagros de 25 años de vida en común, milagros de 50 años. Que testimonios de fidelidad, de amor, de entrega, de sacrificio, de humidad, de sencillez, de energía, de fuerza, de seguridad, de amor, de disponibilidad. Una nueva oportunidad para dar gracias a Dios por cada familia, y de pedir de manera especial por aquellas que tienen problemas o se encuentran en dificultad.

EUCARISTÍA DE LA SAGRADA FAMILIA 2013. GRANADA.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

JORNADA DE LA FAMILIA 2013
Domingo 29 de Diciembre del 2013

MONICIÓN DE ENTRADA
(Después del saludo inicial):
Coincidiendo con la fiesta de la Sagrada familia, el Hogar santo donde José, el padre, María, la madre, y el Niño nos han enseñado con su vida silenciosa y humilde la dignidad, el valor de la familia, la Iglesia recuerda cada año la Jornada de la Familia que este año tiene por lema: “Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios”.
Hagamos nuestro este lema e invoquemos en nuestra celebración al Espíritu Santo para que cada familia, arraigada en Cristo, sea fuente viva de fe, signo vivo del amor y de la paternidad de Dios y germen fecundo de la nueva evangelización en este mundo que necesita, con urgencia, la esperanza de Dios.

MONICIÓN A LAS LECTURAS.
En la primera lectura vamos a leer un texto del Libro del Eclesiástico, que nos expresa el sentido profundo de la exhortación de honrar al padre y a la madre, principio del amor y la esperanza en la familia.
En la segunda lectura, San Pablo anima a la comunidad de los colosenses a que su vida este presidida por la misericordia, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, el perdón… deseo que hace extensivo a la familia, comunidad de vida y amor, y que cuando se realiza, su vida es una alabanza a Dios.
En el Evangelio, San Mateo nos relata la huida a Egipto de la Sagrada Familia, que avisados por el ángel del Señor de que Herodes quería matar al Niño, nos descubre la posibilidad de encontrar en lo cotidiano de la familia, a un Dios solidario con la vida humana.

LECTURAS.

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14):
“Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados”.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 127,1-2.3.4-5

R/. Dichosos los que temen al Señor 

y siguen sus caminos.


Dichoso el que teme al Señor 
y sigue sus caminos. 
Comerás del fruto de tu trabajo, 
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda, 

en medio de tu casa; 

tus hijos, como renuevos de olivo, 
alrededor de tu mesa. R/.


Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. 

Que el Señor te bendiga desde Sión, 

que veas la prosperidad de Jerusalén 
todos los días de tu vida. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21):
“Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos”.
Palabra de Dios
Evangelio
Del santo evangelio según san Mateo (2,13-15.19-23)
ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo e imagen de pa­ternidad y maternidad nuevas, elevemos a Dios, Padre de la gran familia humana, nuestra oración, diciendo:
Renueva nuestras familias, Señor.

Por la santa Iglesia de Dios: para que en su interior y en las relaciones con el mundo dé la imagen de una verdadera familia que sabe amar, perdonar y valorar a cada persona.
Oremos:
Renueva nuestras familias, Señor.

Por todos los hogares cristianos: para que sean imágenes vivas de la Sagrada Familia de Nazaret, que en la alegría te alaben, Señor, y en la tristeza te busquen, en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo. Ç
Oremos:
Renueva nuestras familias, Señor.

Tú, que elegiste a san José para que alimentara a tu Hijo en su infancia y juventud, haz que sirvamos en nuestros hermanos al cuerpo místico de Cristo.
Oremos:
Renueva nuestras familias, Señor.

Tú, que elegiste a María para ser madre de tu Hijo, haz que todas las madres vean en María un ejemplo de maternidad, ayuda y fortaleza. Oremos.
Renueva nuestras familias, Señor.

Por nuestra sociedad: para que valore, acoja y defienda la vida humana como sagrada e inviolable desde el momento de la concepción hasta su término natural.
Oremos:
Renueva nuestras familias, Señor.

Por los ancianos: para que en los últimos años de su vida no les falte el cariño familiar y por los miembros difuntos de nuestras familias: para que el Señor les conceda el descanso eterno. Oremos:.
Renueva nuestras familias, Señor.

Escucha, Señor, la plegaria de tu Iglesia, que pone su confianza en tu amor y su mirada en el hogar de Nazaret.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

OFERTORIO.

LOS CUADROS DE LA SAGRADA FAMILIA.
Señor, te ofrecemos este pequeño icono de la Sagrada Familia que después obsequiaremos a estos matrimonios que han celebrado en este 2013 sus 50 o 25 aniversario de boda, son muchos años de fidelidad, de entrega entre ellos, a sus familias y a la Iglesia. Te presentamos también los esfuerzos de todas las familias, especialmente los de aquellas que  tienen dificultades y las que sufren a consecuencia de la crisis económica.

VELAS
Padre, tu Hijo es la Luz del mundo, hace de la noche, el día más claro; desde su llegada la Tierra se ha convertido en la antesala del Cielo. Lo mismo ocurre con la llegada al mundo de nuestros hijos, que ellos sean la luz que ilumine al mundo, que como la Estrella de Belén guíen a otros hacia Ti, que sean los Hijos de la Luz, de TÚ LUZ.

PAN Y VINO
Te presentamos, Señor, este Pan y Vino que se convertirán en tu Cuerpo y Sangre. Con ellos te ofrecemos nuestros deseos de paz y amor para las familias del mundo. Que esta Eucaristía nos haga más felices, que nos acerquemos a tu Hijo con la misma esperanza y alegría que los pastores que le vieron por primera vez en Belén.

Bendición de los matrimonios

Dicha la oración de después de la Comunión, el sacerdote puede impartir la bendición a los matrimonios presentes en la celebración. Con las manos juntas invita a los presentes a orar:

Invoquemos, hermanos, sobre los esposos de nuestra comunidad la bendición de Dios, para que proteja con su auxilio a quienes ha unido en el sacramento del Matrimonio.

Todos, durante un espacio de tiempo, oran en silencio. Luego, el sacerdote continúa:
Padre santo, autor del universo, que creaste al hombre y a la mujer a tu imagen, y has bendecido la unión matrimonial; te rogamos humildemente por estos hijos tuyos unidos en alianza esponsal.
Descienda, Señor, sobre estos esposos, tu abundante bendición, que la gracia del Espíritu Santo inflame desde el cielo sus corazones y renueve su caridad conyugal.
Que en la alegría te alaben, Señor, y en la tristeza te busquen; en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo.
Que participen en la oración de tu Iglesia y den testimonio de ti entre los hombres.
Que sus hogares sean auténticas iglesias domésticas y que un día participen en la alegría del banquete eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

V/. Y a todos vosotros, cuantos estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
R/. Amén.

Monición de despedida
El sacerdote o el diácono despiden al pueblo diciendo:
Iluminados por la luz de Cristo, vivamos en el amor y la unidad, de modo que nuestros hogares sean en el mundo una luz para todos los hombres y todas las familias.

Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.

ORACION POR LA FAMILIA

Dios todopoderoso y eterno,
fuente de toda paternidad
en el cielo y en la tierra.

En la Sagrada Familia
nos dejaste un modelo perfecto
de paternidad y maternidad,
fundada en la fe, La esperanza y la caridad.

Derrama tu Espíritu sobre nuestras familias,
para que, arraigadas sólidamente en tu gracia,
sirvan fielmente a la Iglesia como su misión paterna,
sean facunda fuente de comunión y vida
y apóstoles incansables de la nueva evangelización

Unidos a José y María
te lo pedimos por Jesucristo, tú Hijo,
nuestro Señor, amén.

ESPOSO Y ESPOSA, PADRE Y MADRE POR LA GRACIA DE DIOS.

Jornada de la Sagrada Familia
29 de diciembre de 2013
Esposo y esposa,
padre y madre por la gracia de Dios

Nota de los obispos para la Jornada de la Sagrada Familia
Con el lema “Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios”, los obispos de la Subcomisión Episcopal de la Familia y Defensa de la Vida queremos llamar la atención de todos los fieles cristianos ante la situación preocupante del momento que vivimos en nuestra sociedad.
Asistimos perplejos a un cambio sustancial en nuestra legislación que afecta gravemente a la familia. Este cambio viene promovido por la irrupción de la llamada “ideología de género”, que toma carta de ciuda­danía en nuestro ordenamiento jurídico. Esta forma de pensar utiliza un lenguaje propio con términos de gran contenido ideológico que llevan a una verdadera deformación lingüística con la consiguiente disolución de significados –parece perderse el sentido o significado original y au­téntico de los términos–; tal es el caso de la utilización del término “progenitor” en lugar de los de “padre o madre”. Esta ideología pretende impregnar todo el ámbito social, especialmente el educativo, para llevar a la sociedad a una situación de permisivismo radical; en último término a una cultura que no genera la vida y que vive la tendencia cada vez más acentuada de convertirse en una cultura de muerte.
«La legislación actualmente vigente en España ha ido aún más allá. La Ley de 1 de julio de 2005, que modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio, ha redefinido la figura jurídica del matrimonio. Este ha dejado de ser la institución del consorcio de vida en común entre un hombre y una mujer en orden a su mutuo perfeccionamiento y a la procreación y se ha convertido en la insti­tución de la convivencia afectiva entre dos personas, con la posibi­lidad de ser disuelta unilateralmente por alguna de ellas, solo con que hayan transcurrido tres meses desde la formalización del con­trato de “matrimonio” que dio inicio a la convivencia. El matrimonio queda así transformado legalmente en la unión de dos ciudadanos cualesquiera para los que ahora se reserva en exclusiva el nombre de “cónyuges” o “consortes”. De esa manera se establece una «in­sólita definición legal del matrimonio con exclusión de toda referen­cia a la diferencia entre el varón y la mujer. Es muy significativa al respecto la terminología del texto legal. Desaparecen los términos “marido” y “mujer”, “esposo” y “esposa”, “padre” y “madre”. De este modo, los españoles han perdido el derecho de ser reconocidos expresamente por la ley como “esposo” o “esposa” y han de inscri­birse en el Registro Civil como “cónyuge A” o “cónyuge B”».
Esto nos obliga a considerar las consecuencias de esta situación para nuestra sociedad y nuestra responsabilidad, ya no solo como creyen­tes, sino también como ciudadanos, pues asistimos a la destrucción del matrimonio por vía legal. Dado que los términos suprimidos en las le­yes promulgadas hacen referencia a los papeles del hombre y la mujer en el matrimonio y la familia, no pueden ser superados ni sustituidos dichos papeles sin afectar esencialmente a estas instituciones, incluso al nivel meramente natural, así como al bien común de la sociedad.
Desde el punto de vista de la fe es importante reflexionar sobre el lema de esta Jornada, “Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios”, reconociendo el profundo significado que tienen en la Sagrada Escritura los términos de “esposo” y “esposa”, a modo de parangón, a las relaciones que mantiene Dios con su Pueblo, con su Iglesia. De igual modo los términos relativos a la paternidad, “padre” y “madre”, evocan, en un paralelismo intrínseco –propio de su ser–, a las relaciones que Dios mantiene con los hombres desde el principio. Sin esta referencia al significado profundo que estos términos tienen quizás no se acierte a reconocer el enorme calado del efecto que en la cultura y en la sociedad puede derivarse de la aplicación de estos cambios.
El término “esposos”, que originalmente no significaba “casados”, sino “prometidos”, deriva del latín sponsus, del verbo spondere, que significa “prometer”.
Sponsus y sponsa (esposo y esposa) eran quienes habían realizado la sponsalia, es decir, la ceremonia de esponsales. Se trataba de un ritual mediante el cual el novio pedía la mano de su amada, y estos, en ese momento, tenían permiso para comenzar a verse. En este sentido es muy sugerente y orientativa del contenido amoroso de los términos “esposos” la lectura del Cantar de los Cantares.
La palabra cónyuge viene del latín coniux-coniugis, que designa a cual­quiera de los dos miembros de un matrimonio en su relación jurídica para con el otro. La utilización del término “cónyuge” para ambos miem­bros del “matrimonio”, además de llevar a utilizar el mismo término para ambos, induciendo a entender que son indiferentes los sexos de cada uno, se utiliza como un vocablo que se refiere fundamentalmente a la unión y a la relación jurídica entre ambos.
Análoga consecuencia se deriva de la utilización del término “progeni­tor” en lugar de los de “padre” y “madre”, teniendo el término “proge­nitor” un contenido esencialmente biológico. Los ideólogos de género saben que la familia con padre y madre infunde a los hijos la noción –tan natural, por lo demás– de que hombres y mujeres somos diferen­tes. Toda paternidad procede de Dios.
«Cuando, junto con el Apóstol, doblamos las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda paternidad y maternidad (cf. Ef 3, 14-15), somos conscientes de que ser padres es el evento mediante el cual la familia, ya constituida por la alianza del matrimonio, se realiza “en sentido pleno y específico”. La maternidad implica necesariamente la paternidad y, recíprocamente, la paternidad implica necesariamente la maternidad: es el fruto de la dualidad, concedida por el Creador al ser humano desde “el principio”».
Esta relación de hijo y la filiación en último extremo del Padre Dios se muestra plásticamente en el cuadro de Jerónimo Jacinto de Espinosa, que hemos propuesto como cartel de la Jornada, donde se presenta en primer término al Niño Jesús rodeado por san Joaquín y santa Ana, los padres de la Virgen, además de esta y san José en un segundo plano; y por encima de todo el Padre Eterno infundiendo su espíritu sobre ellos y el mundo en general.
La genealogía de la persona está, pues, unida, ante todo y en primer lu­gar, con la eternidad de Dios, y, en segundo término, con la paternidad y maternidad humana, que se realiza en el tiempo. Desde el momento mismo de la concepción el hombre está ya ordenado a la eternidad en Dios. De esta manera se expresa con estos términos la profunda inten­sidad del amor de Dios a los hombres y nos permite también descubrir que la gracia de Dios ayuda, en el matrimonio, a los esposos a vivir y fortalecer su vocación al amor.
Pidamos a santa María, la Virgen, Esposa y Madre, que nos ilumine, ayude y fortalezca para que desde el puesto de cada uno en la sociedad defendamos y promovamos el matrimonio y la familia y su adecuado tratamiento por las leyes.

Juan Antonio Reig Plà Obispo de Alcalá de Henares
Presidente de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida
Francisco Gil Hellín Arzobispo de Burgos
Gerardo MelgarViciosa Obispo de Osma-Soria
Mario Iceta Gavicagogeascoa Obispo de Bilbao
José Mazuelos Pérez Obispo de Jerez de la Frontera
Carlos Manuel Escribano Subías Obispo de Teruel y Albarracín
Juan Antonio Aznárez Cobo Obispo Auxiliar de Pamplona y Tudela

JORNADA DE LA FAMILIA 2013

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