POR NOSOTROS, LOS
HOMBRES,
Y POR NUESTRA SALVACIÓN
BAJÓ DEL CIELO.
BAJÓ DEL CIELO.
Dios baja
desde los cielos (…), y no porque la grandeza humana apunta hacia el cielo con
violencia, sino porque ésta flaquea en la tierra.
Dios le
pregunta al hombre; ¿cómo va? Y para
constatarlo concretamente baja personalmente del cielo allí donde el hombre
está.

Sin
embargo, el compartir nuestro camino que Dios realiza en Jesús, puede darse,
seguir, alcanzarnos a todos si nosotros compartimos su camino y el de nuestros
hermanos. También nosotros hemos de bajar de nuestra altanería, cada uno y cada
una individualmente, para caminar juntos. Y podemos caminar juntos sólo si nos
interesa cómo el otro vive, cómo el otro se siente.
Deseo a
todos vosotros que el Señor nos dé por
Navidad el don de los hermanos y hermanas que se interesen recíprocamente de
cómo viven y de cómo se sienten.
K. Hemmerle
No hay comentarios:
Publicar un comentario