lunes, 18 de enero de 2016

FRASE DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA FAMILIA


 “Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad" 
PAPA FRANCISCO


OCTAVARIO DE ORACION POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2016. DIA SEGUNDO.


Martes 19 de enero de 2016

DÍA 2: Llamados a ser mensajeros de alegría

Lecturas.
Is 61, 1-4: “El Espíritu del Señor Dios me acompaña, pues el propio Se­ñor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres”.
Sal 133: “¡Qué bueno, qué agradable es que los hermanos vivan juntos!”
Flp 2, 1-5: “Llénenme de alegría teniendo el mismo pensar, alimentando el mismo amor, viviendo en armonía, compartiendo los mis­mos sentimientos”.
Jn 15, 9-12: “Les he dicho esto para que participen de mi alegría y la ale­gría de ustedes sea completa”.

Comentario
Durante la era soviética no era posible que se diera una presencia pública cris­tiana en los medios en Letonia. Después de la independencia, la Radio Esta­tal de Letonia empezó a transmitir programas cristianos que hacían hincapié en la unidad y la misión, constituyendo una plataforma para que los líderes de distintas Iglesias se pudieran encontrar. Este testimonio público de respeto mutuo, de amor y alegría, contribuyó a crear el espíritu de la vida ecuménica en Letonia. Esta experiencia de los creadores de la programación cristiana en la Radio Estatal de Letonia ha inspirado esta reflexión.
La alegría del evangelio llama a los cristianos a vivir la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor Dios me acompaña, pues el propio Señor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres». Anhelamos la Buena Noticia que sane nuestros corazones rotos y nos libere de todo lo que nos ata y nos hace prisioneros.
Cuando estamos tristes a causa de nuestro propio sufrimiento, podríamos no tener la fuerza para proclamar la alegría que nos trae Jesús. Sin embar­go, aun cuando nos sentimos incapaces de dar algo a los demás, si damos testimonio de lo poco que tenemos, Jesús lo multiplica en nosotros y en las personas que están a nuestro alrededor.En el evangelio Jesús dice: «Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes» y «se amen los unos a los otros como yo los he amado». Es así que descubrimos su alegría en nosotros de modo que nuestra alegría pueda ser completa. Este amor mutuo y alegría mutua es el corazón de nuestra oración por la unidad. Como dice el salmista: «¡Qué bueno, qué agradable es que los hermanos vivan juntos!».

Preguntas
¿Qué es lo que sofoca la alegría en el mundo y en las Iglesias?
¿Qué podríamos recibir de otros cristianos para que la alegría de Jesús esté en nosotros, haciéndonos así testigos de la Buena Noticia?

Oración
Dios de amor, mira nuestro deseo de servirte a pesar de nuestra pobreza espi­ritual y nuestras pocas habilidades. Colma el deseo más profundo de nuestro corazón con tu presencia. Llena nuestros corazones rotos con tu amor que sana para que podamos amar como tú nos has amado. Danos el don de la unidad para que podamos servirte con alegría y compartir tu amor con todos. Esto pedimos en el nombre de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

JORNADA DE AYUNO Y ORACIÓN EN LA DIÓCESIS DE GRANADA, EL DÍA 22 .



La Archidiócesis de Granada se suma a la convocatoria realizada por la Conferencia Episcopal Española de ayuno y oración el viernes, día 22. La jornada está convocada para pedir la ayuda de Dios y disponernos a colaborar en la gran tarea misionera. Asimismo, esta jornada se celebra como punto de partida del Plan Pastoral 2016-2020 aprobado por la Conferencia Episcopal Española.

 
DIÓCESIS DE GRANADA

En la Iglesia de Granada, las parroquias, templos, capillas y oratorios de la Diócesis que lo deseen pueden sumarse a la celebración de esta Jornada el día 22 para ayunar y rezar por esta intención.
La Catedral de Granada también acogerá las celebraciones para orar, pero lo hará el día 23, en lugar del viernes 22, dado que coincide con la Ofrenda musical organizada por la Capilla Real con ocasión del V Centenario de la muerte del Rey Fernando el Católico. El sábado 23 las celebraciones en la Catedral serán a las 19:30 horas con la Exposición del Santísimo y a las 20:30 horas con la Eucaristía.


 A esta convocatoria de ayuno y oración están invitados a participar todos los sacerdotes, consagrados y laicos. Asimismo, con esta convocatoria se invita a todos a "renovar nuestro encuentro personal con Jesucristo" para evangelizar, tal y como señalan los obispos de la Conferencia Episcopal Española.

domingo, 17 de enero de 2016

OCTAVARIO DE ORACION POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2016. DIA PRIMERO.


Lunes 18 de enero de 2016

DÍA 1: Removió la piedra que cerraba la entrada

Lecturas.
Ez 37, 12-14. “Voy a abrir sus tumbas y a sacarlos de ellas, pueblo mío”.Sal 71, 18b-23. “Tu justicia, oh, Dios, llega hasta el cielo”.
Rom 8, 15-21. “Compartimos sus sufrimientos para compartir también su gloria”.
Mt 28, 1-10. “No está aquí, pues ha resucitado, tal como anunció”.
Comentario
Las reflexiones para este día han sido preparadas por el Centro Juvenil Católi­co de la archidiócesis de Riga y surgen de su experiencia de organizar un Vía Crucis ecuménico que se ha vuelto un acontecimiento anual de primer orden en la vida de Letonia. Esta experiencia invita a reflexionar sobre el significado de la pasión y de la resurrección en el contexto letón y sobre las grandezas del Señor que los bautizados estamos destinados a proclamar.
La historia soviética de Letonia continúa proyectando una sombra sobre la gente de esta nación. Todavía hay mucho dolor y sufrimiento; heridas que han sido infligidas que son muy difíciles de curar. Todo esto es como la gran piedra que cerraba la entrada del sepulcro de Jesús. Heridas como estas son las que nos mantienen prisioneros en nuestros sepulcros espirituales.
Sin embargo, si en nuestro sufrimiento, nuestro dolor se une al suyo, en­tonces la historia no termina aquí, cerrada en nuestros sepulcros. El te­rremoto de la resurrección del Señor es el acontecimiento que estremece la tierra y abre nuestras tumbas y nos libera de nuestro dolor y amargura, que nos mantienen aislados los unos de los otros.
Esta es la grandeza del Señor: su amor que estremece la tierra, que re­mueve las piedras, que nos libera, que nos llama a la luz de un nuevo día. Aquí, en este nuevo amanecer somos unidos de nuevo con nuestros hermanos y hermanas que eran prisioneros y también sufrían. Y, como María Magdalena, tenemos que ir «rápidamente» de este momento de alegría a anunciar a otros lo que el Señor ha hecho.
Preguntas
¿Cuáles son los acontecimientos y las situaciones en nuestras vidas y las circunstancias que hacen que nos encerremos en nuestra tumba de triste­za, de dolor, de preocupaciones, de ansiedad y de desesperanza?
¿Qué es lo que nos impide aceptar la promesa y la alegría de la resurrección de Cristo?
¿Qué dispuestos estamos a compartir la experiencia de Dios con los que encontramos?
Oración
Señor Jesucristo, desde el principio siempre nos has amado y nos has mostra­do la profundidad de tu amor al morir por nosotros en la cruz haciendo tuyos nuestros sufrimientos y heridas. En este momento queremos poner a los pies de tu cruz todos los obstáculos que nos separan de tu amor. Remueve la piedra que nos mantiene prisioneros. Despiértanos a la mañana de tu resurrección. Que allí podamos encontrarnos con los hermanos y hermanas de los que es­tamos separados. Amén.

sábado, 16 de enero de 2016

FRASE DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA FAMILIA



“La verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida”.
PAPA FRANCISCO









viernes, 15 de enero de 2016

JORNADAS DE CAPACITACION DEL PROYECTO RAQUEL EN GRANADA.

Hoy comienzan, organizadas por el Proyecto Raquel, unas Jornadas de Capacitación en la Escuela Universitaria de Magisterio de la Inmaculada de Granada, y que durarán hasta mañana sábado 16 de enero de 2016.


Esta iniciativa, en la que colabora el Secretariado de Pastoral Familiar de la Diócesis, tiene como finalidad ofrecer a las personas implicadas en un aborto provocado la atención individualizada a través de una red diocesana de sacerdotes, consejeros, psicólogos y psiquiatras. Este acompañamiento incluye una visión integral de la persona que aúna lo psicológico y lo espiritual, basado en el sacramento de la Reconciliación.
Las Jornadas de Capacitación están dirigidas a “las personas que quieran participar en esta gran tarea de la Iglesia, acercando a la Misericordia de Dios a todos los que sufren las consecuencias de un aborto.” Igualmente, se ofrece para aquellos sacerdotes o laicos que necesitan formación sobre el síndrome postaborto.
Programa
Las jornadas comenzarán hoy viernes a las cuatro y media de la tarde en torno a “La dimensión espiritual del Síndrome postaborto y el Proyecto Raquel”. Por su parte, la sesión del sábado comenzará a las diez de la mañana y en ésta se presentará el manual del Proyecto Raquel y se hablará sobre “La decisión de abortar”. Se celebrará una Eucaristía a la una de la tarde y posteriormente continuarán las sesiones formativas en torno al perdón y la reconciliación.

VIGILIA DE ORACION “AL CALOR DE JESUS”.


Los jóvenes de Granada rezarán el sábado "Al calor de Jesús"


 
La vigilia de oración tendrá lugar en la iglesia Virgen de Gracia a las 21 horas. Comenzará con la Exposición del Santísimo Sacramento y el Primer anuncio del Evangelio en la calle.
El próximo sábado, 16 de enero, se celebrará en Granada la vigilia de oración "Al calor de Jesús", organizada por la Delegación de Pastoral Juvenil y en la que participarán movimientos y comunidades de nuestra Diócesis, que acompañarán con cantos y lecturas la celebración.
La vigilia comenzará a las 21 horas y se enmarca en la iniciativa diocesana, con vocación misionera, llamada "Al calor de Jesús", por la que los terceros sábados de mes se invita a todos los jóvenes a orar y adorar al Señor.
Al comienzo de la vigilia se expondrá al Santísimo en el altar de la iglesia y habrá un momento de adoración, y a continuación, algunos jóvenes saldrán en grupo y entorno a la iglesia Virgen de Gracia invitarán a otros jóvenes y adultos a entrar al templo para participar en un encuentro personal con el Señor.
Es un tiempo de silencio, de oración personal y en comunidad, animada con los cantos y las lecturas del II Domingo del Tiempo Ordinario, para ayudar en dicha oración y adoración. Asimismo, habrá sacerdotes administrando el Sacramento del Perdón de los pecados.
La vigilia "Al calor de Jesús" se celebra en la víspera de la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado, así como la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que celebramos del 18 al 25 de enero.

jueves, 14 de enero de 2016

FRASE DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA FAMILIA

“El verdadero vínculo es siempre con el Señor. Todas las familias, tienen necesidad de Dios: todas, ¡todas! Necesidad de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón. Y se requiere sencillez. ¡Para rezar en familia se requiere sencillez! Cuando la familia reza unida el vínculo se hace fuerte”. 
(Papa Francisco)

TEXTO COMPLETO DE LA CATEQUESIS DEL SANTO PADRE. MIÉRCOLES, 13 DE ENERO DE 2016.

“El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira, rico en clemencia” 



Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

 Hoy comenzamos las catequesis sobre la misericordia según la perspectiva bíblica, para aprender la misericordia escuchando eso que Dios mismo nos enseña con su palabra. Empezamos por el Antiguo Testamento, que nos prepara y nos conduce a la revelación llena de Jesucristo, en quien lo lleva a cabo y se revela la misericordia del Padre. En la Sagrada Escritura, el Señor es presentado como “Dios misericordioso”. Este es su nombre, a través del cual Él nos revela, por así decir, su rostro y su corazón. Él mismo, como narra el Libro del Éxodo, revelándose a Moisés se autodefine así: “El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira, rico en clemencia”. También en otros textos encontramos esta fórmula, con alguna variante, pero siempre la insistencia se pone en la misericordia y sobre el amor de Dios que no se cansa nunca de perdonar. Vemos juntas, una por una, estas palabras de la Sagrada Escritura que nos hablan de Dios.

 El Señor es “misericordioso”: esta palabra evoca una actitud de ternura como la de una madre en lo relacionado con el hijo. De hecho, el término hebreo usado por la Biblia hace pensar en las entrañas o también al vientre materno. Por eso, la imagen que sugiere es la de un Dios que se conmueve y se enternece por nosotros como una madre cuando toma en brazos a su niño, deseosa solo de amar, proteger, ayudar, preparada para donar todo, también a sí misma. Esa es la imagen que sugiere este término. Un amor, por tanto, que se puede definir en buen sentido como “visceral”.

 Después está escrito que el Señor es “bondadoso”, en el sentido que hace gracia, tiene compasión y, en su grandeza, se inclina sobre quien es débil y pobre, siempre listo para acoger, comprender, perdonar. Es como el padre de la parábola del Evangelio de Lucas: un padre que no se cierra en el resentimiento por el abandono del hijo menor, sino al contrario, continúa a esperarlo, lo ha generado, y después corre a su encuentro y lo abraza, no lo deja ni siquiera terminar su confesión, como si le cubriera la boca, qué grande es el amor y la alegría por haberlo reencontrado; y después va también a llamar al hijo mayor, que está indignado y no quiere hacer fiesta, el hijo que ha permanecido siempre en la casa, pero viviendo como un siervo más que como un hijo. Y también sobre él el padre se inclina, lo invita a entrar, trata de abrir su corazón al amor, para que ninguno quede excluido de la fiesta de la misericordia. La misericordia es una fiesta.

De este Dios misericordioso se dice también que es “lento a la ira”, literalmente, “largo de respiración”, es decir, con la respiración amplio de la paciencia y de la capacidad de soportar. Dios sabe esperar, sus tiempos no son aquellos impacientes de los hombres; Es como un sabio agricultor que sabe esperar, da tiempo a la buena semilla para que crezca, a pesar de la cizaña.

Y por último, el Señor se proclama “grande en el amor y en la fidelidad”. ¡Qué hermosa es esta definición de Dios! Aquí está todo porque Dios es grande y poderoso. Pero esta grandeza y poder se despliegan en el amarnos, nosotros así de pequeños, así de incapaces. La palabra “amor”, aquí utilizada, indica el afecto, la gracia, la bondad. No es un amor de telenovela. Es el amor que da el primer paso, que no depende de los méritos humanos sino de una inmensa gratuidad. Es la solicitud divina que nada la puede detener, ni siquiera el pecado, porque sabe ir más allá del pecado, vencer el mal y perdonarlo.

Una “fidelidad” sin límites: he aquí la última palabra de la revelación de Dios a Moisés. La fidelidad de Dios nunca falla, porque el Señor es el Custodio que, como dice el Salmo, no se duerme sino que nos vigila continuamente para llevarnos a la vida:

«El no dejará que resbale tu pie, dice el Salmo,
¡tu guardián no duerme!
No, no duerme ni dormita
el guardián de Israel.
[...]
El Señor te protegerá de todo mal
y cuidará tu vida.
Él te protegerá en la partida y el regreso,
ahora y para siempre».

 Y este Dios misericordioso es fiel en su misericordia. Y Pablo dice algo bello: si tú, delante a Él, no eres fiel, Él permanecerá fiel porque no puede renegarse a sí mismo, la fidelidad en la misericordia es el ser de Dios. Y por esto Dios es totalmente y siempre fiable. Una presencia sólida y estable. Es esta la certeza de nuestra fe. Y entonces, en este Jubileo de la Misericordia, confiemos totalmente en Él, y experimentemos la alegría de ser amados por este “Dios misericordioso y bondadoso, lento a la ira y grande en el amor y en la fidelidad”.

miércoles, 13 de enero de 2016

MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE RELACIONES INTERCONFESIONALES CON MOTIVO DE LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2016.



«Destinados a proclamar las grandezas del Señor»(cf. 1 Pe 2, 9)

Un año más nos preparamos para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, haciendo nuestro el deseo del Señor expresado en su oración a Dios Padre en la última cena: «que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea» (Jn 17, 21). Esta iniciativa a la que se adhieren la mayoría de las denominaciones cristianas empezó su andadura en 1908 y desde entonces se ha ido constituyendo en una cita anual que nos damos los cristianos para rezar por la plena unidad visible de la Iglesia de Cristo. Los materiales son propuestos conjuntamente por el Pontificio Con­sejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias, aunque desde 1975 se encarga de su elaboración inicial un grupo ecuménico local.

Los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2016 han sido elaborados inicialmente por un grupo de Letonia. El lema elegido es: «Destinados a proclamar las grandezas del Señor». Este lema se inspira en un pasaje de la Primera Carta de san Pedro (2, 9-10), que es el texto bíblico de referencia para este año. La idea fundamental que se quiere transmitir es que todos los bautizados, aunque formen parte de diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, comparten la misma vocación de proclamar las grandezas del Señor. Una imagen que puede representar bien este concepto es la que se propone en la introducción a los materiales de este año: «La más antigua pila bautismal de Letonia es de los tiempos del gran evangelizador de Letonia san Meinardo. Originalmente se encontraba en la catedral de Ikšķile. Hoy se encuentra en el mismo centro de la catedral luterana de la capital del país, Riga. La ubicación de la pila, tan cerca del púlpito ornamentado de la catedral, expresa elocuentemente la relación entre bautismo y proclamación y la vocación que comparten todos los bautizados de proclamar las grande­zas del Señor». Por eso, en los folletos y los carteles editados por la Conferen­cia Episcopal Española para la Semana de Oración de este año se ha querido utilizar como imagen una fotografía del bautismo de un adulto celebrado en dicha pila bautismal, cedida cordialmente por los responsables de la catedral luterana de Riga.

El tema de este año se entiende aún mejor a la luz de la historia de Letonia, que existió por primera vez como estado de 1918 a 1940 y recuperó su inde­pendencia en 1991, después de los duros años del régimen soviético, en los que muchos cristianos padecieron la tortura, el exilio y la muerte a causa de su fe en Jesucristo. Esta comunión en el sufrimiento creó una profunda unión entre los cristianos letones, que pertenecen más o menos en proporción igual a la Iglesia católica, ortodoxa y luterana, y les llevó a descubrir su común sacerdo­cio bautismal que les capacita para ofrecer sus sufrimientos en unión con los sufrimientos de Cristo y para dar testimonio común de su fe. La unión entre los cristianos de Letonia también fue importante a la hora de luchar juntos por la independencia del país.

Inspirándonos pues en esta propuesta que se nos hace este año desde Le­tonia, nos uniremos a los cristianos de todo el mundo durante la Semana de Oración, descubriendo nuestro sacerdocio común que se fundamenta en el bautismo, que se administra válidamente en las distintas Iglesias y comunida­des eclesiales y que nos capacita para dar testimonio de las «grandezas», las maravillas que hace el Señor en nuestras vidas y en las de los demás.

A lo largo de este último año han tenido lugar importantes acontecimien­tos relacionados con el ecumenismo y el diálogo interreligioso que nos abren a la esperanza y nos mueven a un compromiso mayor. En este sentido, cabe recordar las reiteradas afirmaciones del papa Francisco sobre el escándalo que supone la desunión y la importancia que tiene para él la búsqueda de la uni­dad de los cristianos: «Alcanzar esa meta, hacia la cual nos encaminamos con confianza, representa una de mis principales preocupaciones, por la cual no dejo nunca de orar a Dios». Así les dijo a una delegación del Patriarcado Ecu­ménico de Constantinopla que lo visitó el 27 de junio 2015, con ocasión de la solemnidad de san Pedro y san Pablo. En nuestro contexto español queremos destacar la visita que realizó el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, a Valencia a prin­cipios de marzo del año pasado. Organizada por la Facultad de Teología de Valencia, el Centro Ecuménico Interconfesional de Valencia y el Centro Ecu­ménico Padre Congar, tuvo varios momentos señalados, como la conferencia que impartió el 4 de marzo en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer con el elocuente título: «Ut unum sint: El ecumenismo como obligación eclesiológi­ca del Concilio Vaticano II».

También cabe señalar en el contexto actual la tan dolorosa persecución de cristianos en distintas partes del mundo, las afirmaciones del papa Fran­cisco sobre el «ecumenismo de la sangre», que ya ha repetido en diferentes ocasiones. Una de ellas ha sido un video-mensaje con motivo de una jornada de diálogo y oración celebrada en mayo, en la diócesis estadounidense de Phoenix, junto a un grupo de pastores evangélicos pentecostales: «me viene a la mente decir algo que puede ser una insensatez, o quizás una herejía, no sé. Pero hay alguien que “sabe” que, pese a las diferencias, somos uno. Y es el que nos persigue. El que persigue hoy día a los cristianos, el que nos unge con el martirio, sabe que los cristianos son discípulos de Cristo: ¡que son uno, que son hermanos! No le interesa si son evangélicos, ortodoxos, luteranos, católi­cos, apostólicos… ¡no le interesa! Son cristianos. Y esa sangre se junta. Hoy estamos viviendo, queridos hermanos, el “ecumenismo de la sangre”. Esto nos tiene que animar a hacer lo que estamos haciendo hoy: orar, hablar entre nosotros, acortar distancias, hermanarnos cada vez más». Los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales queremos aprovechar este mensaje para hacer un llamamiento a las comunidades cristianas a la solidaridad efectiva con estos hermanos nuestros que padecen persecución a causa de su fe. Al mismo tiempo oramos por la paz y pedimos que cesen los actos violentos e inhumanos.

Junto a la promoción de la unidad de los cristianos, la Comisión Epis­copal también se ocupa del diálogo interreligioso y de las relaciones con las religiones no cristianas. En este ámbito, el 28 de octubre del año pasado se celebró el 50 aniversario de la promulgación de la Declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II. Con este motivo organizamos, en el marco de las Jornadas anuales para Delegados Episcopales de Relaciones Interconfesio­nales, un acto conmemorativo en la sede de la Conferencia Episcopal Es­pañola, consistente en una ponencia sobre la historia y la repercusión de la declaración conciliar y una mesa redonda con los representantes nacionales de la comunidad judía y musulmana.

En Europa cada día nos damos más cuenta de la importancia que tiene el diálogo interreligioso para luchar juntos contra un laicismo beligerante que pretende excluir a Dios y a la religión del espacio público. También es cada vez más evidente la necesidad de ese diálogo para aislar al fanatismo nihilista que nada tiene que ver con una vivencia auténtica de la religión, y para construir un futuro de paz verdadera y estable. La reciente escalada del terrorismo, la tensión creciente en el ámbito internacional, los movimientos migratorios de personas que huyen de la guerra y de la miseria buscando un futuro mejor para ellos y sus hijos, son otros tantos factores que nos empujan a intentar comprender mejor el mundo en el que vivimos en toda su comple­jidad religiosa, social y cultural.

Los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales queremos exhortar a que no se confunda la religión con los actos execrables que cometen algunos y a que se acoja como hijos de un mismo Padre a los que vienen a nuestras tierras buscando paz y bienestar. En esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2016 rezaremos juntos por la ple­na unidad visible de todos los creyentes en Cristo, pero también elevaremos nuestra oración al Creador por las víctimas de los actos terroristas, por la paz y por la conversión de los corazones.

Los Obispos de la Comisión Episcopal
de Relaciones Interconfesionales
Enero 2016

Para ir al original pinchar aquí