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domingo, 28 de diciembre de 2014

ESQUEMA PARA LA EUCARISTÍA DE LA SAGRADA FAMILIA.

MONICIÓN DE ENTRADA:  
Celebramos este domingo con gran gozo la solemnidad de la Sa­grada Familia. Ella nos muestra que es posible construir un hogar, a pesar de dificultades y obstáculos. Gracias a su amor entendido como un don de sí, a su entrega generosa, y a su alegría, que nacen de la respuesta al proyecto de Dios, la Sagrada Familia se convierte para todos en un modelo de evangelización.
Hagamos nuestro el lema de este año: «La alegría del evangelio en la familia». Que la Sagrada Familia sea un punto de referen­cia en nuestros hogares. Que, poniendo en el centro el Evangelio, como Buena Noticia, la sepamos transmitir con alegría en medio de nuestro mundo.
Ojalá esta celebración nos ayude y haga de nuestros hogares verdaderas Iglesias domesticas.

ORACIÓN DE LOS FIELES:
Unidos a la Sagrada Familia de Nazaret, elevemos al Padre de la gran familia humana nuestra oración: Renueva nuestra alegría, Señor

Por la Iglesia: para que en su interior y en las relaciones con el mundo dé la imagen de una verdadera familia que sabe amar, perdonar y valorar a cada persona. Oremos.
Por todos los hogares cristianos: para que sean imágenes vivas de la Sagrada Familia de Nazaret; que en la alegría alaben al Señor, y en la tristeza lo busquen; en el trabajo encuentren el gozo de su ayuda y en la necesidad sientan cercano su consuelo. Oremos.
Por tantos matrimonios y familias que atraviesan por diferentes dificultades: para que, como creyentes, estemos cerca de ellos, y sepamos llevarles la alegría del Evangelio. Oremos.
Por nuestra sociedad: para que valore, acoja y defienda la vida humana como sagrada e inviolable desde el momento de la concepción hasta su término natural. Oremos.
Por los abuelos: para que en los últimos años de su vida no les falte el cariño familiar, y por los miembros difuntos de nuestras familias: para que el Señor les conceda el descanso eterno. Oremos.
Por todos nosotros: para que el ejemplo de la Sagrada de Familia sea un estímulo y una ayuda en el camino de la evangelización. Oremos

Escucha, Señor, la plegaria de tu Iglesia, que pone su confianza en tu amor y su mirada en el hogar de Nazaret. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Para ir al original pinchar aquí.

jueves, 27 de noviembre de 2014

30 DE NOVIEMBRE DE 2014: PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO.

Lecturas de la liturgia
Primera Lectura: Isaías 63,16b-17.19b; 64,2b-7.
"¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!"
Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es "Nuestro redentor". Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros al arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.

Salmo Responsorial: 79
"Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve"
Pastor de Israel, escucha, / tú que te sientas sobre querubines, resplandece. / Despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
Dios de los ejércitos, vuélvete: / mira desde el cielo, fíjate, / ven a visitar tu viña, / la cepa que tu diestra plantó, / y que tú hiciste vigorosa. R.
Que tu mano proteja a tu escogido, / al hombre que tú fortaleciste. / No nos alejaremos de ti; / danos vida, para que invoquemos tu nombre. R.

Segunda Lectura: I Corintios 1,3-9
"Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo"
Hermanos: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

Evangelio: Marcos 13,33-37
"Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa"

En aquel tiempo, dijo Jesús sus discípulos: "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!"

viernes, 21 de marzo de 2014

SUBSIDIO LITÚRGICO SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR 2014.

¡Sí a la vida, esperanza ante la crisis!
 Jornada por la Vida
25 de marzo de 2014

Guion para la eucaristía


Ritos iniciales

Monición de entrada
En medio de nuestro camino cuaresmal, que nos conducirá a la celebración gozosa y esperanzadora de la Pascua, la Iglesia ce­lebra hoy la solemnidad de la Anunciación del Señor, en la que se conmemora el anuncio del ángel a María y la Encarnación del Hijo de Dios, el inicio de su vida humana.
La Iglesia no podría encontrar mejor fecha en el año para ce­lebrar una Jornada por la Vida que este día, nueve meses antes del día de Navidad, en el que conmemoramos que, gracias a la acogida de la Palabra de Dios por la Virgen, el Hijo de Dios se hizo carne de nuestra carne para caminar por nuestro mismo camino y con­ducirnos hacia la vida de Dios. Hoy se encarna nuestra esperanza alumbrada en la fe de María por obra del Espíritu Santo. Acojamos con María a la fuente de la Vida para acoger toda vida humana.

Acto penitencial
Dios Padre, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la eu­caristía, es quien nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la miseri­cordia de Dios.
Tú, que iniciaste tu vida humana en las entrañas de la Virgen. Señor, ten piedad.
Tú, que has compartido en todo nuestra condición humana me­nos en el pecado. Cristo, ten piedad.
Tú, que fuiste fiel hasta la muerte para que nosotros tengamos vida y vida abundante. Señor, ten piedad.

Liturgia de la Palabra

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (7,10-14;8,10).
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» 
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Salmo
Sal 39,7-8a.8b-9.10.11
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.

«Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.

No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia
y tu lealtad ante la gran asamblea. R/.

Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (10,4-10):
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad."» Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni victimas expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Evangelio
Lectura del Evangelio según Ean Lucas (1,26-38):
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. 
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. 
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Oración de los fieles
Recordando, hermanos, el momento en que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, oremos a Dios, fuente de vida y de todo bien.

Oremos, en primer lugar, por la Iglesia extendida de oriente a occidente, por el papa, los obispos y los sacerdotes, para que sigan proclamando el evangelio de la Vida a todos los hombres. Roguemos al Señor.
Oremos por todos nosotros para que el Espíritu Santo enseñe a todas las personas que desde el momento de la concepción existe en el seno materno un ser humano con vida. Roguemos al Señor.
Oremos por los gobiernos y los legisladores de las naciones para que, iluminados por el Espíritu Santo, protejan eficazmente el derecho de la vida desde su inicio hasta su fin natural. Rogue­mos al Señor.
Oremos, de un modo especial en esta Jornada por la Vida, por las familias, para que reciban los hijos que Dios les conceda con responsabilidad y alegría, como María y José recibieron a Jesús. Roguemos al Señor.
Oremos también por todas las mujeres que están sufriendo el trauma del aborto en sus vidas. Para que encuentren el perdón y la paz. Roguemos al Señor.
Oremos, como hacemos siempre, por todos aquellos que sufren en su cuerpo o en su espíritu para que reciban la ayuda que vie­ne de lo alto y no les falte la ayuda fraternal de los cristianos. Roguemos al Señor.
Oremos por todos aquellos que, como Cristo, mueren inocente­mente, por los no nacidos, los enfermos, los ancianos, las víctimas del terrorismo y la guerra, para que su dolor sea redentor, y la Ci­vilización de la Vida triunfe sobre la muerte. Roguemos al Señor.
Y oremos por nosotros, que nos preparamos para renovar en la noche santa de la Pascua el bautismo por el que fuimos incorpo­rados a la vida nueva de la gracia para que, animados por esta Jornada y alimentados con el Pan vivo bajado del cielo, estemos siempre dispuestos a defender el gran don de la vida humana. Roguemos al Señor.

Oh, Dios, creador y dueño de todas las cosas, escucha nuestras súplicas confiadas y concédenos a nosotros, creados a tu imagen y semejanza, anunciar con fidelidad el Evangelio de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor, y la intercesión de la Virgen María.


Monición a las ofrendas

Señor, te ofrecemos estos trabajos de los alumnos del Colegio de la Divina Infantita, son pequeños corazones que se entregarán al concluir la Eucaristía, con ellos queremos presentar ante Ti todo el trabajo a favor de la vida, en el respeto y defensa de la vida que se funda en su origen sagrado, con ellos también queremos poner ante tu altar, todos los niños que están en el seno de su madre.

Señor, te ofrecemos estas velas, con ellas queremos poner ante el altar a todos los niños que no han nacido, a las madres que han abortado, a todos los que sufren por la cultura de la muerte, ante ti que eres la Luz del mundo, que haces de la noche el día más claro. Presentamos esta luz porque deseamos que el Evangelio de la Vida sea conocido por todos.



Te presentamos, Señor, el Pan y Vino que se convertirán en Tu Cuerpo y Sangre. Con ellos te ofrecemos nuestros deseos de paz y amor para todas las familias del mundo, sus problemas, sus dolores e inquietudes, nuestros deseos sinceros de que nuestras vidas den fruto abundante, al unirnos a la ofrenda de Cristo Resucitado.

lunes, 1 de abril de 2013

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR 2013


GUIÓN LITÚRGICO CELEBRACIÓN 
SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
JORNADA POR LA VIDA 2013
8 de abril de 2013

MONICIÓN DE ENTRADA
En pleno tiempo Pascual, fiesta de la Vida que nos trae el Resucitado, la Iglesia celebra hoy la solemnidad de la Anunciación del Señor, en la que se conmemora el anuncio del ángel a María y la Encarnación del Hijo de Dios. El inicio de la vida humana de la segunda Persona de la Trinidad.
La Iglesia no podría encontrar mejor fecha en el año para proponer una Jornada por la vida que este día, en el que conmemoramos, gracias a la disponibilidad de la Virgen, que el Hijo de Dios se hizo carne de nuestra carne para caminar por nuestro mismo camino y conducirnos hacia la vida de Dios.
Como María abrió su corazón al anuncio del ángel, abramos hoy nosotros nuestros corazones de un modo especial para que amemos y cuidemos toda vida humana desde su inicio hasta su fin natural.

ACTO PENITENCIAL
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores, e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Tú, que iniciaste tu vida humana en las entrañas de la Virgen:
Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
Tú, que has compartido en todo nuestra condición humana menos en el pecado: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.
Tú, que fuiste fiel hasta la muerte para que nosotros tengamos vida y vida abundante:
Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA
Is 7, 10-14; 8, 10;
Sal 39;
Heb 10, 4-10;
Lc 1, 26-38.

ORACIÓN UNIVERSAL
Recordando, hermanos, el momento en que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, oremos a Dios, fuente de vida y de todo bien.
1.  Oremos por la Iglesia extendida de oriente a occidente, para que, fiel a su misión de iluminar las conciencias de los creyentes y de los hombres de buena voluntad, recuerde constantemente a todos que la vida humana es un don precioso de Dios. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
2.      Oremos por el Santo Padre, para que el Señor le ilumine y sostenga en todo momento, en su servicio de magisterio y caridad. Roguemos al Señor.R. Te rogamos, óyenos.
3.    Oremos por los gobiernos y los legisladores de las naciones, para que promuevan leyes justas que defiendan el derecho inviolable a la vida y amparen a la familia, célula fundamental de la sociedad, insustituible en su función de educadora para la paz. Roguemos al Señor.R. Te rogamos, óyenos.
4.  Oremos, de un modo especial en esta Jornada por la vida, por los niños amenazados por el aborto para que su vida se vea protegida, sus madres reciban la ayuda necesaria para continuar con su gestación y nadie busque su muerte. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
5.   Oremos también por los científicos y los profesionales de la sanidad y de la atención social, para que apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la dignidad o la vida de las personas. Roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
6.    Oremos, como hacemos siempre, por todos aquellos que sufren en su cuerpo o en su espíritu, para que reciban la ayuda que viene de lo alto y no les falte la ayuda fraternal de los cristianos. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
7.    Y oremos por nosotros, para que en este tiempo pascual renovemos nuestro Bautismo, por el que fuimos incorporados a la Vida nueva de la gracia, para que, animados por esta Jornada y alimentados con el Pan vivo bajado del cielo, estemos siempre dispuestos a defender el gran don de la vida humana. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
Oh Dios, creador y dueño de todas las cosas, escucha nuestras súplicas confiadas y concédenos a nosotros, creados a tu imagen y semejanza, anunciar con fidelidad el Evangelio de la vida. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

ORACIÓN POR LA  VIDA
Oh, María, Aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
A Ti confiamos la causa de la vida;
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar el Evangelio de la vida
con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios, Creador y amante de la vida.
Beato Juan Pablo II

Más información en la página de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

GUION LITURGICO SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA 2012.

MONICIÓN DE ENTRADA
Coincidiendo con la fiesta de la Sagrada Familia, el Hogar santo donde José, María y el Niño nos han enseñado con su vida silenciosa y humilde la dignidad y el valor de la familia, la Iglesia recuerda cada año la Jornada de la familia que este año tiene por lema: “Educando la fe en familia”.
Hagamos nuestro este lema e invoquemos en nuestra celebración al Espíritu Santo para que cada familia, arraigada en Cristo, sea fuente viva de fe, signo vivo del amor de Dios y germen fecundo de la nueva evangelización en este mundo que necesita, con urgencia, la esperanza de Dios.

LITURGIA DE LA PALABRA.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
La primera lectura, del Eclesiástico, es un bello comentario al cuarto mandamiento: “honrarás a tu padre y a tu madre”. Dios bendice al que honra a sus padres, y escucha sus oraciones. El Salmo nos habla de la bendición de Dios con la bella imagen de la alegría familiar y los hijos.
San Pablo habla de las virtudes domésticas y de la unión en el amor que deben caracterizar la vida de la familia cristiana: misericordia, bondad, humildad, dulzura, comprensión. El amor mutuo es el que debe presidir todas las relaciones familiares. Nos habla también de la oración de la familia: Cantad a Dios, dadle gracias de corazón con salmos y cantos.
En las virtudes domésticas, en la unión en el amor, en el trabajo y la oración, la Sagrada Familia es nuestro ejemplo perfecto.
En el Evangelio se nos relata como Jesús, educado por José y María en la tradición del pueblo judío, iba creciendo en sabiduría y en gracia. Todos los años suben al templo a celebrar la fiesta. Cuando Jesús cumple doce años ocurre un acontecimiento extraordinario donde se manifiesta la misión de Jesús y su intimidad con el Padre.

LECCIONARIO: volumen III, lecturas propias de la fiesta:
Primera Lectura:
"El que teme al Señor honra a sus padres”
Eclesiástico 3, 2-6. 12-14
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
Salmo 127;
"Dichosos los que temen al Señor"
R. "Dichosos los que temen al Señor"
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás, dichoso, te irá bien.
R. "Dichosos los que temen al Señor"
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.
R. "Dichosos los que temen al Señor"
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.
R. "Dichosos los que temen al Señor"
Segunda Lectura:
Colosenses 3, 12-21
Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Evangelio:
"Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los maestros"
Lucas 2, 41-52
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: "Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados."
Él les contesto: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?"
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

ORACIÓN UNIVERSAL
Unidos a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo e imagen de la humanidad nueva, elevemos a Dios, Padre de la gran familia humana, nuestra oración y digámosle: Renueva nuestras familias, Señor.
1. Por la santa Iglesia de Dios: para que en su interior y en las relaciones con el mundo de la imagen de una verdadera familia que sabe amar, perdonar y valorar a cada persona.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
2. Por los gobernantes: para que protejan a la familia y procuren la solución de los graves problemas que, en estos tiempos de dificultades económicas, afectan a las familias.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
3. Por todos los hogares cristianos: para que sean imágenes vivas de la Sagrada Familia de Nazaret, testigos del abrazo de Dios a los hombres y portadoras de esperanza y germen de vocaciones religiosas y sacerdotales.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
4. Por las familias, para que sean testigos vivos de la fe en Jesucristo y sean conscientes de su importante tarea de educar en la fe de la Iglesia a todos los miembros de la familia.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
5. Por los padres, para que movidos por el Espíritu Santo guíen a sus hijos en el camino del amor y de la santidad.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
6. Por los novios: para que Jesucristo esté presente en su noviazgo y se formen para vivir el amor generoso e indisoluble según el proyecto de Dios.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
7. Por nuestra sociedad: para que valore, acoja y defienda la vida humana como sagrada e inviolable desde el momento de la concepción hasta su término natural.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
8. Por los ancianos: para que en los últimos anos de su vida no les falte el cariño familiar, y por los miembros difuntos de nuestras familias: para que el Señor les conceda el descanso eterno. Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
9. Por todos los matrimonios que durante 2012 han celebrado bodas de oro y de plata, especialmente por los que están aquí presentes, para Señor premie su amor y unión y sigan siendo modelos de entrega entre ellos, a sus familias y a la Iglesia.
Oremos: Renueva nuestras familias, Señor.
Escucha Señor la plegaria de tu Iglesia, que pone su confianza en tu amor y su mirada en el hogar de Nazaret. Por Jesucristo, nuestro Señor.

OFERTORIO.
LOS CUADROS DE LA SAGRADA FAMILIA.
Señor, te ofrecemos este pequeño icono de la Sagrada Familia que después obsequiaremos a estos matrimonios que han celebrado en este 2012 sus 50 o 25 aniversario de boda, son muchos años de fidelidad, de entrega entre ellos, a sus familias y a la Iglesia. Te presentamos también los esfuerzos de todas las familias, especialmente los de aquellas que tienen dificultades y las que sufren a consecuencia de la crisis económica.
(LA LUZ) VELAS.
Padre, tu Hijo es la Luz del mundo, hace de la noche, el día más claro; desde su llegada la Tierra se ha convertido en la antesala del Cielo. Lo mismo ocurre con la llegada al mundo de nuestros hijos, que ellos sean la luz que ilumine al mundo, que como la Estrella de Belén guíen a otros hacia Ti, que sean los Hijos de la Luz, de TÚ LUZ.
PAN Y VINO
Te presentamos, Señor, este Pan y Vino que se convertirán en Tu Cuerpo y Sangre. Con ellos te ofrecemos nuestros deseos de paz y amor para las familias del mundo. Que esta Eucaristía nos haga más felices, que nos acerquemos a tu Hijo con la misma esperanza y alegría que los pastores que le vieron por primera vez en Belén.

BENDICIÓN SOBRE LOS MATRIMONIOS.
El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.
Invoquemos, hermanos, sobre los esposos de nuestra comunidad la bendición de Dios, para que proteja con su auxilio a quienes ha unido en el sacramento del Matrimonio.
Todos, durante un especio de tiempo, oran en silencio. Luego, el sacerdote, con las manos extendidas sobre los matrimonios, continúa:
Padre santo, autor del universo, que creaste al hombre y a la mujer a tu imagen, y has bendecido la unión matrimonial; te rogamos humildemente por estos hijos tuyos unidos en alianza esponsal. Descienda, Señor, sobre estos esposos, tu abundante bendición, que la gracia del Espíritu Santo inflame desde el cielo sus corazones, y renueve su caridad conyugal. Que en la alegría te alaben, Señor, y en la tristeza te busquen; en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo. Que participen en la oración de tu
Iglesia, y den testimonio de ti entre los hombres. Que sus hogares sean auténticas iglesias domésticas, y que un día participen en la alegría del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Y a todos vosotros, cuantos estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo  y Espíritu Santo. Amén.

Para más información:  SUBCOMISION DE FAMILIA Y VIDA. CEE.

lunes, 26 de marzo de 2012

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR. JORNADA POR LA VIDA 2012

PRIMERA LECTURALectura del libro de Isaías 7, 10-14; 8, 10
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz:
-«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo. »
Respondió Acaz:
-«No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios:
-«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios?
Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»
Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios
ni ofrendas, y, en cambio,
me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.
«-Como está escrito en mi libro para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R.
SEGUNDA LECTURALectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10
Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni victimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.” »
Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.»
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
EVANGELIOLectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
-«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. »
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
-«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel:
-«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
-«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
Maria contestó:
-«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra. »
Y la dejó el ángel.



SUBSIDIOS PARA LA LITURGIA EN LA PAGINA DE LA SUBCOMISION DE FAMILIA Y VIDA.

miércoles, 14 de marzo de 2012

GUION LITURGICO SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACION DEL SEÑOR 2012.

Lunes, 26 de marzo de 2012
SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
Jornada por la Vida: “AMA LA VIDA, TODA LA VIDA”
Guión litúrgico.
Fuente:
Subcomisión de Familia y Vida de la CEE


RITOS INICIALESCANTO DE ENTRADA
SIGNACION Y SALUDO AL PUEBLO CONGREGADO.
MONICION DE ENTRADA
En medio de nuestro camino cuaresmal, que nos conducirá a la celebración gozosa de la Pascua, la Iglesia celebra hoy la solemnidad de la Anunciación del Señor, en la que se conmemora el anuncio del ángel a María y la encarnación del Hijo de Dios, el inicio de su vida humana.
La Iglesia no podría encontrar mejor fecha en el año para celebrar una jornada por la vida que este día, nueve meses antes del día de Navidad, en el que conmemoramos que, gracias a la disponibilidad de la Virgen, el Hijo de Dios se hizo carne de nuestra carne para caminar por nuestro mismo camino y conducirnos hacia la vida de Dios.
Como María abrió su corazón al anuncio del ángel, abramos hoy nosotros nuestros corazones de un modo especial para que amemos y cuidemos toda vida humana desde su inicio hasta su fin natural
”.

ACTO PENITENCIAL
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores, e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
- Tú, que iniciaste tu vida humana en las entrañas de la Virgen: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
- Tú, que has compartido en todo nuestra condición humana menos en el pecado: Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.
- Tú, que fuiste fiel hasta la muerte para que nosotros tengamos vida y vida abundante: Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.
GLORIA

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA LECCIONARIO: volumen V, lecturas de la solemnidad: Is 7, 10-14; 8, 10; Sal 39;
Heb 10, 4-10; Lc 1, 26-38.
HOMILÍA
PROFESIÓN DE FE
ORACIÓN UNIVERSAL
Recordando, hermanos, el momento en que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, oremos a Dios, fuente de vida y de todo bien.
- Oremos, en primer lugar, por la Iglesia extendida de oriente a occidente para que, a ejemplo de la Virgen María, acoja, celebre y anuncie el Evangelio de la Vida. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Oremos por todos nosotros para que el Espíritu Santo nos haga comprender la grandeza del Misterio de la Encarnación en el que Jesucristo se ha dignado hacerse hombre. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Oremos por los gobiernos y los legisladores de las naciones para que, iluminados por el Espíritu Santo, protejan eficazmente el derecho de la vida desde su inicio hasta su fin natural. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Oremos, de un modo especial en esta jornada por la vida, por los niños no nacidos amenazados por el aborto, para que su vida se vea protegida, sus madres reciban la ayuda necesaria para continuar con su gestación y nadie busque su muerte. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Oremos también por los científicos y los profesionales de la sanidad y de la atención social, para que apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la dignidad o la vida de las personas.
Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Oremos, como hacemos siempre, por todos aquellos que sufren en su cuerpo o en su espíritu, para que reciban la ayuda que viene de lo alto y no les falte la ayuda fraternal de los cristianos. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Oremos para que nadie ignore que el sufrimiento, la vejez, el estado de inconsciencia y la inminencia de la muerte no disminuyen la intrínseca dignidad de la persona. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
- Y oremos por nosotros, que nos preparamos para renovar en la noche santa de la Pascua el Bautismo por el que fuimos incorporados a la vida nueva de la gracia, para que, animados por esta jornada y alimentados con el pan vivo bajado del cielo, estemos siempre dispuestos a defender el gran don de la vida humana. Roguemos al Señor. R. Te rogamos, óyenos.
Oh Dios, creador y dueño de todas las cosas, escucha nuestras súplicas confiadas y concédenos a nosotros, creados a tu imagen y semejanza, anunciar con fidelidad el Evangelio de la vida. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Confirma, Señor, en nosotros la verdadera fe, mediante los sacramentos que hemos recibido; para que, cuantos confesamos al Hijo de la Virgen como Dios y como hombre verdadero, podamos llegar a las alegrías del reino por el poder de su santa resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN SOLEMNE

El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
- El Dios, que en su providencia amorosa quiso salvar al género humano por el fruto bendito del seno de la Virgen María, os colme de sus bendiciones. R. Amén.
- Que os acompañe siempre la protección de la Virgen, por quien habéis recibido al Autor de la vida. R. Amén.
- Y a todos vosotros os conceda el Señor de la vida la alegría del Espíritu y los bienes de su reino. R. Amén.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R. Amén.
DESPEDIDA

sábado, 19 de marzo de 2011

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR. GUIÓN VIGILIA EUCARISTICA.

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
25 de marzo de 2011 - Jornada por la Vida

SUBSIDIO PARA LA CELEBRACIÓN DE UNA VIGILIA EUCARÍSTICA.

1. Monición inicial
«La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, solo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando “hasta el extremo”, “hasta el total cumplimiento” (…). Si estamos en relación con Aquel que no muere, que es la Vida misma y el Amor mismo, entonces estamos en la vida. Entonces “vivimos”»1.
Estas palabras del papa Benedicto XVI nos abren a la luz que da sentido a nuestra vida en todos sus momentos, especialmente en aquellos marcados por la cruz. Sin embargo, en nuestra sociedad son muchos los que no descubren que la vida es un bien cuando viene acompañada por minusvalías, pobreza, soledad, enfermedades graves o que se revelan ante el momento en que la propia vida se abre al encuentro definitivo con el Altísimo.
Por ello, la Jornada por la Vida que organiza cada año la Conferencia Episcopal Española viene enmarcada con el lema «Siempre hay una razón para vivir».
En esta Vigilia de adoración eucarística queremos orar ante el Señor de la Vida por todas las personas que en su dolor no encuentran una razón para vivir, para que descubran la dignidad y el sentido de su vida amada hasta el extremo por Jesucristo.
Queremos pedir también por los que formamos la Iglesia, para que con nuestro amor a la medida de Cristo sepamos acompañar la vida de de toda persona que sufre.

2. Exposición del Santísimo Sacramento
Mientras se entona un canto apropiado, todos se ponen de rodillas mientras se traslada el Santísimo Sacramento desde su Capilla al altar tal como describe el «RitualeRomanum» en el «De sacra Communione et de Cultu mysterii Eucharistici extraMissam», nn. 93-100 y el «Caeremoniale Episcoporum», nn. 1102ss.
El sacerdote, de rodillas ante el altar, inciensa el Santísimo Sacramento mientras continúa el canto (cf. Ritual n. 89).

3. Oración
Oremos.
Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, palabra de salvación y pan de vida, desde el cielo al seno de la Virgen María, concédenos recibir a Cristo como ella, conservando la palabra de Dios en el corazón y anunciar con firmeza y amor el Evangelio de la vida a los hombres de nuestro tiempo.
Por Jesucristo nuestro Señor.

4. Lectura de la Carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-30 (jueves de la semana XXX del tiempo ordinario – año I).

5. Salmo 102, 1-2, 3-4, 8-9, 10-11 (lunes de la semana XIII del tiempo ordinario – año I).

6. Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-16 (lunes y martes de la semana X del tiempo ordinario).

7. Meditación (Conviene subrayar las referencias a la presencia eucarística sacramental de Cristo. También cabría adaptar el Mensaje de los Obispos).

8. Preces
Señor Jesús, creemos y proclamamos que Tú, el Hijo de Dios, que por nosotros entregaste tu vida en la cruz, estás realmente en este Santísimo Sacramento. Escucha las súplicas que te dirigimos para que el Evangelio de la vida sea acogido, celebrado y anunciado por todos los hombres.

Respondemos a las súplicas diciendo:
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»

Señor: en la Eucaristía eres Luz del mundo y Vida de los hombres. Concédenos acompañar a toda persona que sufre, manifestar el rostro compasivo de Jesucristo y ser testigos de esperanza.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Cristo Jesús: en la Eucaristía te adoramos como Señor y Rey de reyes. Ilumina a nuestros gobernantes para que defiendan la vida desde su concepción hasta su muerte natural.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor: en la Eucaristía nos enseñas a caminar en la luz del amor. Ilumina a las mujeres que han concebido un hijo para que recorran el camino de la vida y encuentren las ayudas necesarias.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Cristo Jesús: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Concede la gracia de la conversión a las personas que promueven o participan en el aborto, la eutanasia o cualquier atentado contra la dignidad de la persona.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor Jesús: en la Eucaristía nos amas hasta el extremo. Te presentamos a todas las personas que no encuentran una razón para vivir. Que descubran la esperanza en tu amor.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor: en la Eucaristía actualizas tu entrega en la cruz. Concede a todas las personas que sufren la enfermedad, la soledad o cualquier tipo de minusvalía o pobreza el don de unir su vida a tu amor crucificado.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor: en la Eucaristía te manifiestas como la Verdad encarnada. Guía a los científicos y profesionales de la medicina para que apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica contraria a la dignidad del ser humano.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor Jesús: en la Eucaristía te manifiestas como el Esposo de la Iglesia. Concede a los matrimonios el don de tu gracia y a las familias ser el santuario de la vida.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Cristo Jesús: en la Eucaristía nos sales al encuentro revestido de pobreza y humildad. Bendice a las personas que sufren necesidades materiales.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor: en la Eucaristía eres Luz del mundo y Vida de los hombres. Concédenos el don de reconocerte en toda persona que sufre, acompañar su dolor y manifestar tu rostro compasivo.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»
– Señor Jesús: en la Eucaristía eres el Pan que da la vida eterna. Líbranos del pecado que lleva a la muerte, concédenos la vida de tu gracia y a nuestros difuntos el gozo eterno.
R/. Oh Cristo, danos la «luz de la vida»

9. Bendición con el Santísimo Sacramento y Reserva
El sacerdote va ante el altar y se arrodilla. Entre tanto se entona la estrofa Tantum ergo u otro canto eucarístico. Tras la incensación –tres movimientos dobles– se levanta y dice Oremos. Todos oran en silencio durante algunos momentos. El sacerdote, con las manos extendidas, dice la siguiente oración:

– Les diste el pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.

Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, te adoramos y te glorificamos, pues sabemos que, sin importar lo poderosa que sea la muerte, podemos encontrar en Ti la fuente de vida eterna. Escucha nuestra oración y haznos apóstoles intrépidos del Evangelio de la Vida, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria del Dios Creador y amante de la vida.
Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos.

El sacerdote recibe el humeral y tomando la custodia se vuelve hacia el pueblo trazando sobre él la señal de la cruz. A continuación tiene lugar la Reserva del Santísimo Sacramento.

10. Monición a la antífona mariana
Antes de despedirnos, confiemos a María, Madre de Dios y Madre nuestra, la causa de la vida. Pongamos ante sus ojos, que son misericordiosos, a los niños a quienes se les impide nacer, a los pobres a quienes se les hace difícil vivir, a los hombres y mujeres víctimas de la violencia inhumana, a los ancianos y enfermos que ven amenazada su vida a causa de la indiferencia o de una presunta piedad; y pidamos que interceda por todos los cristianos para que seamos testigos del Evangelio de la Vida.

11. Canto de una antífona mariana

12. La alegría del Señor sea nuestra fuerza para proteger, defender y anunciar el valor sagrado del don de la vida. Podéis ir en paz.