VIGILIA EUCARISTICA. JORNADA POR LA VIDA 2010.
¡ES MI VIDA!
ESTÁ EN TUS MANOS
ESTÁ EN TUS MANOS
Jornada por la Vida
25 de marzo de 2010
Solemnidad de la Anunciación del Señor
VIGILIA EUCARÍSTICA
Fuente: Subcomisión de Familia y Vida. CEE.
Monición inicial
Jesucristo el Señor ha venido para que los hombres “tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Por eso la misión pastoral de la Iglesia se orienta principalmente a que la vida terrena de todo hombre alcance su plenitud, participando en la comunión con Dios Padre, acogiendo la vida nueva otorgada por Jesucristo en virtud del don del Espíritu Santo. La Iglesia es de esta manera “el pueblo de la vida y para la vida”, llamado a custodiar, anunciar y celebrar el Evangelio de la vida.
Acogiendo esta gozosa responsabilidad, la Conferencia Episcopal Española organiza cada año la Jornada por la Vida coincidiendo con la solemnidad litúrgica de la Encarnación del Señor. En esta ocasión, con el lema ¡Es mi vida! Está en tus manos, se nos invita a ayudar y acompañar a los padres que experimentan angustia ante la noticia de un embarazo. Queremos transmitir una clara esperanza a los padres con dificultades para que sepan que no están solos y que en la Iglesia siempre encontrarán un hogar que les acoge.
Sintámonos, pues, convocados a esta vigilia de oración por la vida. Y como María acogió en su seno a la Palabra hecha carne, acojamos a Cristo Jesús, pan vivo bajado del cielo, que se hace presente en medio de nosotros por medio de su Palabra y del Sacramento de su Cuerpo.
Acogiendo esta gozosa responsabilidad, la Conferencia Episcopal Española organiza cada año la Jornada por la Vida coincidiendo con la solemnidad litúrgica de la Encarnación del Señor. En esta ocasión, con el lema ¡Es mi vida! Está en tus manos, se nos invita a ayudar y acompañar a los padres que experimentan angustia ante la noticia de un embarazo. Queremos transmitir una clara esperanza a los padres con dificultades para que sepan que no están solos y que en la Iglesia siempre encontrarán un hogar que les acoge.
Sintámonos, pues, convocados a esta vigilia de oración por la vida. Y como María acogió en su seno a la Palabra hecha carne, acojamos a Cristo Jesús, pan vivo bajado del cielo, que se hace presente en medio de nosotros por medio de su Palabra y del Sacramento de su Cuerpo.
Exposición del Santísimo Sacramento (canto)
Oración
Oremos.
Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, palabra de salvación y pan de vida, desde el cielo al seno de la Virgen María, concédenos recibir a Cristo como ella, conservando sus palabras en el corazón y anunciando con firmeza y amor el Evangelio de la vida a los hombres de nuestro tiempo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Lecturas.
Lectura del libro del Génesis 4, 1-15. 25 (lunes de la sexta semana del tiempo ordinario – año I)
Salmo 49 (lunes de la sexta semana del tiempo ordinario – año I)
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 (solemnidad de la Anunciación del Señor)
Meditación (cabría adaptar el Mensaje de los Obispos)
Preces
Que la Iglesia sepa anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que las comunidades cristianas sepan compartir el sufrimiento de los padres que padecen dificultades para tener a sus hijos y les den el acompañamiento y ayudas que necesiten.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que los gobiernos y los legisladores protejan eficazmente el derecho fundamental a la vida y ofrezcan soluciones eficaces a los padres con dificultades.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que las familias sean escuela de amor y aprecio del valor de la vida de todo ser humano.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que los profesionales de la sanidad apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la integridad o la vida de las personas.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que los científicos proclamen con valentía el valor sagrado de la vida humana y que nunca se dejen seducir por posibilidades contrarias a la ética.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que cuantos apoyan cualquier atentado contra la vida humana sean curados de su ceguera.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que nadie ignore que el sufrimiento, la vejez, el estado de inconsciencia y la inminencia de la muerte no disminuyen la intrínseca dignidad de la persona.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que a los moribundos no les falte la cercanía de sus seres queridos y, en caso necesario, los cuidados paliativos que les permitan aliviar el dolor y vivir con serenidad el final de esta vida.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que las comunidades cristianas sepan compartir el sufrimiento de los padres que padecen dificultades para tener a sus hijos y les den el acompañamiento y ayudas que necesiten.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que los gobiernos y los legisladores protejan eficazmente el derecho fundamental a la vida y ofrezcan soluciones eficaces a los padres con dificultades.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que las familias sean escuela de amor y aprecio del valor de la vida de todo ser humano.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que los profesionales de la sanidad apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la integridad o la vida de las personas.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que los científicos proclamen con valentía el valor sagrado de la vida humana y que nunca se dejen seducir por posibilidades contrarias a la ética.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que cuantos apoyan cualquier atentado contra la vida humana sean curados de su ceguera.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que nadie ignore que el sufrimiento, la vejez, el estado de inconsciencia y la inminencia de la muerte no disminuyen la intrínseca dignidad de la persona.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Que a los moribundos no les falte la cercanía de sus seres queridos y, en caso necesario, los cuidados paliativos que les permitan aliviar el dolor y vivir con serenidad el final de esta vida.
R. Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, escucha nuestra oración.
Oración
Oh Cristo, pan vivo bajado del cielo, te adoramos y te glorificamos, pues sabemos que, sin importar lo poderosa que sea la muerte, podemos encontrar en Ti la fuente de vida eterna.
Escucha nuestra oración y haznos apóstoles intrépidos del Evangelio de la Vida, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria del Dios Creador y amante de la vida.
Tú, que vives y reinas, por los siglos de los siglos.Escucha nuestra oración y haznos apóstoles intrépidos del Evangelio de la Vida, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria del Dios Creador y amante de la vida.
Bendición con el Santísimo Sacramento y Reserva
Monición a la antífona mariana
Antes de despedirnos, confiemos a María, Madre de Dios y Madre nuestra, la causa de la vida. Pongamos ante sus ojos, que son misericordiosos, a los niños a quienes se les impide nacer, a los pobres a quienes se les hace difícil vivir, a los hombres y mujeres víctimas de la violencia inhumana, a los ancianos y enfermos que ven amenazada su vida a causa de la indiferencia o de una presunta piedad; y pidamos que interceda por todos los cristianos para que seamos testigos del Evangelio de la Vida.
Canto de una antífona mariana
La alegría del Señor sea nuestra fuerza para proteger, defender y anunciar el valor sagrado del don de la vida. Podéis ir en paz.
Fuente: Subcomisión de Familia y Vida. CEE.
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