Queridos amigos de la Pastoral Familiar de Granada:
Hemos vivido estos días santos, en los que la tensión y la emoción contenida han ido dando paso a la alegría y a la esperanza por encontrarnos con Aquel por quién vivimos y a quién esperamos.
Cada día nos sentimos más agradecidos a Dios por su amor de predilección, y por la oportunidad de poder construir junto a vosotros pequeños destellos de la vida del paraíso aquí en la tierra.
Y si siempre es una alegría compartir con vosotros nuestra vida, aquello que en cada momento sentimos, estos días es aún mas fuerte la necesidad de escribiros, de contaros, de abrazaros. Recordarnos las palabras que el Jueves Santo resonaban con fuerza en nuestro corazón “amaos como yo os he amado” y sabemos la medida, ayer viernes El mismo nos lo recordaba “hasta dar la vida”. Ésta es la medida de nuestro amor recíproco: dar la vida. El secreto para que el Resucitado esté siempre entre nosotros: EL ESTÁ ENTRE NOSOTROS.
Corramos, a igual que hicieron las mujeres hace dos mil años, corramos y gritemos al mundo que El está entre nosotros, que ha resucitado. El mundo necesita algo más que palabras: testigos creíbles de que El está entre nosotros; “lo hemos visto”, “lo hemos sentido”:
Hemos vivido estos días santos, en los que la tensión y la emoción contenida han ido dando paso a la alegría y a la esperanza por encontrarnos con Aquel por quién vivimos y a quién esperamos.
Cada día nos sentimos más agradecidos a Dios por su amor de predilección, y por la oportunidad de poder construir junto a vosotros pequeños destellos de la vida del paraíso aquí en la tierra.
Y si siempre es una alegría compartir con vosotros nuestra vida, aquello que en cada momento sentimos, estos días es aún mas fuerte la necesidad de escribiros, de contaros, de abrazaros. Recordarnos las palabras que el Jueves Santo resonaban con fuerza en nuestro corazón “amaos como yo os he amado” y sabemos la medida, ayer viernes El mismo nos lo recordaba “hasta dar la vida”. Ésta es la medida de nuestro amor recíproco: dar la vida. El secreto para que el Resucitado esté siempre entre nosotros: EL ESTÁ ENTRE NOSOTROS.
Corramos, a igual que hicieron las mujeres hace dos mil años, corramos y gritemos al mundo que El está entre nosotros, que ha resucitado. El mundo necesita algo más que palabras: testigos creíbles de que El está entre nosotros; “lo hemos visto”, “lo hemos sentido”:
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN.
DELEGACIÓN DIOCESANA DE PASTORAL FAMILIAR
DIÓCESIS DE GRANADA.
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