Se comete la injusticia de imponer una determinada educación moral sexual, que, además, por ser abortista y “de género”, tampoco será eficaz ni como verdadera educación ni como camino de prevención del aborto.
Es necesario permitir y promover que la sociedad desarrolle sus capacidades educativas y morales.
Es necesario permitir y promover que la sociedad desarrolle sus capacidades educativas y morales.
(Fuente: Conferencia Episcopal Española)
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