Santo Padre, como nos sentimos identificados con el lema que has elegido para tu pontificado, es la experiencia que cada uno hemos experimentado en un momento de nuestra vida, la mirada de predilección de Dios y ese susurro, casi al oído, de sentir como nos dice que nos ama inmensamente: sentir que Dios nos ha elegido.
Para una familia también es todo un programa, sentirnos mirados con misericordia por Dios, elegidos por El, y con un programa para toda nuestra vida. Para unos padres es una bella indicación para ver como tenemos que mirar a nuestros hijos: resuenan nuevas las muchas veces que nos han dicho que tenemos que verlos con los ojos de Dios. Familias abiertas a cada hermano y hermana que nos encontramos, que se acerca a nosotros, custodios de la presencia de Jesús en medio nuestro que quiere ser hermano de cada uno.
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