LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO, NOVEDAD PARA EL MUNDO ACTUAL
'Jesucristo
rompe nuestros esquemas aburridos y nos sorprende con su creatividad', dice el
papa en su primera Exhortación Apostólica. No quiere evangelizadores con 'cara
de funeral'
El papa Francisco en
su primera exhortación apostólica titulada Evangelii Gaudium (La alegría
del Evangelio), publicada esta semana, propone a todos los cristianos
transformar la sociedad con acciones auténticamente evangelizadoras.
“Jesucristo siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra
comunidad", afirma. Además, prosigue, también puede "romper los
esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo".
Ciertamente, asegura el
santo padre, el Señor nunca deja de sorprendernos con su constante
"creatividad divina". En este sentido, añade, cada vez que
recuperamos la "frescura original" del Evangelio, "brotan nuevos
caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes,
palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual".
Por este motivo, apunta
el pontífice, un anuncio renovado "ofrece a los creyentes, también a los
tibios o no practicantes, una nueva alegría en la fe y una fecundidad
evangelizadora".
Y es que si un
evangelizador no debe tener permanentemente "cara de funeral",
advierte, es porque está llamado "a recobrar y acrecentar el fervor, la
dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar
entre lágrimas".
De tal suerte
que, el mundo actual -- que busca a veces con angustia, a veces con
esperanza -- pueda "recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores
tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del
Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí
mismos, la alegría de Cristo", insiste el papa.
Asimismo, el pontífice
cree firmemente que “toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca
por sí misma su expansión”. "El bien siempre tiende a
comunicarse”, enfatiza.
Es más, destaca el
santo padre, "quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro
camino más que reconocer al otro y buscar su bien". Y si bien esta misión
nos reclama una entrega generosa, "sería un error entenderla como una
heroica tarea personal, ya que la obra es ante todo de Él, más allá de lo que
podamos descubrir y entender", recuerda.
Para el papa Francisco,
en cualquier forma de evangelización "el primado es siempre de Dios, que
quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su
Espíritu".
Esta convicción,
reconoce el pontífice, “nos permite conservar la alegría en medio de una tarea
tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero”. Y concluye: “nos
pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo”.
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