En el fuerte discurso del Papa
Francisco en la inauguración del Año judicial del Tribunal de la Rota Romana,
se muestran los “remedios válidos” para hacer frente a una situación
preocupante que es testigo del crecimiento, incluso hoy en día, del número de
matrimonios nulos.
A partir de un texto de San Juan
Pablo II (Fides et Ratio), que reafirmaba el vínculo entre el conocimiento de
la fe y el de la razón – por el que “cuanto más se aleja de la
perspectiva de la fe, tanto más, el hombre se expone al riesgo del fracaso”, el
Papa Francisco, en la inauguración del año judicial de la Rota romana, afirmó
que nuestro “contexto carente de valores religiosos y de fe, no puede por
menos que condicionar también el consentimiento matrimonial”. Si hoy se
necesita mucho valor para casarse, también es cierto que sin una seria y
adecuada preparación – “un nuevo catecumenado” – se siguen multiplicando las
celebraciones matrimoniales nulas. Partiendo de esta realidad el Papá sugirió
algunos remedios.
“Os señalo un primer
remedio en la formación de los jóvenes a través de un adecuado proceso de
preparación encaminado a redescubrir el matrimonio y la familia según el plan
de Dios… Hoy más que nunca esta preparación se presenta como una ocasión
verdadera y propia de evangelización para los adultos y, a menudo, de los
llamados lejanos. De hecho, son muchos los jóvenes para los que el
acercarse de la boda representa una ocasión para encontrar de nuevo la
fe, relegada durante mucho tiempo al margen de sus vidas… Por lo tanto,
es necesario que los operadores y los organismos encargados de la pastoral
familiar estén motivados por la fuerte preocupación de hacer cada vez más
eficaces los itinerarios de preparación para el sacramento del matrimonio, en
pro del crecimiento no solamente humano, sino sobre todo de la fe de los
novios”.
Tras subrayar la necesidad de un
“nuevo catecumenado”, como preparación al matrimonio, el Papa Francisco mostró
un segundo remedio “ayudar a los recién casados a proseguir el camino
en la fe y en la Iglesia también después de la celebración del
matrimonio. Es necesario identificar con valor y creatividad, un proyecto de
formación para las parejas jóvenes, con iniciativas destinadas a aumentar la
toma de conciencia sobre el sacramento recibido”.
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