Meriam
Yehya Ibrahim ha sido castigada a latigazos por 'adulterio', porque su
matrimonio con un cristiano no es reconocido por la ley
Un mujer sudanesa de 27
años y embaraza de ocho meses ha sido condenada a muerte por haberse convertido
del Islam al cristianismo, tras casarse con un cristiano de Sudán del Sur.
Además, Meriam Yehya Ibrahim, ha sido castigada a recibir latigazos por el
delito de adulterio, ya que su matrimonio no es considerado válido para la ley
islámica.
Según informó la
agencia AFP, el juez que la condenó dijo a la mujer que "te dimos tres
días para que te retractes, pero insistes en no retornar al Islam. Te sentencio
a ser ahorcada hasta la muerte". Pero, se precisa, la sentencia de muerte
no sería efectuada hasta que la mujer se recuperara del parto. Según algunos
medios locales, podría prolongarse hasta dos años después del nacimiento de su
bebé.
Actualmente se
encuentra en la cárcel con su primer hijo, que ahora tiene 20 meses. El pasado
11 de mayo, un tribunal de Khartoum condenó a muerte a Meriam Yehya Ibrahim con
la acusación de apostasía y a los latigazos por lo que juez calificó de
adulterio.
El tribunal dio a la
mujer tres días para renunciar a su fe, pero la mujer no lo hizo. Explican en
una nota de Amnistía International que la mujer fue arrestada y acusada de
adulterio en agosto de 2013 después que un familiar suyo había señalado que la
mujer estaba cometiendo adulterio porque se había casado con un hombre
cristiano de Sudán de Sur.
Además, el tribunal
añadió la acusación de apostasía en febrero de 2014, cuando Merian afirmó ser
cristiana y no musulmana. Ella sostiene haber sido educada como cristiana
ortodoxa, la religión de su madre, porque su padre, musulmán, estuvo ausente
durante su infancia.
En el código penal,
está contemplado en el artículo 146, un máximo de 100 latigazos por adulterio.
Así como el artículo 126 prevé la pena de muerte si la persona no renuncia a la
fe cristiana.
Según explica la nota
de Amnistía Internacional, "considerar el adulterio y la apostasía como
delitos de naturaleza penal no es conforme al derecho internacional de los
derechos humanos. Sudán forma parte del Pacto internacional sobre derechos
civiles y políticos". De esta forma, Amnistía Internacional observa que
Meriam
Ibrahim "es una prisionera de conciencia, condenada sólo por la religión
que ha elegido profesar y por su identidad y debe ser liberada inmediatamente y
sin condiciones".
Ayer por la noche las
luces del Coliseo de Roma se apagaron para dar luz a través de la velas de las
personas que se reunieron para pedir por los cristianos perseguidos. En este
contexto Marco Impagliazzo, presidente del la Comunidad de San Egidio, explicó
a Radio Vaticana que "lamentablemente, los lugares donde no es reconocido
este tipo de libertad religiosa y ni siquiera el derecho a la conversión, son
muchos. Naturalmente, nosotros nos dirigimos a nuestros hermanos musulmanes y
les pedimos, a la parte más iluminada que es la gran mayoría, trabajar junto a
nosotros para que se garantice a todos, este derecho fundamental por el cual la
Iglesia ha padecido mucho".
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