miércoles, 31 de julio de 2013

VÍDEO DE GRANADA JPJ EL ROCÍO-JMJ RÍO.


NUEVO DOCUMENTO DE LA C.E.E. ORIENTACIONES PASTORALES PARA LA COORDINACIÓN DE LA FAMILIA, LA PARROQUIA Y LA ESCUELA EN LA TRANSMISIÓN DE LA FE

NUEVO DOCUMENTO DE LA C.E.E.
ORIENTACIONES PASTORALES PARA LA COORDINACIÓN DE LA FAMILIA, LA PARROQUIA Y LA ESCUELA EN LA TRANSMISIÓN DE LA FE

La nueva evangelización depende en gran parte de la Iglesia doméstica, esta pequeña iglesia es el espacio humano del encuentro con Cristo, que se dilata y complementa con la parroquia y la escuela, ámbitos esenciales para la familia cristiana, sujeto protagonista y recurso indispensable en la misión de la Iglesia.
Así lo ha entendido la Conferencia Episcopal Española al publicar el documento “Orientaciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe” en su XCVII Asamblea Plenaria.
El documento ha sido elaborado por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, y acoge las orientaciones de Benedicto XVI acerca de la llamada “emergencia educativa” al proponer como una de las primeras respuestas de la Iglesia el “aunar esfuerzos, compartir experiencias, dedicar personas y priorizar recursos, con el fin de coordinar objetivos y acciones entre los diversos ámbitos: familia, parroquia y escuela, en orden a la transmisión de la fe, hoy”.
Los destinatarios del documento son sin duda padres, sacerdotes, catequistas y profesores de religión; sus orientaciones pastorales “quieren ayudar a los padres de familias en su difícil y hermosa responsabilidad de educar a sus hijos; a los sacerdotes y catequistas en las parroquias en la paciente y apasionante misión de iniciar en la fe a las nuevas generaciones de cristianos; así como a los profesores de religión en los centros de enseñanza, estatales y de iniciativa social, católicos o civiles, preocupados y entregados a la noble tarea de formación de niños y jóvenes”.

Estructurado en cinco capítulos: en el primero, se hace un breve análisis de las necesidades, dificultades y posibilidades de la transmisión de la fe en la familia cristiana, la catequesis parroquial y la enseñanza religiosa escolar; en el segundo, se trata de los responsables de la coordinación de objetivos y acciones; en el tercero, se exponen los servicios distintos y complementarios que corresponden a los diversos ámbitos; en el cuarto, se señalan las dimensiones específicas de estos servicios en la transmisión de la fe; y, en el quinto, se ofrecen aquellos medios que favorecen y ayudan a la transmisión de la fe, hoy, según las distintas situaciones de los destinatarios y las diversas responsabilidades de padres, catequistas y profesores. Formar a las nuevas generaciones siempre ha sido una labor ardua, pero gratificante.

JPJ EL ROCÍO - JMJ RÍO.

Cerca de un centenar de jóvenes participaron del 25 al 28 de julio en la Jornada de Pastoral Juvenil que se ha celebrado en El Rocío, en comunión con la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, a propuesta de los Obispos del Sur de España, para favorecer la participación de los jóvenes diocesanos que no han podido viajar hasta Brasil.
En estos días, los jóvenes andaluces han participado en este encuentro que les ayuda a descubrir el atractivo de la fe y cómo Cristo nos acompaña siempre y nunca nos deja solos.
La peregrinación a El Rocío comenzó la mañana del jueves, en el Seminario diocesano San Cecilio, con la Eucaristía que presidió D. Francisco Mingorance, Delegado de Pastoral de Juventud, y concelebrada con el  Vicerrector del Seminario, D. José Antonio Vinuesa.
Entre otros, han participado en esta JPJ El Rocío 2013 jóvenes de las parroquias de Juan XXIII, San Agustín, San Emilio, de Armilla, Dúrcal, Maracena y miembros de la Pastoral de Juventud y de Cursillos de Cristiandad, así como los seminaristas diocesanos, tanto del Mayor como del Menor, y jóvenes de la Pastoral Universitaria, con su Delegado, D. José Antonio Villena, que se han adherido a la JPJ recién llegados de otra peregrinación a Santiago de Compostela.“Peregrinar no es andar por andar”, les explicó D. Francisco Mingorance en la Eucaristía de partida, antes de coger el autobús que les trasladó hasta El Rocío. En este sentido, Mingorance señaló que “no se trata de salir de un punto de partida y llegar a otro”, sino que peregrinar “es salir de mi y encontrarme con Alguien”, y ese “encuentro con Cristo es el objeto de la peregrinación”, explicó.Mingorance añadió dos aspectos más antes de comenzar a peregrinar. Por un lado, “salir de uno mismo se hace en comunidad, en la familia que es la Iglesia”, porque “la fe no se vive en solitario, sino en comunidad, y nos encontramos con Cristo dentro de la Iglesia”; por otro lado, que el encuentro con Cristo “no es para retroalimentarnos”, es decir, para quedarse en nosotros mismos, sino que “lo podamos comunicar a otros”.
ALMONTE y EL ROCíO
Con esta conciencia, los jóvenes partieron la mañana del jueves, hasta Almonte, donde fueron recibidos por el Obispo anfitrión de Huelva, Mons. José Vilaplana, y los Obispos andaluces, entre ellos nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez, y el Obispo de Teruel-Albarraicín, Mons. Carlos Manuel Escribano, cuyos jóvenes diocesanos participan en esta JPJ en El Rocío.
Experiencia de fey de familia en la Iglesia

En Almonte tuvo lugar el acto penitencial, en la plaza de la localidad, coronada por la llamada “catedral efímera”, un arco de papel que cada siete años se coloca cuando viene la Virgen desde su Santuario hasta el pueblo que la acoge. El año pasado vino la Sagrada Imagen y, en esta ocasión, la “catedral efímera” continúa presente con motivo del Año Jubilar que se celebra en El Rocío, y que ha servido como acogida también para los peregrinos en la JPJ 2013. Tras el acto penitencial, comenzó la peregrinación a pie hasta la Aldea. Un momento breve pero intenso de preparación espiritual para salir al encuentro de Cristo en la dureza del camino a pie y encontrarse ante la Virgen de El Rocío. En su mensaje de saludo, Mons. Vilaplana invitó a los jóvenes a “ir y dejarse transformar por Cristo”.
                                                                    Fuente: El Secretariado de Medios de Comunicación Social del Arzobispado de Granada

martes, 30 de julio de 2013

LA VERDAD SOBRE EL AMOR HUMANO

LA VERDAD SOBRE EL AMOR HUMANO
El pasado día 4 de julio la Conferencia Episcopal Española publicó el documento "La verdad sobre el amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar". Se trata de un importante documento de nuestros obispos sobre el amor humano.

Para acceder al documento completo pinchar el siguiente enlace:

lunes, 29 de julio de 2013

HOMILÍA DE LA MISA DE CLAUSURA DE LA JMJ: “JESUCRISTO CUENTA CON USTEDES, LA IGLESIA CUENTA CON USTEDES, EL PAPA CUENTA CON USTEDES”

HOMILÍA DE LA MISA DE CLAUSURA DE LA JMJ: “JESUCRISTO CUENTA CON USTEDES, LA IGLESIA CUENTA CON USTEDES, EL PAPA CUENTA CON USTEDES"
Más de tres millones de jóvenes participaron el domingo por la mañana en la Santa Misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de Río, recordando la palabra de Dios que hoy nos indica: “Vayan”, “sin miedo”, “para servir”. El Papa Francisco precisó que Jesús nos envía a todos. El Evangelio no es para algunos sino para todos: “No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente.” El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor. “Quisiera que este mandato de Cristo: “Vayan”, resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina,comprometidos en la misión   continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo”. 
Homilía del Papa “Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio, Queridos  jóvenes: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bueno ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser un discípulo en misión. Hoy a la luz de la palabra de Dios que acabamos de oír, ¿Qué nos dice hoy el Señor? ¿Qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin  miedo, para servir
1. Vayan. Durante estos días aquí en Río, ustedes han podido hacer la bella experiencia de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, sintiendo la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en la vida de ustedes, o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de la comunidad de ustedes. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más es compartida, transmitida, para que todos puedan conocer, amar y profesar a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, ¡Vayan!, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo Él. Ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
¿Para dónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía para todas las personas. El evangelio es para todos, y no para algunas personas. No es sólo para aquellos que parecen más cercanos a nosotros, más abierto, más acogedores. Es para todas las personas. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a todos los ambientes, hasta las periferias existenciales, incluidos aquellos que parecen más distantes, más indiferentes. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
De forma especial, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. El Brasil, América Latina, el mundo necesita de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del Evangelio, que marcó su camino y produjo mucho fruto. Ahora este anuncio se les ha confiado también a ustedes, para que resuene con fuerza renovada. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, de la creatividad y de la alegría que los caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, partió en misión cuando tenía apenas diecinueve años! ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino a recorrer por ustedes.

2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías. Escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios les dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.. Él está con nosotros. «No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es Él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, ¡nunca deja solo a nadie! ¡Nos acompaña siempre!
Además Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo esta Eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que los ha rejuvenecidos a todos. ¡El joven contagia juventud! Pero es una etapa en el camino. Por favor, sígan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazón a los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos, tan audaces. ¡Sigan adelante y no tengan miedo.

3. La última palabra: para servir. En el inicio del salmo que proclamado escuchamos estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de nuestra vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la Vida de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. La vida de Jesús es una vida para los demás, es una vida de servicio.
San Pablo, en la lectura que escuchamos hace poco, decía: «Me hice esclavo de todos, a fin de ganar el mayor número posible» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se hizo «esclavo de todos». Evangelizar significa testimoniar personalmente el amor de Dios, significa superar nuestros egoísmos, significa servir inclinándonos a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Tres palabras: “Vayan, sin miedo, para servir”. Siguiendo estas tres palabras “Vayan, sin miedo, para servir”, experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del Evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el Evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes, ¡Jesucristo cuenta con ustedes! ¡La Iglesia cuenta con ustedes! ¡El Papa cuenta con ustedes! Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén

domingo, 28 de julio de 2013

SANTA MISA PARA LA XXVIII JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Paseo marítimo de Copacabana, Río de Janeiro
Domingo, 28 de julio de 2013
Queridos hermanos y hermanas, queridos jóvenes
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, él ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. ¡Éste es el camino que ha de ser recorrido por ustedes!
2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios les dice a ustedes lo que le dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.
Además, Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo esta eucaristía: han venido a acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que les ha rejuvenecido a todos. El joven contagia juventud. Pero es sólo una etapa en el camino. Por favor, sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazón a los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos y tan audaces. ¡Sigan adelante y no tengan miedo!
3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás, la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.
San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir. Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes: Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, los acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.

jueves, 25 de julio de 2013

EL SANTO PADRE EN LAS FAVELAS

Discurso del santo padre

El santo padre ha comenzado su discurso mostrando su cercanía con los brasileños diciendo que "habría querido llamar a cada puerta, decirles «buenos días»". Ha comentado la acogida que sintió desde el primer día de su visita y ha añadido que "cuando somos generosos en acoger a una persona y compartimos algo con ella —algo de comer, un lugar en nuestra casa, nuestro tiempo— no nos hacemos más pobres, sino que nos enriquecemos".
Fueron contundentes sus palabras sobre la solidaridad: "Y el pueblo brasileño, especialmente las personas más sencillas, pueden dar al mundo una valiosa lección de solidaridad, esta palabra solidaridad es a menudo olvidada u omitida, porque es incómoda, parece casi una palabrota".
E hizo un llamado a los poderes públicos y a los que tienen más recursos: "que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario". Muy claro también ha sido el santo padre al recordar que "ningún esfuerzo de «pacificación» será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma". Añadió que "la medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza".
Haciendo mención al número 395 del documento de Aparecida, aseguró que la Iglesia "desea ofrecer su colaboración a toda iniciativa que pueda significar un verdadero desarrollo de cada hombre y de todo el hombre". Es más "no hay una verdadera promoción del bien común, ni un verdadero desarrollo del hombre, cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación, sus bienes inmateriales", entre los que ha indicado la vida, la familia, la salud, la educación integral y la seguridad.
Para finalizar su discurso, el papa Francisco se ha dirigido especialmente a los jóvenes y les ha animado: "queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar".

DISCURSO DEL SANTO PADRE A SU LLEGADA A BRASIL, CON LAS AUTORIDADES

Señora Presidente,

Distinguidas Autoridades,
Hermanos y amigos:

En su amorosa providencia, Dios ha querido que el primer viaje internacional de mi pontificado me ofreciera la oportunidad de volver a la amada América Latina, concretamente a Brasil, nación que se precia de sus estrechos lazos con la Sede Apostólica y de sus profundos sentimientos de fe y amistad que siempre la han mantenido unida de una manera especial al Sucesor de Pedro. Doy gracias por esta benevolencia divina.
He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes».
Saludo con deferencia a la señora Presidenta y a los distinguidos miembros de su gobierno. Agradezco su generosa acogida y las palabras con las que han querido manifestar la alegría de los brasileños por mi presencia en su país. Saludo también al Señor Gobernador de este Estado, que amablemente nos acoge en el Palacio del Gobierno, y al alcalde de Río de Janeiro, así como a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante el gobierno brasileño, a las demás autoridades presentes y a todos los que han trabajado para hacer posible esta visita.
Quisiera decir unas palabras de afecto a mis hermanos obispos, a quienes incumbe la tarea de guiar a la grey de Dios en este inmenso país, y a sus queridas Iglesias particulares. Con esta visita, deseo continuar con la misión pastoral propia del Obispo de Roma de confirmar a sus hermanos en la fe en Cristo, alentarlos a dar testimonio de las razones de la esperanza que brota de él, y animarles a ofrecer a todos las riquezas inagotables de su amor.
Como es sabido, el principal motivo de mi presencia en Brasil va más allá de sus fronteras. En efecto, he venido para la Jornada Mundial de la Juventud. Para encontrarme con jóvenes venidos de todas las partes del mundo, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor. Quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: «Vayan y hagan discípulos a todas las naciones».
Estos jóvenes provienen de diversos continentes, hablan idiomas diferentes, pertenecen a distintas culturas y, sin embargo, encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones, y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los una por encima de cualquier diferencia.
Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: «Vayan y hagan discípulos»; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados.
Al comenzar mi visita a Brasil, soy muy consciente de que, dirigiéndome a los jóvenes, hablo también a sus familias, sus comunidades eclesiales y naciones de origen, a las sociedades en las que viven, a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones. Es común entre ustedes oír decir a los padres: «Los hijos son la pupila de nuestros ojos».
¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora.
La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio; tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo; darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida; garantizarle seguridad y educación para que llegue a ser lo que puede ser; transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien; dejarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para ser protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos.
Al concluir, ruego a todos la gentileza de la atención y, si es posible, la empatía necesaria para establecer un diálogo entre amigos. En este momento, los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa. Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa. Pasado mañana, si Dios quiere, tengo la intención de recordar a todos ante Nuestra Señora de Aparecida, invocando su maternal protección sobre sus hogares y familias.

Y, ya desde ahora, los bendigo a todos. Gracias por la bienvenida.

miércoles, 24 de julio de 2013

QUEDA PROHIBIDO (Pablo Neruda).

Queda prohibido.

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo de tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita.

Queda prohibido, no buscar la felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir, que sin ti, este mundo no sería igual.

Pablo Neruda

domingo, 7 de julio de 2013

VAN THUÂN HACIA LOS ALTARES


CARDENAL VAN THUÂN 

Apenas 8 años después de su muerte, viernes 5 de julio de 2013, concluye la fase diocesana del proceso para su beatificación.
Hoy da un paso adelante el proceso para la causa de beatificación del Cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân: se concluye la fase diocesana, tal como puedes leer “pinchando” AQUÍ .
Ese artículo menciona un encuentro en CastelGandolfo en junio de 2001: todavía recuerdo la sencilla y profunda impresión que nos dejó a los 1300 sacerdotes y seminaristas, cuando, revestido con casulla roja, (era el día de S. Ireneo, el obispo mártir), nos presidió la celebración de la Misa (video de la homilía (10 min.)) en la que nos hizo sentir a todos a gusto (¡a pesar de estar delante de un cardenal!), como hermanos y más cerca de Dios. Sencillo y profundo. Padre y hermano. Antes y después, muchos lo pudimos saludar personalmente y para todos tenía una sonrisa y una palabra y un gesto amable (aunque ya el cáncer le estaba minando bastante).
Al grupito de españoles que lo saludó nos enseñó la cruz pectoral que portaba (¡la misma que elaboró con cobre de cable eléctrico una de las semanas de sus 13 años de cárcel!). 
Lo conocí en noviembre de 1994 en Loppiano (6 años después de su salida de la cárcel): yo hablaba en italiano en nombre de un grupo de unos sesenta sacerdotes y seminaristas, (contando la experiencia de espiritualidad y vida de comunión que allí realizábamos), y él me traducía al vietnamita para un nutrido grupo de obispos (la mitad de la Conferencia Episcopal de Vietnam). Nos impresionó la profundidad de su mirada, marcada todavía por el dolor, pero viva y resuelta: ¡el amor a Jesús crucificado y abandonado!.
 AQUÍ puedes leer su “testamento espiritual”.
Y si aún no has leído sus libros “Testigos de esperanza”, (¡ya va por la 13ª edición en castellano!, ¡y está traducido a unos 17 idiomas!), o Cinco panes y dos peces” (11ª edición), ¿a qué esperas?: ¡te los recomiendo vivamente para este verano!
El primero son los Ejercicios Espirituales que él predicó a Juan Pablo II en el año del Gran Jubileo del 2000 y el segundo va más dirigido a jóvenes.
¡¡¡Cuánto bien ha hecho a través de estos textos absolutamente a todos los que se los he prestado, regalado o recomendado!!!


  Fuente: Blog Vida de la Palabra

viernes, 5 de julio de 2013

5 DE JULIO: ANIVERSARIO DE UNA LEY INJUSTA

HOY, 5 de julio, se cumple el aniversario de la promulgación de una ley injusta. La ley que el 5 de julio de 2010 legalizó el aborto en España y constituyó en supuesto derecho de toda mujer la capacidad de suprimir, dentro de las primeras catorce semanas, la vida del hijo en gestación. 

Se trata de una ley injusta, porque es un hecho científicamente probado que el inicio de la vida del ser humano no se produce con su nacimiento, ni a las 22 semanas de gestación, ni a las 14, ni con la implantación en el útero materno al sexto día, sino cuando el óvulo y el espermatozoide se unen para formar el cigoto. Desde ese momento se inicia la andadura de un nuevo ser, que posee un patrimonio genético propio y exclusivo, que le caracteriza como un nuevo individuo de la especie humana. Y ese nuevo individuo se desarrolla de forma autónoma y continuada, sin saltos cualitativos que nos permitan distinguir una fase humana de otra que no lo es. Por consiguiente, la ciencia nos asegura que el no nacido es un nuevo ser humano. 
En consecuencia, ¿cómo podríamos negarle el reconocimiento de la dignidad y el derecho a la vida que se debe a toda persona? Si sostenemos que hay seres humanos que no son personas, que no tenemos que respetar como personas… nos internaremos por el sendero de inhumanidad que condujo a legitimar el negocio de la esclavitud, o el genocidio del pueblo judío, por poner dos ejemplos bien evidentes. No hace falta ser creyente para defender el derecho a la vida de todo ser humano, incluso del no nacido. La ciencia y la razón nos ofrecen argumentos suficientes para ello. Cristianos y no cristianos compartimos la conciencia íntima de la dignidad y los derechos de todo ser humano, que le hacen merecedor de respeto y protección. 

Una sociedad auténticamente democrática se fundamenta en el reconocimiento de la igual dignidad de todos los seres humanos, incluso de los más débiles. O mejor: sobre todo, de los más débiles. Por eso, cuando se desprotege el derecho a la vida de los que no pueden defenderse, y se otorga a otros la capacidad de suprimirlos, nos encontramos en medio de una sociedad moralmente enferma, que aprueba leyes injustas. Incluso si han sido aprobadas dentro del respeto a los formalismos democráticos. Porque el bien y la verdad se sustentan en su intrínseca racionalidad, y no en el número de los que opinan. 


En este asunto hay que evitar simplezas ideológicas. Defender la vida no es una cuestión de derechas ni de izquierdas. Tabaré Vázquez, presidente (socialista) de Uruguay, en 2008, explicó su veto a la ley que pretendía legalizar el aborto en su país, afirmando: "El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia". El verdadero progresismo es el que impulsa a la defensa de la dignidad y los derechos de TODOS los seres humanos, y no sólo de una categoría de ellos. Frente a la posibilidad del aborto, las alternativas verdaderamente progresistas pasan por el apoyo decidido a la mujer que se enfrenta a un embarazo en condiciones difíciles. Sólo que este apoyo jamás puede incluir el derecho a suprimir la vida
 de un ser humano inocente, encomendada por la naturaleza a la protección de su madre.
Teresa de Calcuta afirmó que el aborto constituye una de las mayores amenazas para la paz. Evidentemente. Sería ilusorio querer construir una sociedad justa, próspera y armoniosa, sobre los pequeños cadáveres de millones de víctimas inocentes. Cuando la sociedad deja de proteger el derecho de todos a la vida, introduce en su 'sistema' un 'virus' letal, de consecuencias funestas e imprevisibles, que conduce inexorablemente a la gestación de una cultura que devalúa el respeto a la persona, una 'cultura de muerte', denunciada con tanto vigor por el gran humanista Juan Pablo II. 

Urge pues una reacción social, una movilización ciudadana, reflexiva y pacífica, aunque no menos tenaz, que promueva una legislación más respetuosa de la dignidad del ser humano, y capaz de salvaguardar sus derechos más básicos. Porque cuando una sociedad se muestra insensible y apática ante leyes que niegan el derecho de todos a la vida, no nos sorprenderá que tampoco reaccione cuando se conculca el derecho de las personas al trabajo, al sustento, a la vivienda, a una sanidad o una enseñanza de suficiente calidad… a una auténtica justicia social.


martes, 2 de julio de 2013

CONCIERTO EN EL PATIO DE LA CURIA: “GRANADA” DEL MAESTRO ALBÉNIZ Y “LA VIDA BREVE” DE MANUEL DE FALLA, ENTRE OTRAS PIEZAS MUSICALES.

A las 20 horas 
Dúo de guitarra en el concierto de verano
en el claustro de la Curia Metropolitana, mañana martes  



Hoy martes, el claustro de la Curia Metropolitana (Plaza de Alonso Cano) acoge un nuevo concierto dentro del Ciclo "Veladas de Cámara" organizado por el Centro Nuevo Inicio, del Arzobispado de Granada, en colaboración con Juventudes Musicales de Granada, asociación dedicada a la promoción e impulso de jóvenes talentos granadinos de la música.

El concierto es de guitarra, a dúo entre Francisco Díaz Carrillo y Enrique Peña. Tendrá lugar a las 20 horas y en él interpretarán “Granada”, de Isaac Albéniz, “Fandango del Ventorrillo”, de Joaquín Rodrigo, o “La Vida Breve”, de Manuel de Falla, entre otros.
Intérpretes
Francisco Díaz Carrillo es natural de Sevilla. Tiene 26 años y desde temprana edad demostró gran interés por la música. Con 12 años obtuvo el Primer Premio en el Concurso Nacional "América Martínez"(Sevilla). Es Profesor Superior de Guitarra por el R.C.S.M. “Victoria Eugenia” (Granada), donde estudió con el catedrático Carmelo Martínez. Ha recibido clases de los maestros Antonio Duro, Gerardo Arriaga, Giorgio Albiani, David Martínez, Joaquín Cornejo y Gloria Medina. Como solista ha actuado en distintos lugares de la geografía andaluza, cabe destacar su participación en el Festival Internacional de Música y Danza de Úbeda (Jaén). En su faceta como cantante, es tenor del Coro de la OCG (desde 2009), en Numen Ensemble (Granada) y colabora con el Coro Tomás Luis de Victoria (Granada) y Proyecto Fónics (Barcelona).

Enrique Peña tiene 25 años y es de Madrid. Actualmente, estudia en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, con el catedrático Jorge Ariza, estudios que compagina con la diplomatura en magisterio de educación musical, y posteriormente en el Real Conservatorio Superior de Música “Victoria Eugenia” de Granada, bajo la dirección de Carmelo Martínez y  Gloria Medina. Asiste a las Lecciones Magistrales impartidas por Ricardo Gallén, Joaquín Clerch, Marco Smaili, Carles Trepat, Carmen María Ros, David Martínez, ZoranDukick, Miguel Trápaga y Alex Garrobé. Cabe destacar la realización de numerosos conciertos como solista en el ámbito nacional y, en la actualidad, compagina su labor como intérprete de guitarra clásica junto a su trabajo de composición para dicho instrumento y los estudios de posgrado.

El concierto es gratuito y existe la posibilidad de colaborar con Cáritas Diocesana de Granada, ya que se habilitarán huchas a la entrada para que los asistentes que lo deseen puedan dar un donativo, destinado a ayudar a las personas y familias necesitadas de Granada a causa de la crisis económica.