martes, 25 de septiembre de 2018

CURSOS DE FORMACIÓN AL MATRIMONIO Y A LA VIDA DE FAMILIA 2018. DIÓCESIS DE GRANADA.

Actualizado el 25 de septiembre de 2018


PROPUESTAS DE CURSOS PARA  2018 CASA DIOCESANA DE LA FAMILIA:

Marzo 2018: Sábado 3 y domingo 4.  
Junio  2018: Intensivo de fin de semana  15, 16 y 17  (viernes, sábado y domingo).
Septiembre 2018: Intensivo de fin de semana 7 y 8 (viernes y sábado).
Noviembre 2018:De fin de semana: Sesiones días 10 y 17  (sábados).

INFORMACIÓN:
PARA INSCRIPCIÓN EN LOS CURSOS DE LA CASA DE LA FAMILIA
CASA DIOCESANA DE LA FAMILIACamino de Ronda 132, (Entrada por C/ Sol)
Miércoles de 11:00 a 13:00.
Jueves de 18:00 a 20:00

Teléfono 958 20 41 75. 
Dejar mensaje en el contestador indicando claro el número de teléfono en el que se puede contactar y os llamamos.

Para el resto de cursos llamar a las respectivas Parroquias.

OTRA INFORMACION:



CURSOS PARROQUIAS DE GRANADA PARA 2018 DE LAS QUE TENEMOS DATOS






Para ir al archivo en PDF clicar AQUI

Cursos cuarto trimestre de 2018


OCTUBRE  DE  2018

Parroquia de San Idelfonso
Paseo de San Idelfonso. 18010 – GRANADA
Teléfono: 958 203 014
Sábados  6, 13, 20 y 27
De 15 a 19 horas

Iglesia de San Francisco
Camino de Ronda, 65. 18004 – GRANADA
Teléfono: 958 253 662
Sábado 20
De 10 a 14 horas
Y de 16 a 18 horas

Parroquia de San Miguel Arcángel
San Miguel, 12. 18100 – ARMILLA
Teléfono: 958 570 557
Sábado 27
De 10 a 14 horas
Y de 17 a 21 horas



NOVIEMBRE  DE  2018

Iglesia del Salvador
Cristóbal Colón, 17. 18690 – ALMUÑECAR - GRANADA
Teléfono: 958 630 646
Sábado 3 y Domingo 4

Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen
Saeta, 5. 18014 – GRANADA
Teléfono: 958 162 514
Del día 5 al día 9
De 21 a 22:30 horas

Casa Diocesana de la Familia
Calle Sol, s/n. 18014 – GRANADA
Teléfono: 958 204 175
Sábados 10 y 17

Parroquia de Santa Escolástica (Dominicos)
Plaza de Santo Domingo, 1. 18009 – GRANADA
Teléfono: 958 227 331
Del día 12 al día 16

De 21 a 22:30 horas

sábado, 1 de septiembre de 2018

PALABRA DE VIDA DE SEPTIEMBRE DE 2018.


«Recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas» (St 1,21).
La Palabra de este mes procede de un texto atribuido a Santiago -figura de relieve en la Iglesia de Jerusalén-, el cual recomienda al cristiano la coherencia entre el creer y el actuar.
En el comienzo del versículo se subraya una condición esencial: «desechar toda abundancia de mal» para recibir la Palabra de Dios y dejarse guiar por ella, y de ese modo caminar hacia la plena realización de la vocación cristiana.
La Palabra de Dios tiene una fuerza muy peculiar: es creadora, produce frutos buenos en la persona y en la comunidad, construye relaciones de amor entre cada uno de nosotros y Dios y entre las personas. y, según dice Santiago, ya ha sido «sembrada» en nosotros.
«Recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas».
¿Cómo es posible? Ciertamente, porque Dios pronunció ya en la creación una Palabra definitiva: el hombre es «imagen» de Él. De hecho cada criatura humana es el «tú» de Dios, llamado a la existencia para compartir la vida de amor y comunión de Dios. Pero, para los cristianos, es el sacramento del bautismo el que nos introduce en Cristo, Palabra de Dios que ha entrado en la historia humana.
Así pues, en cada persona Él ha depositado la semilla de su Palabra, la cual llama a la persona al bien, a la justicia, a la donación y a la comunión. Esta semilla, acogida y cultivada con amor en nuestra «tierra», es capaz de producir vida y frutos.
«Recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas»,
Un lugar claro donde Dios nos habla es la Biblia, que para los cristianos culmina en los Evangelios. Es preciso acoger su Palabra en la lectura amorosa de la Escritura; y si la vivimos, podemos ver sus frutos.
También podemos escuchar a Dios en lo profundo de nuestro corazón, donde con frecuencia sentimos la injerencia de muchas «voces» y «palabras»: eslóganes y ofertas de opciones y modelos de vida, o también preocupaciones y miedos... ¿Cómo reconocer la Palabra de Dios y hacerle espacio para que viva en nosotros?
Hace falta desarmar el corazón y «rendirnos» a la invitación de Dios de ponernos a escuchar con libertad y valentía su voz, que suele ser la más sutil y discreta. Y esta nos insta a salir de nosotros mismos y aventurarnos por los caminos del diálogo y del encuentro con Él y con los demás, nos invita a colaborar para hacer una humanidad más bella, en la que todos nos reconozcamos cada vez más hermanos.
«Recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas»,
En realidad la Palabra de Dios puede transformar nuestra vida cotidiana en una historia que nos libera de la oscuridad del mal personal y social, pero pide nuestra adhesión personal y consciente, aunque sea imperfecta, frágil y siempre en camino.
Nuestros sentimientos y nuestros pensamientos se parecerán cada vez más a los del propio Jesús, nuestra fe y nuestra esperanza en el Amor de Dios saldrán reforzadas, a la vez que nuestros ojos y brazos se abrirán a las necesidades de los hermanos.
Así lo sugería Chiara Lubich en 1992: «En Jesús veíamos una profunda unidad entre el amor que Él tenía por el Padre celestial y el amor a sus hermanos los hombres. Había una coherencia extrema entre sus palabras y su vida. Y esto fascinaba y atraía a todos. Así debemos ser también nosotros. Debemos acoger con la sencillez de los niños las palabras de Jesús y ponerlas en práctica con la pureza y luminosidad que tienen, con su fuerza y radicalidad, para ser discípulos como Él quiere, es decir, discípulos iguales a su Maestro: otros tantos Jesús dispersos por el mundo. ¿Podemos vivir una aventura más grande y más hermosa?».
LETIZIA MAGRI