viernes, 12 de agosto de 2016

GEN ROSSO EN GRANADA.


GEN ROSSO 
En Granada

21 de septiembre de 2016
21:00 horas
Salón de actos de Caja Rural de Granada
Avda. Don Bosco, 2

V ENCUENTRO PARA ENCUENTROS Y II CAMPAMENTO DE HIJOS DE HOGARES NUEVOS EN ESPAÑA


En idéntico lugar y de manera simultánea, del 1 al 3  Julio de 2016, se han celebrado en la diócesis de Granada el V Encuentro para Encuentros y el II Campamento de Hijos de Hogares Nuevos, en los que también han participado respectivamente, matrimonios  e  hijos de la  diócesis de Jaén, estando  también representada la diócesis de Milán, a través de Laura y Ugo, responsables nacionales del Movimiento en Italia.

Quince matrimonios y cuarenta y cuatro chicos y chicas de todas las etapas, desde  CRECER hasta VIVIR  - y aún un grupito de menores  de ocho años, al que  denominamos PreCRECER-  han vivido sendas experiencias de convivencia y formación a lo largo de dos intensas jornadas; los matrimonios, alojados en las dependencias del singular edificio de arquitectura de montaña;  los chicos, acampados en los idílicos prados que rodean la edificación. Todos, en torno al Padre Ricardo y la Hna. Mariana hemos compartido momentos inolvidables que marcarán  un hito en la historia de Hogares Nuevos-España, que el próximo año cumple su 10º aniversario.
El paraje en  que se sitúa la Casa de espiritualidad, antiguo “Hotel del Duque”, rodeada de un bosque de castaños, ofrece un espectacular enclave a 1.350 m. de altitud, en el Parque natural de Sierra Nevada, joya de la orografía del sur de España.


Durante la estancia disfrutamos de un inesperado regalo, la visita de nuestro arzobispo Monseñor Javier MARTÍNEZ, que almorzó con nosotros y nos dirigió unas alentadoras palabras de reconocimiento  a la labor misionera en el campo del matrimonio y de la familia; a los niños, adolescentes y jóvenes acampados les obsequió con una canción típica de campamento que hizo literalmente sus delicias. 
El domingo, en la Eucaristía de clausura, estuvimos acompañados por las familias de los chicos acampados  y otras familias  y amigos de Hogares Nuevos que no quisieron perderse tan especial ocasión. La entrañable homilía del Padre Ricardo, centrada especialmente en los niños, nos hizo vivir lo que con frecuencia él mismo nos recuerda, que la meta de Hogares es ser “un trozo de cielo en  esta  tierra”.


Damos gracias al Señor y a nuestra Madre, María Reina de la Familia, por la inagotable generosidad del Padre Ricardo y la Hna. Mariana, por la entrega generosa de los matrimonios en las tareas educativas y en la asunción de liderazgo en la divulgación de la buena nueva del matrimonio y la familia, y  cómo no darle gracias también  por el entusiasmo arrebatador de los adolescentes y jóvenes de Hogares Nuevos-España  que testimonian  con vigorosa frescura que Cristo es la esperanza del mundo y  que por eso está en el centro de sus vidas.


MªJosé y Juan Diego
Responsables nacionales. ESPAÑA

martes, 2 de agosto de 2016

PALABRA DE VIDA DE AGOSTO DE 2016

PALABRA DE VIDA, Agosto 2016

«Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos»
(Mt 23, 8).
Hace ya más de 70 años que se vive la Palabra de vida. Llega esta hojita a nuestras manos y leemos su comentario, pero lo que quisiéramos que permaneciese es la frase que se propone, una palabra de la Escritura, en muchos casos de Jesús. La «Palabra de vida» no es una simple meditación, sino que en ella es Jesús quien nos habla, nos invita a vivir, llevándonos siempre a amar, a hacer de nuestra vida un don.
Es una «invención» de Chiara Lubich, que contó así su origen: «Tenía hambre de la verdad, y de ahí que estudiase filosofía. Es más, como muchos otros jóvenes, buscaba la verdad y creía que la encontraría estudiando. Pero he aquí una de las grandes ideas en los primeros días del Movimiento, y que comuniqué enseguida a mis compañeras: “¿Para qué buscar la verdad, cuando esta vive encarnada en Jesús, el hombre-Dios? Si la verdad nos atrae, dejémoslo todo, busquémoslo a Él y sigámoslo”. Y así lo hicimos».
Tomaron el Evangelio y comenzaron a leerlo palabra por palabra. Les pareció completamente nuevo. «Cada palabra de Jesús era un haz de luz incandescente: ¡puramente divino! [...] Sus palabras son únicas, eternas [...], fascinantes, escritas con divino esplendor, [...] eran palabras de vida, para traducir en vida, palabras universales en el espacio y en el tiempo». No les pareció que estuviesen estancadas en el pasado ni que fuesen un simple recuerdo, sino palabras que Él seguía dirigiéndonos a nosotros y a cualquier persona de todo tiempo y latitud».
Pero ¿de verdad Jesús es nuestro Maestro?
Estamos rodeados de muchas opciones de vida, de muchos maestros de pensamiento, algunos aberrantes, que inducen incluso a la violencia, y otros rectos e inspirados. Pero las palabras de Jesús poseen una profundidad y una capacidad envolvente que otras palabras -sean de filósofos, políticos o poetas- no tienen. Son «palabras de vida», se pueden vivir y dan la plenitud de la vida, comunican la vida misma de Dios.
Cada mes destacamos una, y así, lentamente, el Evangelio penetra en nuestro ánimo, nos transforma, nos lleva a adquirir el pensamiento mismo de Jesús, lo que nos hace capaces de responder a las situaciones más variadas. Jesús se convierte en nuestro Maestro.
A veces podemos leerla con otros. Quisiéramos que el propio Jesús, el Resucitado, vivo en medio de quienes estamos reunidos en su nombre, nos la explicase, nos la actualizase, nos sugiriese cómo ponerla en práctica.
Pero la gran novedad de la «Palabra de vida» consiste en que podemos compartir la experiencia y la gracia que nacen de vivirla, tal como Chiara explica refiriéndose a lo que sucedía al inicio y sigue vigente hoy: «Sentíamos el deber de comunicar a los demás lo que experimentábamos, pues éramos conscientes de que, al comunicarla, la experiencia permanecía para edificación de nuestra vida interior; mientras que, si no la comunicábamos, el alma se empobrecía lentamente. Así pues, vivíamos con intensidad la palabra durante todo el día y nos comunicábamos los resultados no solo entre nosotros, sino también a las personas que iban añadiéndose al primer grupo. [...] Cuando la vivíamos, ya no era yo o nosotros los que vivíamos, sino la palabra en mí, la palabra en el grupo. Y esto era una revolución cristiana con todas sus consecuencias».
Lo mismo puede sucedernos a nosotros hoy.

FABIO CIARDI