No era un saludo más. Durante la
celebración de la Jornada Evangelium vitae, el Papa Francisco
exhortó en especial a la asociación Grávida-Argentina: «¡Muchas gracias por lo
que hacen! ¡Ánimo y vayan adelante!» En su país, 150 personas se están formando
estos días para, a través de Proyecto Raquel, hacer llegar la «pastoral de la
misericordia» a las personas que sufren tras un aborto. El Papa conocía bien
este encuentro: él mismo ayudó a organizarlo
«¡Qué maravilla reconciliar a las mamás
con los bebés que ya están en el Cielo, y las quieren
perdonar!»
Desde hace casi 25 años, la Iglesia en
Argentina se ha hecho presente, a través de Grávida, en la
«problemática candente» de los ataques contra la vida, «pero siempre con una
mirada amorosa, que quiere salir a abrazar a esos que están en los lugares
lejanos. Dios nos ha ido marcando el camino» para atender, de forma especial, a
«los sectores más vulnerables, a las mamás más pobres. El cardenal Bergoglio
siempre alentó mucho nuestro trabajo, y resaltaba la mirada evangélica y
evangelizadora en el servicio»; una mirada que se funda «en el amor y la
misericordia». Lo explica doña Diana Castillo, Directora Nacional de esta
asociación privada de fieles, presente en casi la mitad de las diócesis
argentinas. «Nos sorprende -recalca- la magnitud que está tomando, la cantidad
de voluntarios y comunidades que se forman. Es una obra de Dios a través de la
Virgen. La Virgencita nos enseña a comunicar a su Hijo y la Buena Noticia de la
vida en el lenguaje de la simpleza, del amor, que todos entendemos».
Testigos de la gracia de Dios
En esta labor de «anunciar la vida desde
la misericordia, el programa de sanación post-aborto era una asignatura
pendiente. Nos llegaban embarazadas que compartían con nosotros sus historias y
sus dolores. Entre ellos, aparecía con frecuencia un aborto anterior. Esta
realidad nos interpelaba, y siempre las hemos acompañado hacia la
reconciliación. Nos ha tocado ser testigos de ese perdón liberador, y de cómo
la gracia de Dios actúa. ¿Cómo no seguir trabajando por esta pastoral de la
misericordia?»
Buscando precisamente un método para
continuar esta labor, un equipo de Grávida participó, el año
pasado en Ecuador, en un curso de formación internacional de Proyecto Raquel.
Volvieron ansiosos por ponerlo en marcha: «Primero, hablamos con el obispo de
la diócesis donde tenemos la sede central, y luego nos dirigimos al cardenal
Bergoglio, con el que siempre dialogábamos estos proyectos y los nuevos
desafíos. Nos animó mucho a poner el programa en marcha, a insistir en la
pastoral de la misericordia, llegando a esas periferias existenciales que tanto
menciona: son las situaciones de dolor extremo, de aquellos que no pudieron ser
abrazados por ese amor de Dios que los bautizados estamos llamados a llevar al
mundo. Y, ¿qué dolor hay más grande que el de una mamá que se ve involucrada en
rechazar la vida de su hijo? ¡Qué maravilla reconciliar a las mamás no sólo con
los bebés en gestación, sino también con los que ya están en el Cielo, y las
quieren perdonar!»
Pocos días después de esa conversación, el
cardenal Bergoglio «nos llamó para decirnos que ya había una casa de retiro
reservada. El padre Jorge siempre tenía esas delicadezas», y
se siguió implicando en todo el proceso. Ahora acompaña, desde la distancia,
este encuentro formativo, que codirige la responsable de Proyecto Raquel en
España, María José Mansilla, y en el que participan 100 laicos y 50 sacerdotes.
Doña Diana reconoce que «las palabras del Papa, el domingo, nos hicieron saltar
de alegría, porque estamos en su corazón. Lo hemos conocido así como arzobispo,
pero ahora está sorprendiendo a todos como el gran Papa de la misericordia».
María Martínez López
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