“Porque
esto es lo que el Señor quiere: ¡que todos sus hijos tengamos la vida en
abundancia! ¡Dios nos quiere a todos con él en su casa!”, expreso el Obispo de
Roma en la oración del Ángelus este 15 de agosto, al final de la Eucaristía celebrada
en la Plaza de la Libertad de Castel Gandolfo.
El
Sucesor de Pedro recordó especialmente el 25° aniversario de la Carta
Apostólica: Mulieris Dignitatem, del beato Juan
Pablo II, sobre la dignidad y la vocación de la mujer. “Este documento es rico
de ideas que merecen ser retomadas y desarrolladas… para que todas las mujeres
se encuentren a sí mismas y la plenitud de su vocación”.
Texto completo de la alocución del Papa a
la hora del ángelus en la Solemnidad de la Asunción de María Santísima:
Queridos hermanos y hermanas, al término
de esta celebración nos dirigimos a la Virgen María con la oración del ángelus.
El camino de María hacia el Cielo comenzó con aquel “sí” pronunciado en
Nazaret, en respuesta al Mensajero celestial que le anunciaba la voluntad de
Dios para Ella. Y, en realidad, es precisamente así: cada “sí” a Dios es un
paso hacia el Cielo, hacia la vida eterna. Porque esto quiere el Señor: ¡que
todos sus hijos tengan vida en abundancia! ¡Dios nos quiere a todos consigo, en
su casa!
Llegan lamentablemente noticias dolorosas de Egipto. Deseo asegurar mi oración por todas las víctimas y sus familiares. Por los heridos y por cuantos sufren. Oremos juntos por la paz, el diálogo, la reconciliación en esa querida tierra y en el mundo entero. María Reina de la paz ruega por nosotros. Digamos todos María Reina de la paz ruega por nosotros.
Llegan lamentablemente noticias dolorosas de Egipto. Deseo asegurar mi oración por todas las víctimas y sus familiares. Por los heridos y por cuantos sufren. Oremos juntos por la paz, el diálogo, la reconciliación en esa querida tierra y en el mundo entero. María Reina de la paz ruega por nosotros. Digamos todos María Reina de la paz ruega por nosotros.
Deseo recordar el 25° aniversario de la
Carta Apostólica Mulieris dignitatem, del beato Papa
Juan Pablo II, sobre la dignidad y la vocación de la mujer. Este documento es
rico de ideas que merecen ser retomadas y desarrolladas; y en la base de todo
está la figura de María. En efecto, salió con ocasión del Año Mariano. Hagamos
nuestra la oración puesta al final de esta Carta Apostólica (Cfr. n. 31): a fin
de que, meditando el misterio bíblico de la mujer, condensado en María, todas
las mujeres se encuentren a sí mismas y la plenitud de su vocación. En toda la
Iglesia se profundice y entienda cada vez más el tan gran e importante papel de
la mujer. Agradezco a todos los presentes, habitantes de Castel Gandolfo y
peregrinos. Les agradezco a ustedes, habitantes de Castel Gandolfo. Muchas
gracias, y a todos los peregrinos, en particular a los de Guinea con su Obispo.
Saludo con afecto a las alumnas del Colegio Pasionista “Michael Ham” de Vicente
López, Argentina; así como a los jóvenes de la Banda de música del Colegio José
de Jesús Rebolledo de Coatepec, México.
Ahora todos juntos recemos a la Virgen
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