Reproducimos ésta magnífica
recopilación de escritos de Fernando Sebastián, Arzobispo emérito de
Pamplona-Tudela, publicada en el Blog “CIUDAD DE DIOS Y DE LOS HOMBRES” de la
Web del "Arzobispo de Granada" por su gran interés.
La Exhortación Postsinodal del Papa Francisco
“Amoris Laetitia” ha generado una serie de juicios que están creando confusión
respecto a lo que verdaderamente señala el Santo Padre en este documento,
publicado tras el Sínodo de la Familia. Fernando Sebastián, Arzobispo emérito
de Pamplona Tudela, ha publicado este año en la revista “Vida Nueva” tres
artículos, el último de ellos el pasado 9 de septiembre, que ofrecemos a
continuación, en los que aborda la “Amoris Laetitia” para despejar esa
confusión.
1.- LA
ALEGRÍA DEL AMOR
Están diciendo que la Exhortación Postsinodal
no es magisterio, ni tiene tampoco ninguna novedad. Yo quiero decir que es un
documento eclesial precioso, lleno de sabiduría y de realismo, cargado de amor
por el don divino de la familia y de comprensión misericordiosa hacia tantas
personas que no han logrado vivir en plenitud ese camino de humanidad y
crecimiento cristiano que es el matrimonio.
El Papa mantiene la doctrina tradicional.
Apoyándose en el magisterio del Concilio Vaticano II, de San Juan Pablo II y de
Benedicto XVI presenta el matrimonio como un don de Dios a la humanidad,
alianza de amor y camino de crecimiento conjunto en el amor hasta la plenitud
del amor de Cristo por nosotros.
El bautismo, como sacramento de la fe, hace
que el vínculo matrimonial, el amor de cada día entre los esposos y en la
familia, se convierta en signo y camino hacia la perfección del amor de Cristo
por nosotros. La visión existencial y dinámica del matrimonio, visto como
itinerario del amor hasta la plenitud de Cristo y en Cristo, es muy sugerente.
El Papa combina la proposición entusiasta de
la verdad del matrimonio cristiano con la visión realista y compasiva de tantas
y tantas parejas que no llegan a descubrir ni a realizar en su vida la riqueza
y la profundidad del amor tal como Cristo nos lo manifiesta y ofrece. Cristo
sigue siendo su Pastor. Los llama y los espera. Tenemos que ir a su encuentro y
ayudarles a descubrir y a vivir en plenitud el gozo del amor verdadero.
Desde ahora, este documento será imprescindible
en la preparación de los futuros matrimonios. Es un verdadero vademécum para
los novios que quieran casarse en la fe de Cristo.
+ Fernando
Sebastián
Arzobispo
emérito de Pamplona-Tudela
En el nº
2.986 de Vida Nueva, 29 de abril de 2016
2.- DE NUEVO
LA EXHORTACION
Me parece oportuno volver sobre el mismo
tema, porque están apareciendo algunos juicios que pueden causar confusión.
Alguien ha dicho que este documento no es un documento magisterial sino que son
reflexiones particulares del Papa. Otros tratan de quitarle importancia
diciendo que no tiene ninguna novedad. Ninguna de las dos afirmaciones es
cierta.
Amoris laetitia es un documento de magisterio
pontificio como cualquier otra exhortación postsinodal. Se trata de un
magisterio pontificio ordinario, que no es infalible pero sí de obligada
recepción. Y tiene algunas novedades, no en la doctrina, pero sí en la forma de
presentarla y en algunas recomendaciones pastorales muy importantes.
Es posible que algunos hagan lecturas
desmesuradas violentando la intención del autor, pero eso no es atribuible al
documento ni a su autor. Para evitarlo conviene recordar los criterios
correctos para la lectura y recta comprensión de un texto magisterial.
En primer lugar, hay que intentar situarse en
la perspectiva del autor. Un texto dice realmente lo que el autor ha querido
expresar al escribirlo. Conviene también interpretarlo en su conjunto, unas
frases se iluminan con otras, unos capítulos con otros. Es preciso alcanzar una
interpretación armoniosa del texto en su conjunto. Además hay que leerlo en
continuidad con los textos anteriores del magisterio que tratan del mismo
asunto. Y todo ello hay que hacerlo en una actitud de humildad y de fe. El
Papa, todos los Papas, cuentan con la asistencia de Jesucristo para el bien de
la Iglesia y de la humanidad.
Vistas las cosas así, Amoris laetitia es un
documento muy oportuno y muy valioso que deberían leer y meditar todos los
matrimonios cristianos, y deberíamos convertir en el vademécum de todos los
jóvenes que quieran celebrar y vivir el sacramento del matrimonio como un
misterio de fe.
+ Fernando Sebastián
Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela
Publicado el 27 de mayo de 2016 en Vida
Nueva
3.-
¿AMBIGUA?
Sinceramente, no puedo entender cómo mentes
tan preclaras pueden decir que la Exhortación del Papa Francisco sobre la
familia es ambigua. Dice claramente lo que quiere decir. Lo que pasa es que
dice lo que algunos no pueden aceptar porque no lo entienden.
El Papa repite varias veces la doctrina
católica sobre el matrimonio y la familia. Insiste en el carácter institucional
e irrevocable del matrimonio. Explica preciosamente por qué el matrimonio,
siendo una institución del orden de la creación, es a la vez sacramento, signo
e instrumento de la unión con Cristo y de la gracia de Dios, alianza de amor
irrevocable, camino de purificación y santificación.
Presenta la indisolubilidad del matrimonio
como un verdadero don de Dios, por el cual los cónyuges llegan a ser el uno
para el otro signo y presencia del amor irrevocable y fiel de Dios para cada
uno de nosotros.
Pero a la vez el Papa piensa en los muchos
cristianos y no cristianos que no perciben la grandeza del matrimonio, ni su
valor ni humano ni su valor religioso; y piensa también en los muchos
cristianos que han fracasado en su matrimonio, han rehecho su vida como han
podido, y al atardecer de la vida quieren ponerse a buenas con Dios y con la
Iglesia. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Los mandamos a todos al infierno?
Ante esta situación el Papa recomienda, ante
todo, atención y misericordia. Las situaciones personales son muy diferentes.
No bastan las normas generales. No valen las absoluciones generales, pero
tampoco las condenas generales. Hay que tener en cuenta las circunstancias
concretas, atenuantes o agravantes, que puede haber en cada historia personal.
Esto de las posibles circunstancias
atenuantes también es doctrina tradicional de la Iglesia. Siempre nos lo han
enseñado así. Lo que ocurre es que ahora el Papa nos invita a aplicar esta
doctrina de siempre a la vida matrimonial de los cristianos, teniendo en cuenta
la confusión en que viven ahora muchas personas en estas cuestiones de la
sexualidad y del matrimonio. Esto no es ambigüedad sino realismo y misericordia,
y si me apuran, justicia.
+ Fernando Sebastián
Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela
Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela
Publicado en el nº 3.002 de Vida Nueva,
el 9 de septiembre de 2016
Publicado en CIUDAD DE LOS HOMBRES
CIUDAD DE DIOS
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