martes, 23 de febrero de 2010

VIGILIA DE ORACIÓN POR LA VIDA.

VIGILIA DE ORACION POR LA VIDA
(Aunque queda un mes para la Jornada de la Vida,
pero mañana 24 de febrero,
se vota en el Senado la Ley del Aborto;
así que siempre es bueno orar por la vida)



MONICION:

La Solemnidad de la Anunciación del Señor celebra el misterio de la Encarnación del Verbo. El Señor haciéndose hombre para salvar a los hombres no es ajeno a su destino. Por eso, como escribía Juan Pablo II, “en cada niño que nace y en cada hombre que vive y que muere reconocemos la imagen de la gloria de Dios”.

En esta Vigilia de oración por la vida queremos dirigir nuestra mirada a Jesucristo, el Hijo de la Virgen, reconociendo en Él la proximidad y la cercanía de nuestro Dios. Queremos celebrar el Evangelio de la vida. Queremos que esta luz disipe las tinieblas del egoísmo, del pecado, de la idolatría.
Que Santa María, interceda por nosotros ante su Hijo para que seamos servidores de la vida.

EXPOSICION DEL SANTÍSIMO...

HIMNO A MARIA (Todos)

Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo sepamos anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.

Alcánzanos la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda nuestra existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, la Civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.

AMÉN


SALMO 138

Monición
: El hombre pertenece a Dios. Él nos conoce a cada uno, y su mirada benevolente nos acompaña desde el primer momento, ya en el seno de nuestra madre.


Antífona: Señor, tu saber me sobrepasa (2 coros)

Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.

No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda. Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco.

¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha.

Si digo: "que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí", ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día.

Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos.

Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mis acciones, se escribían todas en tu libro; calculados estaban mis días antes que llegase el primero.

¡Qué incomparables encuentro tus designios, Dios mío, qué inmenso es su conjunto! Si me pongo a contarlos, son más que arena; si los doy por terminados, aún me quedas tú.

Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos, mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno.

(Todos) Gloria al Padre...


Antífona: Señor, tu saber me sobrepasa. (Pausa)

CANTICO DE SAMUEL 2, 6-11

Monición: Sólo Dios tiene el poder sobre el vivir y sobre el morir. Si el hombre usurpa ese pod
er se hace responsable de la destrucción y de la muerte

Antífona: El Señor es mi Dios y Salvador


El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta: da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entr
e príncipes y que herede un trono de gloria; pues del Señor son los pilares de la tierra, y sobre ellos afianzó el orbe.

Él guarda los pasos
de sus amigos, mientras los malvados perecen en las tinieblas, porque el hombre no triunfa por su fuerza.

El Señor desbarata a sus contrarios. El Altísimo truena desde el cielo. El Señor juzga hasta el confín de la tierra. Él da fuerza a su Rey, Exalta el poder de su Ungido.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo...


Antífona: El Señor es mi Dios y Salvador

(Pausa)

SALMO 8

Monición
: La creación entera testimonia la grandeza del amor misericordioso de Dios. El hombre culmina la obra creadora y manifiesta de modo eminente la gloria de Dios.


Antífona: Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra, en toda la tierra.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. Qué es el hombre para que te acuerdes de él; el ser humano, para darle poder.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies.

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, todo lo sometiste bajo sus pies. Gloria al Padre...

Antífona: Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

(Silencio)

LECTURAL DEL GENESIS 4, 1- 15

“El hombre se llegó a Eva: ella concibió, dio a luz a Caín, y dijo: “He adquirido un hombre con la ayuda del Señor”. Después dio a luz a Abel, el hermano. Abel era pastor de ovejas, y Caín trabajaba en el campo. Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del campo, y Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas.
El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, y no se fijó en Caín ni en su ofrenda; por lo cual Caín se enfureció y andaba abatido. El Señor dijo a Caín: “¿Por qué te enfureces y andas abatido?” Cierto, si obraras bien, estarías animado; pero si no obras bien, el pecado acecha a la puerta; y aunque viene por ti, tú puedes dominarlo. Caín dijo a su hermano Abel: “Vamos al campo”. Y cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
El Señor dijo a Caín: “¿Dónde está Abel, tu hermano?” Respondió Caín: “No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?” El Señor le replicó: “¿Qué has hecho? la sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra. Por eso te maldice esa tierra que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos la sangre de tu hermano. Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte su fecundidad. Andarás errante y perdido por el mundo.”
Caín contestó al Señor: “Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Hoy me destierras de aquí; tendré que ocultarme de ti, andando errante y perdido por el mundo; el que tropiece conmigo me matará”. El Señor le dijo: “El que mate a Caín lo pagará siete veces”. Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien tropezase con él, no lo matara.

Música. Durante la música se lee:

“Ante las innumerables y graves amenazas contra la vida en el mundo contemporáneo, podríamos sentirnos como abrumados por una sensación de impotencia insuperable, con la tentación de pensar que el bien nunca podrá tener la fuerza suficiente para vencer el mal!

Este es el momento en que el Pueblo de Dios, y en él cada creyente, está llamado a profesar, con humildad y valentía, la propia fe en Jesucristo, « Palabra de vida ».

En realidad, el Evangelio de la vida no es una mera reflexión, aunque original y profunda, sobre la vida humana; ni sólo un mandamiento destinado a sensibilizar la conciencia y a causar cambios significativos en la sociedad; menos aún una promesa ilusoria de un futuro mejor.

El Evangelio de la vida es una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio de la persona misma de Jesús, el cual se presenta al apóstol Tomás, y en él a todo hombre, con estas palabras: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida». Es la misma identidad manifestada a Marta, la hermana de Lázaro: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás»

(Evangelium vitae, Juan Pablo II)

Silencio

PRECES POR LA VIDA (Rezadas por dos lectores, alternando y despacio)

Se puede cantar o recitar: Señor, escúchanos, Señor óyenos:
  • Por la Iglesia, el Pueblo de la Vida, enviada a anunciar, celebrar y servir al Evangelio de la vida; para que ilumine, con la luz de Cristo, las conciencias de todos los hombres y sea, en medio del mundo, la voz de los que no tienen voz. Oremos...
  • Por los gobernantes, los legisladores y los jueces: para que protejan eficazmente el derecho a la vida de todo ser humano, también del aún no nacido, y de este modo el Estado defienda y promueva el bien común. Oremos... (Pausa)
  • Oremos, de un modo especial en esta jornada por la vida, por los niños no nacidos amenazados por el aborto. Para que su vida se vea protegida, sus madres reciban la ayuda necesaria para continuar con su gestación y nadie busque su muerte. Oremos...
  • Por los científicos y los profesionales de la sanidad. Para que apoyen siempre la vida y rechacen toda práctica que atente contra la dignidad o la vida de las personas...
  • Por las futuras madres en dificultades. Para que encuentren el apoyo que necesitan y reciban soluciones positivas y eficaces para proteger la vida de sus hijos. Oremos...
  • Por cuantos apoyan cualquier atentado contra la vida humana. Para que sean curados de su ceguera. Oremos...
  • Por los matrimonios y las familias cristianas: para que sean verdaderamente santuarios de la vida y células vivas de una sociedad que ama y acoge la vida. Oremos...
  • Por los jóvenes; para que aprendan a valorar y a respetar la vida, y para que descubran que no existe libertad al margen de la verdad. Oremos...
  • Por todas las víctimas de los atentados contra la vida: del aborto, de la eutanasia, de los homicidios, del terrorismo y de los demás tipos de violencia; para que el recuerdo de su sufrimiento nos impulse a construir un mundo más humano. Oremos
  • Oremos también para que todos nosotros aunemos nuestros esfuerzos y, con la colaboración de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, construyamos una “nueva cultura de la vida”. Oremos...
  • (Los dos juntos) Y oremos por todos nosotros, que nos preparamos para renovar, en la Vigilia Pascual, el Bautismo por el que fuimos incorporados a la vida nueva de la gracia. Para que, animados por esta jornada y, alimentados con el Pan de Vida, estemos siempre dispuestos a defender el gran don de la vida humana. Oremos...

(Intenciones espontáneas...)


(Sacerdote o animador/a): Unidos a Jesús Camino-Verdad y Vida, y movidos por el Espíritu que nos habita y ora en nosotros, nos atrevemos a decir: Padre nuestro...

(Oremos) Oh Cristo, Pan de Vida, renovamos nuestro amor por Ti: En Ti encontramos la fuente de la vida eterna. Escucha nuestra oración y haznos apóstoles intrépidos del Evangelio de la vida, para construir, junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, la Civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria del Dios Creador y amante de la vida. Amén.

MONICION:

Concluimos esta celebración POR LA VIDA, invocando juntos a María:

María, Madre nuestra, tú que engendraste a Jesucristo, Luz y Vida para el mundo, guía por el camino de la vida a la madres que han concebido un hijo; enséñanos a querer a los ancianos, y a cuidar con amor a los enfermos. Madre de la Vida y del Amor Hermoso, ruega por nosotros. Amén!

FUENTE ECLESIA DIGITAL.

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