TEXTOS DEL DISCURSO
DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LA PAREJAS DE NOVIOS QUE SE PREPARAN PARA EL
MATRIMONIO. Plaza de San
Pedro, viernes 14 de febrero de 2014
LA
ALEGRÍA DEL SI PARA SIEMPRE
Es importante preguntarnos si es posible
amarse “para siempre”. Hoy en día muchas personas tienen miedo de tomar
decisiones definitivas, para toda la vida, porque parece imposible… y esta
mentalidad lleva a muchos que se preparan para el matrimonio a decir: “estamos
juntos hasta que nos dure el amor”… Pero, ¿qué entendemos por amor? ¿Sólo un
sentimiento, una condición psicofísica? Ciertamente, si es así, no se puede
construir sobre ello nada sólido.
Pero si el amor es una relación, entonces es
una realidad que crece y también podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye
como una casa. Y la casa se edifica en compañía “no solos”… No querrán
construirla sobre la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la
roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios. La familia nace de este
amor que quiere crecer como se construye una casa: que sea lugar de afecto, de
ayuda, de esperanza”.
Así como el amor de Dios es estable y para
siempre, “queremos que el amor en que se asienta la familia también los sea. No
debemos dejarnos vencer por “la cultura de los provisional”. Así que el miedo
del “para siempre se cura día tras día, confiando en el Señor Jesús en una vida
que se convierte en un viaje espiritual diario, hecho de pasos, de crecimiento
común… Porque el “para siempre” no es solo cuestión de duración. Un matrimonio
no se realiza sólo si dura, es importante su calidad. Estar juntos y saberse
amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos. En el Padrenuestro
decimos “danos hoy nuestro pan de cada día”. Los esposos pueden rezar así: “Señor,
danos hoy nuestro amor de todos los días… enséñanos a querernos”.
La convivencia es un arte, un camino
paciente, hermoso y fascinante que tiene unas reglas que se pueden resumir en
tres palabras: ¿Puedo?, Gracias,
Perdona.
¿Puedo? Es la petición amable de entrar en la vida de otro con respeto y atención.
El verdadero amor no se impone con dureza y agresividad. San Francisco decía: “la
cortesía es la hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor” Y
hoy, en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante,
hace falta mucha cortesía.
Gracias. La gratuidad es un sentimiento importante ¿Sabemos dar las
gracias?: En vuestra relación ahora y en vuestra futura vida matrimonial, es
importante mantener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios…
y a los dones de Dios se dice “gracias”. No es una palabra amable para usar con
los extraños, para ser educados. Hay que saber decirse gracias para caminar
juntos.
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