Gibi y W Doble de WALTER KOSTNER
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sábado, 29 de agosto de 2015
jueves, 27 de agosto de 2015
HACIA LA PLENITUD DEL AMOR CONYUGAL.
Colección:
CLAVES
CRISTIANAS
Autor: ALVAREZ
ROSALES, OSCAR
Hablar hoy
del amor conyugal puede resultar, a simple vista, aventurado o, incluso,
atrevido. Aquellas cualidades que desde siempre habían definido al matrimonio
como amor único, exclusivo, fiel, fecundo y para siempre, parecen haber perdido
su sentido, siendo sustituidas por un amor emotivo, sentimental, momentáneo y,
consecuentemente, frágil. En definitiva, se ha dejado de creer y esperar en el
amor humano. A lo largo de estas páginas, el autor ha querido transmitir una
esperanza con fundamento: redescubrir la grandeza del amor conyugal, en su
verdad, belleza y bondad, como horizonte existencial para alcanzar la plenitud
en el matrimonio. Se trata de una invitación a profundizar y reflexionar sobre
los cimientos en los que se ha de asentar el amor.
Para más
información EDITORIAL CCS
CATEQUESIS SOBRE LA FAMILIA: LA ORACIÓN.
Un corazón lleno de amor a Dios sabe
transformar en oración un pensamiento sin palabras
En la tercera
catequesis sobre la familia, el Papa Francisco reflexiona sobre la oración en
familia, una oración que nace de un amor consciente hacia Dios, un amor
concreto y que nos lleva a descubrir el gozo de la presencia de Dios en nuestra
vida de familia.
Texto completo
de la catequesis del Papa del 26 de agosto
FUENTE ZENIT
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Después
de haber reflexionado sobre cómo la familia vive los tiempos de la fiesta y del
trabajo, consideramos ahora el tiempo de la oración. La queja más frecuente de
los cristianos tiene que ver precisamente con el tiempo: “Debería rezar más…;
quisiera hacerlo, pero a menudo me falta tiempo”. Escuchamos esto
continuamente. El disgusto es sincero, ciertamente, porque el corazón humano
busca siempre la oración, incluso sin saberlo; y no tiene paz si no la
encuentra. Pero para que se encuentre, es necesario cultivar en el corazón un
amor “cálido” por Dios, un amor afectivo.
Podemos
hacernos una pregunta muy simple. Está bien creer en Dios con todo el corazón,
está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está bien sentir el deber
de agradecerle. Todo bien. Pero, ¿lo queremos algo también al Señor? ¿El
pensamiento de Dios nos conmueve, nos asombra, nos enternece?
Pensemos
a la formulación del gran mandamiento, que sostiene a todos los demás: “Amarás
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu
espíritu”. La fórmula usa el lenguaje intenso del amor, derramándolo sobre
Dios. Entonces, el espíritu de oración vive principalmente aquí. Y si vive
aquí, vive todo el tiempo y no se va nunca. ¿Podemos pensar en Dios como la
caricia que nos mantiene con vida, antes de la cual no hay nada? ¿Una caricia
de la cual nada, ni siguiera la muerte, nos puede separar? ¿O lo pensamos solo
como el gran Ser, el Todopoderoso que ha creado todas las cosas, el Juez que
controla cada acción? Todo es verdad, naturalmente.
Pero
solo cuando Dios es el afecto de todos nuestros afectos, el significado de
estas palabras se hace pleno. Entonces nos sentimos felices, y también un poco
confundidos, porque Él piensa en nosotros ¡y sobretodo nos ama! ¿No es
impresionante esto? ¿No es impresionante que Dios nos acaricie con amor de
padre? Es muy hermoso, muy hermoso. Podía simplemente darse a conocer como el
Ser supremo, dar sus mandamientos y esperar los resultados. En cambio Dios ha
hecho y hace infinitamente más que eso. Nos acompaña en el camino de la vida,
nos protege, nos ama.
Si
el afecto por Dios no enciende el fuego, el espíritu de la oración no calienta
el tiempo. Podemos también multiplicar nuestras palabras, “como hacen los
paganos”, decía Jesús; o también mostrar nuestros ritos, “como hacen los
fariseos”. Un corazón habitado por el amor a Dios convierte en oración incluso
un pensamiento sin palabras, o una invocación delante de una imagen sagrada, o
un beso enviado hacia la iglesia.
Es
hermoso cuando las madres enseñan a los hijos pequeños a mandar un beso a Jesús
o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso! En aquel momento el corazón de los
niños se transforma en lugar de oración. Y es un don del Espíritu Santo. ¡No olvidemos
nunca pedir este don para cada uno de nosotros! El Espíritu de Dios tiene su
modo especial de decir en nuestros corazones “Abbà”, “Padre”, nos enseña a
decir padre precisamente como lo decía Jesús, un modo que no podremos nunca
encontrar solos. Este don del Espíritu es en familia donde se aprende a pedirlo
y a apreciarlo. Si lo aprendes con la misma espontaneidad con la que aprendes a
decir “papá” y “mamá”, lo has aprendido para siempre. Cuando esto sucede, el
tiempo de la entera vida familiar viene envuelto en el vientre del amor de
Dios, y busca espontáneamente el tiempo de la oración.
El
tiempo de la familia, lo sabemos bien, es un tiempo complicado y concurrido,
ocupado y preocupado. Siempre es poco, no basta nunca. Siempre hay tantas cosas
que hacer. Quien tiene una familia aprende pronto a resolver una ecuación que
ni siquiera los grandes matemáticos saben resolver: ¡dentro de las veinticuatro
horas consigue que haya el doble! Es así ¿eh? ¡Existen mamás y papás que
podrían ganar el Nobel por esto! ¿eh? ¡De 24 horas hacen 48! No sé cómo lo
hacen, pero se mueven y hacen. Hay tanto trabajo en la familia.
El
espíritu de la oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una
vida a la que le falta siempre el tiempo, reencuentra la paz de las cosas
necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Unas buenas guías
para esto son las dos hermanas Marta y María, de quienes habla el Evangelio que
hemos escuchado; ellas aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares:
la belleza de la fiesta, la serenidad del trabajo, el espíritu de oración. La
visita de Jesús, a quien querían mucho, era su fiesta. Un día, sin embargo,
Marta aprendió que el trabajo de la hospitalidad, si bien es importante, no lo
es todo, sino que escuchar al Señor, como hacía María, era la cosa
verdaderamente esencial, la “parte mejor” del tiempo.
Que
la oración brote de la escucha de Jesús, de la lectura del Evangelio, no
olviden... cada día leer un pasaje del Evangelio. La oración brote de la
confianza con la Palabra de Dios. ¿Hay esta confianza en nuestra familia?
¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Lo abrimos alguna vez para leerlo juntos? ¿Lo
meditamos rezando el Rosario? El Evangelio leído y meditado en familia es como
un pan bueno que nutre el corazón de todos. Y por la mañana y por la noche, y
cuando nos sentamos en la mesa, aprendamos a decir juntos una oración, con
mucha sencillez: es Jesús el que viene entre nosotros, como iba en la familia
de Marta, María y Lázaro.
Una
cosa que tengo en el corazón, que he visto en las ciudades... ¡Hay niños que no
han aprendido a hacer la señal de la cruz! Tú, mamá, papá, enseña a tu niño a
rezar, a hacer la señal de la cruz. Esta es una tarea hermosa de las mamás y de
los papás.
En
la oración de la familia, en sus momentos fuertes y en sus pasos difíciles,
somos confiados los unos a los otros, para que cada uno de nosotros en la
familia sea custodiado por el amor de Dios. Gracias.
CATEQUESIS SOBRE LA FAMILIA: LA FIESTA
CATEQUESIS SOBRE LA FAMILIA: EL TRABAJO
miércoles, 26 de agosto de 2015
SER LOS PRIMEROS EN AMAR.
“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. Jn. 3, 16-17.
Como responder ante tanto amor hacia nosotros: “siendo los primeros en amar”.
Con un amor universal, que ame a todos, que tome la iniciativa y sea el primero en amar. El amor verdadero es concreto, no está hecho sólo de palabras o de sentimientos; y ama a todos, no solo a quien nos cae bien o nos ama, a todos, hasta los enemigos; y esta forma de amar hace que florezca la reciprocidad, crea en el otro la necesidad de responder amando.
Y una manera de amar así puede cambiar el mundo. Solo el Amor puede cambiar el mundo.
Y cuando nos cueste: no poner el acento en "nuestro querer" sino "en el poder de Dios".
La viñeta es de Walter Kostner "Gibi y Wdoble"
martes, 25 de agosto de 2015
lunes, 24 de agosto de 2015
LOS SANTOS PATRONOS DEL VIII EMF FILADELFIA 2015
San Juan Pablo II y Santa Gianna son los santos patronos oficiales del Encuentro Mundial de las Familias
Filadelfia 2015 por su profundo
compromiso con el fortalecimiento y sostenimiento de la familia con mucho amor.
San Juan Pablo II
En
1979, San Juan Pablo II fue el primer Papa en visitar Filadelfia, donde dijo
misa en Logan Circle ante casi un millón de personas que llenaban el Benjamin
Franklin Parkway. En 1994, se celebró el primer Encuentro Mundial de las
Familias en Roma, que tenía como objetivo fortalecer los lazos sagrados de la
familia en todo el mundo. En su canonización, fue declarado “el Papa de la
familia”.
Santa Gianna Beretta Molla
Pediatra
y madre de cuatro hijos, Santa Gianna es mejor conocida por su amor
desinteresado como madre, dando su vida al dar tener a su cuarto hijo en 1962.
Fue beatificada por San Juan Pablo II en 1994 y canonizada en el 2004. Santa
Gianna es el Patrona de las madres, los médicos y los niños no nacidos. Su vida
fue un testimonio de “la familia plenamente viva”, el tema para el Encuentro
Mundial de las Familias – 2015.
Para más informacion: VIII EMF FILADELFIA 2105
Para más informacion: VIII EMF FILADELFIA 2105
domingo, 23 de agosto de 2015
sábado, 22 de agosto de 2015
PRESENTACIÓN OFICIAL DE LAS CATEQUESIS PREPARATORIAS DEL VIII EMF FILADELFIA 2105
EL
AMOR ES NUESTRA MISIÓN
La
familia plenamente viva
Catequesis
preparatoria para el
Encuentro
Mundial de las Familias
Filadelfia,
2015
PRESENTACIÓN
Nos
complace presentar esta catequesis sobre la vida familiar, que ha preparado la
Arquidiócesis de Filadelfia y el Consejo Pontificio para la Familia en vista
del Octavo Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Filadelfia
del 22 al 27 de septiembre de 2015.
Esta
catequesis explica cómo toda la enseñanza católica acerca del sexo, el
matrimonio y la familia se derivan de nuestras creencias básicas sobre Jesús.
Esta catequesis ofrece un relato que comienza con nuestra creación, que observa
con sobriedad nuestra caída y los desafíos que enfrentamos, pero que enfatiza
el plan de Dios para nuestra salvación.
El
amor es nuestra misión, y es amando a Dios y los unos a los otros que estaremos
plenamente vivos. El Concilio Vaticano II dijo que cada familia es una “Iglesia
doméstica”, una pequeña célula del total de la Iglesia universal. Esta
catequesis analiza lo que esto significa. Animamos a todos a que la estudien para
comentarla con los demás, particularmente en las parroquias, y que recen para
buscar maneras en que la Iglesia pueda servir a las familias y en que las familias
puedan servir a la Iglesia. La familia y la Iglesia dependen mutuamente una de
la otra.
En
esta catequesis, hemos tratado de presentar la enseñanza católica de una manera
renovada, perspicaz y accesible para los católicos contemporáneos y para todas
las personas de buena voluntad. Para parafrasear a San Agustín, cuando escribió
en su obra Las Confesiones, Dios es siempre
antiguo, siempre nuevo. Esperamos que esta nueva catequesis le
confirme la belleza y la coherencia de la enseñanza católica, que es sabiduría
sublime y venerable, y la verdadera fuente de renovación en todas las eras,
incluida la nuestra.
Esperamos
reunirnos en Filadelfia con personas de todo el mundo. A medida que nos
preparamos para este acontecimiento, pedimos especialmente oraciones de
intercesión de María y de José, padres de la Sagrada Familia y patronos de
todas las familias.
Reverendísimo
Charles J. Chaput, O.F.M. Cap., D.D.
Arzobispo
de Filadelfia
Reverendísimo
Vincenzo Paglia
Presidente
del Consejo Pontificio para la Familia
viernes, 21 de agosto de 2015
jueves, 20 de agosto de 2015
CATEQUESIS SOBRE LA FAMILIA: EL TRABAJO
"El trabajo pertenece al
proyecto de Dios en la creación"
En la serie de catequesis sobre la familia,
el Santo Padre recuerda que un trabajo que se aparta de la alianza de Dios con
el hombre, y no respeta sus cualidades espirituales, tiene consecuencias
negativas que golpean a los más pobres y a las familias
Texto completo de la catequesis del Papa del
19 de agosto
FUENTE
ZENIT.
Queridos hermanos y hermanas, después de
haber reflexionado sobre el valor de la fiesta en la vida de la familia, hoy
nos detenemos sobre el elemento complementario, que es el del trabajo. Ambos
forman parte del diseño creador de Dios. La fiesta y el trabajo.
El trabajo, se dice comúnmente, es necesario
para mantener a la familia, para hacer crecer a los hijos, para asegurar a sus
seres queridos una vida digna. De una persona seria, honesta, lo más bonito que
se puede decir: “Es un trabajador”, es uno que trabaja, es uno que en la
comunidad no vive a costa de los otros. Hay muchos argentinos hoy, que he
visto, y diré como decimos nosotros ‘no vive de arriba’. ¿Entendido?
Y de hecho, el trabajo, en sus muchas formas,
a partir del de amo de casa, también cuida del bien común. ¿Y dónde se aprende
este estilo de vida trabajador?
Antes que nada se aprende en familia. La
familia educa al trabajo con el ejemplo de los padres: el papá y la mamá que
trabajan por el bien de la familia y de la sociedad.
En el Evangelio, la Sagrada Familia de
Nazaret aparece como una familia de trabajadores, y Jesús mismo es llamado
“hijo del carpintero” (Mt 13,55) o incluso “el carpintero” (Mc 6,3). Y san
Pablo no dejará de advertir a los cristianos: “Quien no quiera trabajar, que no
coma” (2 Ts 3,10). Una buena receta para adelgazar. Si no trabajas no comes.
El apóstol se refiere explícitamente al falso
espiritualismo de algunos que, de hecho, viven a costa de sus hermanos y
hermanas “sin hacer nada” (2 Ts 3,11). El compromiso del trabajo y la
vida del espíritu, en la concepción cristiana, no están en contradicción entre
ellas. ¡Es importante entender esto! Oración y trabajo pueden y deben estar
juntos en armonía, como enseña san Benito. La falta de trabajo daña también el
espíritu, como la falta de oración daña también la actividad práctica.
Trabajar --repito, en muchas formas-- es
propio de la persona humana. Expresa su dignidad de ser creada a imagen de
Dios. Por eso, se dice que el trabajo es sagrado. El trabajo es sagrado, y por
eso, la gestión de la ocupación es una gran responsabilidad humana y social,
que no puede quedar en las manos de unos pocos o descargada sobre un “mercado”
divinizado. Causar una pérdida de puestos de trabajo significa causar un grave
daño social. Me entristece cuando veo que no hay trabajo, que hay gente sin
trabajo, que no encuentra trabajo y que no tiene la dignidad de llevar el pan a
casa. Y me alegro mucho cuando veo que los gobernantes hacen tantos esfuerzos y
tanto trabajo para encontrar puestos de trabajo y para tratar que todos tengan
un trabajo. El trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una familia.
Debemos rezar para que no falte el trabajo en ninguna familia.
Por tanto, también el trabajo, como la
fiesta, forma parte del diseño del Dios Creador. En el libro del Génesis, el
tema de la tierra como casa-jardín, a cargo del cuidado y el trabajo del hombre
(2, 8.15), es anticipado con un pasaje muy conmovedor: “Cuando el Señor Dios
hizo la tierra y el cielo, aún no había ningún arbusto del campo sobre la
tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios no había hecho
llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para cultivar el suelo,
pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo”
(2,4b-6a). No es romanticismo, es revelación de Dios; y nosotros tenemos la
responsabilidad de comprenderla y asimilarla hasta el fondo. La Encíclica
Laudato Si’, que propone una ecología integral, contiene también este mensaje:
la belleza de la tierra y la dignidad del trabajo están hechas para ir juntas.
La tierra se hace bella cuando es trabajada por el hombre. Van juntas las dos.
Cuando el trabajo se desvincula de la alianza
de Dios con el hombre y la mujer, cuando se separa de sus cualidades
espirituales, cuando es rehén de la lógica del beneficio y desprecia los
afectos de la vida, la degradación del alma contamina todo: también el aire, el
agua, la hierba, la comida... La vida civil se corrompe y el hábitat se
estropea. Y las consecuencias golpean sobre todo a los más pobres y a las
familias más pobres. La organización moderna del trabajo muestra a veces una
peligrosa tendencia a considerar a la familia una carga, un peso, una
pasividad, para la productividad del trabajo. Pero preguntémonos: ¿qué
productividad? ¿Y para quién? La llamada “ciudad inteligente” es sin duda rica
de servicios y de organización; pero, por ejemplo, a menudo es hostil con los
niños y los ancianos.
A veces, quien proyecta está interesado en la
gestión de fuerza-trabajo individual, para ensamblar y utilizar o descartar
según la conveniencia económica. La familia es un gran lugar de prueba. Cuando
la organización del trabajo la tiene como rehén, o incluso le obstaculiza
el camino, ¡entonces estamos seguros de que la sociedad humana ha comenzado a
trabajar contra sí misma! Las familias cristianas reciben de esta coyuntura un
gran desafío y una gran misión. Estas ponen en juego los fundamentos de la
creación de Dios: la identidad y la unión del hombre y la mujer, la generación
de los hijos, el trabajo que hace doméstica la tierra y habitable el mundo. ¡La
pérdida de estos fundamentos es algo muy serio, y en la casa común ya hay
muchas grietas! La tarea no es fácil. A veces, a las asociaciones de familias
les puede parecer que son como David contra Goliat… ¡pero sabemos cómo terminó
ese desafío! Se necesitan fe y astucia. Que Dios nos conceda acoger con alegría
y esperanza su llamada, en este momento difícil de nuestra historia. La llamada
al trabajo para dar dignidad a sí mismo y a la propia familia. Gracias.
Ciudad del Vaticano, 19 de agosto de
2015 (ZENIT.org)
CATEQUESIS PREPARATORIAS VIII EMF FILADELFIA 2015.
El amor es nuestra misión: La Familia llena de Vida
Desde su creación por San Juan
Pablo II en 1994, el Encuentro Mundial de las Familias ha fortalecido los
vínculos sagrados de las familias de todo el mundo.
Se celebra cada tres años, y es
patrocinado por el Consejo Pontificio de la Santa Sede para la Familia, siendo
la mayor reunión católica en el mundo de las familias. Cada Encuentro Mundial
de las Familias tiene un tema que energiza y da vida al evento al tiempo que
añade una gran profundidad de significado a nuestra comprensión de las
familias.
El tema del Encuentro Mundial de
las Familias Philadelphia 2015 es "El amor es nuestra misión: La Familia
Lleno de Vida", haciendo hincapié en el impacto del amor y la vida de las
familias en nuestra sociedad.
Más información: www.worldmeeting2015.org/about-the-event/
La catequesis preparatoria juega
un papel central en cada Encuentro Mundial de las Familias (WMOF). El WMOF es
recibido por diferentes diócesis, y la diócesis de acogida para cada Encuentro
Mundial escribe una preparatoria catecismo-una colección de lo que los
católicos creen acerca del propósito humano, el matrimonio y la familia. La
catequesis, como el Encuentro Mundial, es para personas de todas las edades en
todas las etapas de la vida.
TEMAS PARA LA CATEQUESIS PREPARATORIA VIII ENCUENTRO
MUNDIAL DE LAS FAMILIAS FILADELFIA, 2015
Creado para ser participes de su gozo.
Somos más que un accidente
evolutivo. Somos más grandes que la suma de nuestra biología. Dios existe. Dios
es bueno. Dios nos ama. Nos hizo a su imagen para que participemos de su gozo.
Participa activamente en nuestra vida. Envió a su único Hijo para restablecer
nuestra dignidad y guiarnos de regreso a Él.
La Misión del Amor.
Dios obra a través de nosotros.
Nosotros tenemos una misión. Estamos en el mundo con un propósito: recibir el
amor de Dios y demostrar el amor de Dios a los demás. Dios busca sanar un
universo quebrantado. Nos pide que seamos sus testigos y ayudantes en esa obra.
El significado de la sexualidad humana.
El mundo tangible, terrenal y
corpóreo es más que materia inerte o arcilla de modelar para la voluntad
humana. La creación es sagrada. Esta tiene un significado sacramental. La creación
refleja la gloria de Dios. Eso incluye nuestro cuerpo. Nuestra sexualidad tiene
el poder de procrear y participa en la dignidad de ser creados a imagen de
Dios. Tenemos que vivir según este principio.
Dos que pasan a ser uno.
No fuimos creados para estar
solos. Los seres humanos se necesitan y se completan mutuamente. La amistad y
la comunidad satisfacen ese anhelo con vínculos de amor y de intereses comunes.
El matrimonio es una forma de amistad particularmente íntima que llama a un
hombre y a una mujer a amarse de manera comparable a la alianza de Dios. El
matrimonio es un Sacramento. El amor del matrimonio es fructífero y se ofrece
sin reservas. Este amor existe a imagen de la fidelidad de Jesús a la Iglesia.
Crear el Futuro.
El matrimonio tiene como
propósito ser fértil y recibir la vida nueva. Los niños dan forma al futuro,
así como a ellos se les da forma en su familia. Sin niños, no puede haber
futuro. Los niños criados con amor y guía son el cimiento de un futuro amoroso.
Los niños heridos presagian un futuro herido. Las familias son la base sólida
para todas las comunidades más extendidas. Las familias son Iglesias
domésticas, lugares donde los padres ayudan a los niños a descubrir que Dios
los ama y tiene un plan para la vida de cada uno de ellos.
Todo amor es fecundo.
No todos están llamados al
matrimonio. Pero toda vida tiene el propósito de ser fértil. Toda vida tiene el
poder y la necesidad de nutrir la vida nueva: si no es a través de dar a luz y criar
niños, entonces a través de otras formas vitales de entrega personal, de
desarrollo y de servicio. La Iglesia es una familia ampliada de diferentes
vocaciones, cada una distinta, pero cada una necesitando de las demás y
apoyándolas. El sacerdocio, la vida religiosa y la vocación laica célibe
enriquecen y son enriquecidos por el testimonio del estado matrimonial. Las
maneras diferentes de ser castos y célibes fuera del matrimonio son maneras de
entregar la propia vida al servicio de Dios y de la comunidad humana.
Luz en un mundo oscuro.
En el mejor de los casos, la
familia es una escuela de amor, justicia, compasión, perdón, respeto mutuo,
paciencia y humildad en medio de un mundo oscurecido por el egoísmo y el conflicto.
Es así como la familia enseña lo que significa ser humano. Sin embargo, surgen
muchas tentaciones que intentan persuadirnos a olvidar que el hombre y la mujer
son creados para la alianza y la comunión. Por ejemplo, la pobreza, la riqueza,
la pornografía, la anticoncepción, los errores filosóficos y otros errores
intelectuales pueden crear contextos que desafíen o amenacen una vida familiar
sana. La Iglesia se opone a estas cosas para proteger a la familia.
Un hogar para los que sufren.
Muchas personas, especialmente
hoy, enfrentan situaciones dolorosas que surgen de la pobreza, la discapacidad,
la enfermedad y las adicciones, el desempleo y la soledad de la edad avanzada.
Pero el divorcio y la atracción por el mismo sexo impactan en la vida de la
familia de maneras diferentes y a la vez poderosas. Las familias y las redes de
familias cristianas deben ser fuentes de misericordia, seguridad, amistad y
apoyo para los que luchan contra estos problemas.
Madre, Maestra y Familia: La Naturaleza y la función de la
Iglesia.
La Iglesia tiene formas
institucionales porque debe trabajar en el mundo. Pero eso no agota su esencia.
La Iglesia es la Esposa de Cristo; es “ella”, no “esa”. Según las palabras de San
Juan XXIII, ella es nuestra madre y maestra, nuestra consoladora y guía,
nuestra familia de fe. Aunque su pueblo y sus líderes pequen, seguimos
necesitando la sabiduría de la Iglesia, sus Sacramentos, su apoyo y su
proclamación de la verdad, porque ella es el cuerpo de Jesús mismo en el mundo;
la distinguida familia del pueblo de Dios.
Elegirla Vida.
Dios nos hizo por una razón. Su
amor es nuestra misión en la vida. Esta misión nos permite encontrar nuestra
verdadera identidad. Si decidimos abrazar esta misión, tendremos una perspectiva
nueva sobre muchas cuestiones, no solo la familia. Vivir la misión de la
Iglesia doméstica significa que las familias católicas vivirán, a veces, como
minorías, con valores diferentes de los que tiene la cultura que las rodea.
Nuestra misión de amor exigirá valentía y fortaleza. Jesús está llamando y
nosotros podemos responder, eligiendo una vida de fe, esperanza, caridad, gozo,
servicio y misión.
miércoles, 19 de agosto de 2015
martes, 18 de agosto de 2015
HACIA EL VIII EMF FILADELFIA 2015: “FAMILIAS QUE ANUNCIEN EL AMOR DE DIOS AL MUNDO”.
Qué oportunidad la que tendremos las familias
en septiembre en Filadelfia para mostrar al mundo la vitalidad de la familia,
que la Familia está plenamente viva y aunque no podamos estar en físicamente allí, si podremos unirnos con el Papa
Francisco y con él a todas las familias cristianas, para anunciar al mundo, que
esta fuerza nace del sacramento del matrimonio, amor que nace del amor de Dios:
sólo las familias que tienen a Dios en el centro de sus vidas, pueden hacer que
la misión de sus vidas sea anunciar el amor, un Amor que hace que sus familias estén
plenamente vivas.
Hacen falta familias que sean capaces de
revisar sus vidas, de no dejarse contagiar por el ambiente que
nos rodea, en el que el egoísmo, el consumismo, el hedonismo parece llenarlo
todos. Ante estos
desafíos y ante una cultura en la que a veces cuesta anunciar la belleza del
Evangelio de la familia, el vivir junto a otras familias, y a la Iglesia, nos animará a mostrar
al mundo como junto a otras familias, que las familias son espacios abiertos al amor y a la vida, espacios de comunión donde compartir es lo normal, espacio de misericordia donde es normal vivir la solidaridad.
lunes, 17 de agosto de 2015
domingo, 16 de agosto de 2015
CATEQUESIS PREPARATORIAS VIII EMF FILADELFIA 2015.
Como para cada Encuentro Mundial de las Familias,
también para el Encuentro de Filadelfia la
catequesis preparatoria jugará un papel central: titulada "Love is our mission: the family fully alive", está disponible en italiano, español, francés, portugués y polaco. El texto se centra en las cuestiones de la familia y del matrimonio, está dirigido a personas de todas las edades y contiene textos que forman la base de los programas en el transcurso del Encuentro, que se celebrará del 22 a 27 de septiembre.
catequesis preparatoria jugará un papel central: titulada "Love is our mission: the family fully alive", está disponible en italiano, español, francés, portugués y polaco. El texto se centra en las cuestiones de la familia y del matrimonio, está dirigido a personas de todas las edades y contiene textos que forman la base de los programas en el transcurso del Encuentro, que se celebrará del 22 a 27 de septiembre.
"Creado para la alegría", "La misión de
amar", "El significado de la sexualidad humana", "Dos se
hacen uno", "Crear el futuro", "La luz en un mundo
oscuro", "Una casa para un corazón herido "," Madre,
maestra, familia: la naturaleza y el papel de la Iglesia ", “Elegir la
vida": estos son los temas que se abordan en la publicación.
Disponibles online en la plataforma de Amazon, las
traducciones de la catequesis preparatoria se pueden adquirir en todo el mundo.
Para más información o para acudir a los link para
pedir la catequesis se puede ir al enlace del PONTIFICIO CONSEJO PARA LAFAMILIA.
PARA VER UN RESUMEN.
PARA VER UN RESUMEN.
sábado, 15 de agosto de 2015
EN EL MOMENTO PRESENTE.
Hacer propósitos
concretos para amarnos los unos a los otros.
[...] el tipo de amor
estamos llamados a llevar al mundo – nosotros que hemos recibido el don de
la fe religiosa- es un amor especial, fuerte como la muerte. No es
suficiente la tolerancia o la no-violencia, no basta la amistad o la
benevolencia hacia los demás. Es un amor que va hacia todos indistintamente:
pequeños y grandes, pobres y ricos, de la propia patria o de otra, amigos o
enemigos.[...]
Y amar no sólo con las
palabras, sino concretamente, con hechos, olvidándonos de nosotros mismos para
ponernos al servicio de los demás.
jueves, 13 de agosto de 2015
SER SIEMPRE LOS PRIMEROS EN AMAR.
“Ser siempre los
primeros en amar”.
Eso ocurría, por ejemplo cuando nos dábamos
cuenta de los defectos, de las imperfecciones de los otros y se los juzgaba, a
causa de la cual, la corriente de amor se enfriaba.
Para reaccionar a esta situación hemos
pensado un día en hacer un pacto entre nosotras y lo llamamos “pacto de
misericordia.”
Decidimos ver al prójimo que encontrábamos
cada mañana –en el focolar, en el trabajo, en la escuela -, nuevo, novísimo,
sin acordarse para nada de sus defectos, cubriéndolo todo con el amor.
Entonces nos relacionábamos todos con esta
amnistía completa en nuestro corazón, con este perdón universal.
Fue un compromiso fuerte, tomado por todas nosotras juntas, que nos ayudó siempre a ser los primeros en amar, a imitación de Dios misericordioso, el que perdona y olvida».
Fue un compromiso fuerte, tomado por todas nosotras juntas, que nos ayudó siempre a ser los primeros en amar, a imitación de Dios misericordioso, el que perdona y olvida».
FUENTE: Chiara Lubich. “El arte de amar” (Ed. Ciudad
Nueva)
CATEQUESIS SOBRE LA FAMILIA: LA FIESTA.
El Santo Padre recuerda que la
fiesta no es la pereza de estar en el sofá, sino una mirada amorosa y
agradecida por el trabajo bien hecho. Advierte que la codicia del consumir nos
hace estar más cansados al final que antes
FUENTE ZENIT.
Ciudad del Vaticano, 12 de
agosto de 2015
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
Hoy abrimos un pequeño recorrido de reflexión sobre
las tres dimensiones que marcan, por así decir, el ritmo de la vida familiar:
la fiesta, el trabajo, la oración.
Comenzamos por la fiesta. Y decimos enseguida que la
fiesta es una invención de Dios. Recordamos la conclusión del pasaje de la
creación, en el Libro de Génesis: “El séptimo día, Dios concluyó la obra que
había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el
séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había
creado”.(2,2-3). Dios mismo nos enseña la importancia de dedicar un tiempo a
contemplar y a gozar de lo que en el trabajo se ha hecho bien. Hablo de
trabajo, naturalmente, no solo en el sentido de la labor y la profesión, sino
en un sentido más amplio: cada acción con la que nosotros hombres y mujeres
podemos colaborar a la obra creadora de Dios.
Por tanto, la fiesta no es la
pereza de estar en el sofá, o la emoción de una tonta evasión. La fiesta es
sobre todo una mirada amorosa y agradecida por el trabajo bien hecho. También
vosotros, recién casados, estáis festejando el trabajo de un bonito tiempo de
noviazgo: ¡y esto es bello! Es el tiempo para ver a los hijos, o los nietos,
que están creciendo, y pensar: ¡qué bello! Es el tiempo para mirar nuestra
casa, a los amigos que hospedamos, la comunidad que nos rodea, y pensar: ¡qué
bueno! Dios lo ha hecho así. Y continuamente lo hace así, porque Dios crea
siempre, también en este momento.
Puede suceder que una fiesta
llegue en circunstancias difíciles y dolorosas, y se celebra quizá “con un nudo
en la garganta”. Y, también en estos casos, pedimos a Dios la fuerza de no
vaciarla completamente. Vosotros, mamás y papás sabéis bien esto: ¡cuántas
veces por amor a los hijos, sois capaces de apartar las penas para dejar que
ellos vivan bien la fiesta, gusten el sentido bueno de la vida! ¡Hay tanto
amor en esto!
También en el ambiente del
trabajo, a veces --sin dejar de lado los deberes-- sabemos “infiltrar”
algún toque de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo nacimiento, como
también una despedida o una nueva llegada… es importante. Es importante hacer
fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la máquina productiva:
¡nos hace bien!
Pero el verdadero tiempo de la
fiesta suspende el trabajo profesional, y es sagrado, porque recuerda al hombre
y a la mujer que son hechos a imagen de Dios, quien no es esclavo del trabajo,
sino Señor, y por tanto tampoco nosotros debemos ser nunca esclavos del
trabajo, sino “señores”. Hay un mandamiento para esto, un mandamiento que es
para todos, ¡nadie excluido! ¡Y sin embargo hay millones de hombres y mujeres e
incluso niños esclavos del trabajo! En este tiempo existen esclavos ¡Son
explotados, esclavos del trabajo y esto es en contra de Dios y en contra de la
dignidad de la persona humana! La obsesión por el beneficio económico y la
eficiencia de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida, porque la vida
tiene sus ritmos humanos.
El tiempo de descanso, sobre todo
el del domingo, está destinado a nosotros para que podamos gozar de lo que no
se produce ni consume, no se compra ni se vende.
Y sin embargo vemos que la
ideología del beneficio y del consumo quiere comerse también la fiesta: también
a veces es reducida a un “negocio”, a una forma para hacer dinero y para
gastarlo. ¿Pero trabajamos para esto? La codicia del consumir, que implica
desperdicio, es un virus malo que, entre otras cosas, nos hace estar más
cansados al final que antes. Perjudica el verdadero trabajo y consume la vida.
Los ritmos desregulados de la fiesta causan víctimas, a menudo jóvenes.
Finalmente, el tiempo de la
fiesta es sagrado porque Dios lo habita de una forma especial. La Eucaristía
del domingo lleva a la fiesta toda la gracia de Jesucristo: su presencia, su
amor, su sacrificio, su hacerse comunidad, su estar con nosotros… Y así cada
realidad recibe su sentido pleno: el trabajo, la familia, las alegría y las
fatigas de cada día, también el sufrimiento y la muerte; todo es transfigurado
por la gracia de Cristo.
La familia es dotada de una
competencia extraordinaria para entender, dirigir y sostener el auténtico valor
del tiempo de la fiesta. Pero ¡qué bonitas son las fiestas en familia, son
bellísimas! Y en particular la del domingo. No es casualidad si las fiestas en
las que hay sitio para toda la familia ¡son aquellas que salen mejor!
La misma vida familiar, mirada
con los ojos de la fe, nos parece mejor que los cansancios que comportan. Nos
aparece como una obra de arte de sencillez, bonito precisamente porque no es
artificial, no fingido, sino capaz de incorporar en sí todos los aspectos de la
vida verdadera. Nos aparece como una cosa “muy buena”, como Dios dijo al
finalizar la creación del hombre y de la mujer (cfr Gen 1,31). Por tanto, la
fiesta es un precioso regalo que Dios ha hecho a la familia humana: ¡no lo
estropeemos!
martes, 11 de agosto de 2015
A VECES EL AMOR RECÍPROCO COMPORTA SACRIFICIOS.
“A veces el amor recíproco comporta sacrificios”
[...] También requiere sacrificios
porque hará falta, a veces, vencer el respeto humano, otras, superar la
indolencia o el tran tran espiritual en que quizás caigamos.
Hará falta practicar la humildad para hacer
callar el amor propio, pagar, en fin, el primer coste del paso de un modo de
vivir individual a una espiritualidad colectiva.
Pero el Señor bendecirá cada esfuerzo y, si
luego somos fieles a cuánto hemos dicho, nos dará la alegría de descubrir su
presencia, efecto de la unidad, dondequiera vayamos. [...]
Chiara Lubich
"UN PUEBLO, UNA IGLESIA", INICIATIVA EN ÍLLORA (GRANADA).
El próximo viernes, 14 de agosto,
se inaugurará en Íllora la exposición "Un pueblo, una iglesia",
iniciativa que organiza la Plataforma Pro Restauración de la Iglesia de Íllora.
El acto de inauguración tendrá
lugar el próximo jueves día 14 de agosto, a las 20:30 horas en la Sala "
Manuel Argüelles" de la Biblioteca Municipal de Íllora.
Se trata de una colección pintura
dedicada a la localidad granadina y compuesta por 23 obras realizadas por el
artista Francisco Rodríguez Palma, natural de Íllora.
La exposición está organizada por
la Plataforma Pro Restauración de la Iglesia de Íllora y el dinero que se
obtenga con la venta de las entradas irá destinado a la causa que promueven.
Asimismo, colabora la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Íllora.
El horario de visita a la
exposición será de lunes a viernes no festivos, de 17 a 20 horas, excepto los
miércoles, que será de 10 a 13 horas. Los grupos escolares podrán concertar
visitas para los miércoles por la mañana.
AUTOR
Francisco Rodríguez Palma, nace
en Íllora, provincia de Granada, en el otoño de 1965. Ya desde pequeño muestra
sus habilidades para el dibujo y la pintura.
Realiza su primera exposición en
agosto de 1995. El año siguiente comienza sus estudios en la facultad de Bellas
Artes de Granada. Es aquí donde da un paso importante en su formación como
pintor. Es licenciado por esta facultad en el año 2001. Durante estos años
entra en contacto con multitud de artistas de distintas tendencias pictóricas
que con el tiempo irán definiendo un concepto muy personal de la pintura.
PLATAFORMA PRO-RESTAURACIÓN
La iglesia de la Encarnación de
Íllora (Granada), construida en el S. XVI, fue declarada monumento nacional y
bien de interés cultural el 20 de marzo de 1980, y es la principal obra
arquitectónica y patrimonial del municipio de Íllora, según recoge el manifiesto
de la Plataforma Pro-Restauración.
El lamentable estado de
conservación de la iglesia es notable, principalmente el de su torre, que se
encuentra casi en ruina, hasta el punto de que las campanas no suenan por el
peligro de derrumbe que existente, señala la Plataforma.
La Plataforma Pro-Restauración de
la Iglesia de Íllora, con el apoyo de más de 600 vecinos, solicitó el 2 de
agosto de 2014 la tramitación del expediente al ayuntamiento de la localidad,
que ha permitido alcanzar un Convenio con el Arzobispado y con la Diputación
Provincial de Granada, y consiguió la subvención para acometer la restauración
de las cubiertas laterales del templo, que es el monumento más importante del
municipio.
Para obtener más información
sobre esta iniciativa, se puede consultar la página web de la Plataforma:http://plataformaiglesia.illora.com/
FUENTE: ODISUR.
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